—Pero, ¿y yo? Soy tu esposa. ¿No debería recibir algo de ti también?—
Vicente observó a su esposa de pies a cabeza y soltó una carcajada —¿Tú? ¿En serio? ¿Crees que te quedará bien un bolso caro?—
Chloe cerró la boca al instante, sabiendo que enfrentarse a Vicente no le traería más que dolor.
—Escucha, Chloe Gray, solo hay dos bolsas que te quedan bien: una bolsa de lavandería y una bolsa de comestibles. Así que deja de soñar que mereces cosas caras. No lo eres y nunca lo serás.—
— Fin del flashback—
Chloe apretó su teléfono mientras los recuerdos inundaban su cabeza. Sacudió la cabeza una vez para disipar el pensamiento. Eso ya estaba en el pasado, y ella ya estaba lejos de Vicente.
Quería olvidarlo porque si seguía recordando, solo dolería más con el paso del tiempo.
Chloe volvió a concentrarse en el sitio web. Revisó muchos bolsos, solo revisó y los agregó dentro del carrito de compras en línea, pero nunca completó la compra porque no tenía dinero.