—¿Treinta y cinco años? —la entrevistadora de recursos humanos frunció el ceño cuando leyó el currículo de Chloe. Miró a Chloe sentada en la silla frente a ella y luego al documento en su mano.
—Vaya, tengo que admitir que pareces más joven que tu edad, pero … —la entrevistadora dejó el papel y suspiró—, No puedo contratarte.
—Ah, no te preocupes, puedo trabajar en cualquier cosa aquí —
—No, solo hay una vacante aquí, para ser recepcionista, y el límite de edad es veintisiete años. Estás muy por encima de eso —dijo la entrevistadora de recursos humanos. Puso el documento sobre la mesa y lo empujó hacia Chloe—. Te sugiero que busques en otro lugar un trabajo. ¿Tal vez en una guardería? Quiero decir, seguramente aceptarían a una mujer de treinta y cinco años con poca competencia laboral.
Chloe suspiró. Agradeció a la entrevistadora y salió de la oficina.
Chloe bebió de una botella de agua que llenó en el bebedero más cercano y revisó su teléfono.