Vernon rodeó con su mano la cintura de Chloe para detener su huida. Su mirada se ensombreció: —¿A dónde vas? No me has dicho nada aún.
Vernon la jaló hacia su lado, atrapándola en un abrazo fuerte hasta que el rostro de Chloe quedó enterrado en sus pectorales. Chloe levantó la vista y encontró la mirada hostil de Vernon.
Era intimidante, y Chloe no mentiría al decir que tenía miedo.
Pero cuanto más trataba de intimidarla, más sentía que no tenía sentido contarle lo que había sucedido.
Chloe apretó su puño para darle valor y tener suficiente coraje para abrir la boca. Luego respondió:
—No quiero decírtelo, Vernon.
Los ojos de Vernon se ensancharon por un segundo antes de ensombrecerse aún más que antes. Chloe pudo percibir su enojo, como si estuviera listo para aplastarla si continuaba negándose.
El corazón de Chloe latía con fuerza en su pecho. Quería apartar la vista, pero eso probablemente enojaría aún más a Vernon.