—¿Cuando saldré de aquí?.
Le pregunté a Jay que estaba tomando mi pulso, ya no aguantaba más tiempo encerrada en este hospital, me sentía conejillo de indias.
—Pronto —respondió anotando algo en unas hojas —.
—Quiero ver a Ethan, ¿puedo?.
Me miró levemente antes de asentir.
Suspire.
—Más tarde vendrá la enfermera de ayer a darte unos pequeños chequeos,mientras trata descansar más.
Asenti apartando mi mirada de la de el.
—Descansa—repitió antes de salir—.
Al estar sola de nuevo me vuelvo a preguntar la misma pregunta de siempre que tiene respuesta que ya sabía pero que no quería aceptar, ¿por que me era tan difícil aceptar esta nueva realidad?, ¿asta cuando seguiré así?.
La vida es dura, de eso no tengo duda.
Pero aún así es sorprendente las vueltas que da, quiero pensar que es una prueba del destino, que esto tarde o temprano pasaría, pero joder fue tan repentino que no lo tenía previsto.
¿Pero quien está preparado para morir?
Nadie.
Y me vuelvo a preguntar, ¿a donde iré al salir de este hospital?.
No lo sé.
—¿En que tanto piensas?.
Sonreí —En nada—respondí—, dijo Jay que pronto saldremos de aquí, ¿estas feliz Ethan?.
Ethan sin responder da un leve asentimiento.
—Anoche tuve un sueño —dijo de repente frotándose su nariz — soñe que estábamos en nuestra casa, cenando pollo con jugo de naranja, solo nosotros cuatro, ¿pero sabes?, solo fue un sueño —sonriendo con amargura me miró — un sueño que nunca fue realidad, solo una simple fantasía.
Sentía ganas de llorar, pero no lo hize, por que se que hay personas que viven peor que nosotros, pero es inevitable no llorar.
—Freya.
—¿Si?.
—Si encuentro a nuestro padre y lo mato,Nancy y mamá estarán tranquilas, ¿verdad?.
Sin importarme mis heridas lo abrace fuerte dejando salir lágrimas acumuladas, llore en silencio sobando suavemente su espalda, ¿en que niño se a convertido por culpa de ese hombre?, este no era mi Ethan.
Y todo por culpa de mi padre.
Un niño de cinco años no debería tener este tipo de pensamientos, pero Ethan los tenía, ¿que debería hacer?.
—No pienses y digas eso Ethan, eso está mal.
—Pero el lo hizo Freya, ¿por que no hacerlo yo también?.
Negué con fuerza abrazandolo más.
—No, tu no eres el Ethan, ¿me oyes?, no eres el.
. ....
La enfermera Kim entró al cuarto de Ethan, con una charola de comida, pero al entrar lo primero que vio fue la jarra de agua rota en el piso al igual que el espejo.
Tiró la bandeja y salió corriendo de la habitación en busca del doctor Jay, sin darse cuenta si el niño estaba bien o no.
Pero eso a Ethan no le importó, de sus brazos corría sangre que caía al suelo como si fuera gotas de agua, era una vista horrorosa.
—Callate, callate, callate — repetía poniendo sus manos en su cabeza—.
Ya no quería escuchar esas voces que lo atormentaban.
—¡Callate!
Grito callendo de rodillas haciendo que los pedazos de vidrio se enterraran en su piel, más no le importó, lo único que quería es que esas voces salieran de su cabeza.
~Matalos
~As que sufran, ellos no te entienden~
Ethan negaba, pero la voz en su cabeza, algo el sentía que lo controlaban.Sentía como si miles de agujas se pincharan a el, como si una serpiente se envolviera en su cuerpo.
—¡Páseme un sedante!
Ordenó el doctor Jay al entrar, la enfermera asustada se lo dió y se alejó unos pasos por temor a que el niño pudiera hacerle algo. Jay por su parte, se acercó cauteloso a Ethan quién tenía sus manos en sus oídos mientras decía cosas en voz baja.
—Ethan, tranquilo. Aquí estoy — susurró acercándose— ey mírame, eso, tranquilo.
Pero Ethan no lo escuchaba, cuando por fin quitaron sus manos de sus oídos, no podía oir nada. Más que solo aquel susurro que de volvía cada vez más silencioso.
🥀
—¿Que te pasó en la espalda, Ethan?
Preguntó la enfermera al verlo.
Ethan soltó un suspiro antes de responder.
—Caí en un montón de pedazos de vidrios — dijo.
—¿Y en el brazo?
Guardó silencio un momento y dijo:—Mi padre me dió con un alambre, hubiera sido peor si Freya no me hubiese defendido.