—No, no quiero eso. Ya he tenido suficiente de su maltrato. Solo quiero ser libre con mi hija. ¿Por qué es tan difícil conseguirlo? —
Cloe se estremeció de miedo al imaginar todo el abuso que sufriría si se viera obligada a regresar a casa. Sabía muy bien que Vicente estaba furioso, y el abuso se volvería 100% físico hasta que dejara de respirar.
Cloe miró a su hija, quien seguía con la cabeza baja. Acarició suavemente el cabello de Mackie, —Querida, veré qué puedo hacer, ¿de acuerdo? Espero poder... uh... enviarle un mensaje y preguntarle si no está ocupado, para que te pueda llamar. —
—El papá está muy ocupado y está lidiando con su problema en este momento. No deberíamos molestarlo, y si se niega... tendrás que estar bien con eso, ¿entendido? —
—... sí, mami... — Mackie asintió débilmente. Ya conocía el resultado porque papá se negó a verlas, lo que la entristeció mucho.