La posibilidad de que Chloe descubriera la verdad asustaba a Diamante más que cualquier otra cosa. Era una mujer que rara vez temía algo.
Pero la idea de que su mejor amiga la despreciara la aterrorizaba más que nada.
—Nunca me he sentido tan apegada a alguien en mi vida. Tengo miedo de que Chloe descubra todo esto. Pero al mismo tiempo, tengo la misma idea que el Sr. Phoenix Gray —pensó Diamante—. Quiero aplastar absolutamente a todas las personas que hirieron a Chloe. No siento ni lástima por ellos, viendo cuánto ha sufrido Chloe en su vida.
Así, Diamante tomó otra respiración profunda. Tenía que estar preparada porque este era el camino que eligió para proteger a su amiga.
—Entonces, ¿qué tipo de ejecución quiere, Señor? Por favor, especifique para que pueda informar a nuestro agente —dijo Diamante, mencionando al hombre que trabajaba en secreto con su jefe para hacer el trabajo sucio en algunas ocasiones.