La anciana secretaria asintió obediente. Agarró su iPad del escritorio y luego señaló los documentos que acababa de comprar, sentados en el borde del escritorio.
—Señor, esos son los documentos que quiere. El contrato legal entre usted y su hermanito —María volvió a su persona habitual de secretaria profesional—. Señor, ¿está seguro de que quiere trabajar más con él?
—¿Huh? ¿Por qué no? —Vicente frunció el ceño—. Él es mi hermanito y sabes cuánto me preocupo por él. Además, ¿no ves lo bueno que es manejando el proyecto que le di? Es un joven talentoso.
…
'Todavía creo que es traicionero. Quiere algo más de la familia Gray', María quería decir eso. Pero sabía que él solo discutiría con ella e incluso la llamaría metiche por meterse en su relación con su hermanito.
Así que ella preferiría no gastar su energía, 'Vigilaré a ese joven. Tengo que asegurarme de que la empresa esté a salvo.'
—Entonces, me voy ahora, señor. Por favor, discúlpeme —María se inclinó respetuosamente.