Vicente nunca mostró demasiadas emociones, a menos que se riera de Chloe, quien lloraba y suplicaba que la dejaran en paz.
Eso hizo que Priscila se preguntara si debía contarle sobre su petición o no...
Mientras tanto, Vicente estaba ocupado con sus propios pensamientos en este momento. Estaba enojado con Chloe por escaparse y arreglarse. En su mente, el modo en que Chloe se volvió fea e indeseable estaba completamente justificado, porque él la estaba protegiendo.
—Esa perra, quiere ser hermosa como hace diez años porque quiere seducir a los hombres, ¿eh? Todo mi duro trabajo durante diez años para mantenerla a salvo será en vano, ¡qué ingrata!—
Tardó un tiempo en calmarse, tratando de regular su respiración ya que estaba a punto de estallar en este momento.
'Está bien, cálmate, Vicente. Siempre puedes moldearla de nuevo más tarde. Es una mujer de débil voluntad. Solo necesitas hacer lo de siempre.'—