"Venecia, Venecia, la ciudad
sobre el agua "
-Alexa tejeda
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— Uhh, imbécil — le digo a Eric dándole un puñetazo en un hombre que baja como una bestia de la góndola mientras yo me intento bajar de esta y no caer al agua en el intento, y el susodicho no ayuda - Si me caigo al agua, te mató de una - le digo en forma de amenaza a Jessie mientras la apuntó. Está es la otra loca del grupo la cual me responde sacándome la lengua mientras sigue dándome pequeños empujoncitos.
— Infantil — le grito burlona mientras soltamos una risa a los segundos.
— ¡Estamos en Venecia! — Gritaba emocionadamente una loca más del grupo, Amanda.
Sip...
Estamos en Venecia.
— Es increíble como las casas pueden
sostenerse sobre el agua — digo asombrado mientras coloco mi mochila sobre mi hombro. Fue muy buena idea venir a Venecia, ciertamente si. Es preciosa.
Nos vinimos a Italia Venecia, la castaña amada, la rubia Jessie, el morenazo he idiota Eric, novio de la castaña y hermano de Jessie, Esteban mi primó, novio de Jessi y por último, estaba yo, la pelinegra, Adessa, «un gustaso»
El plan era venir a Venecia en las vacaciones de verano pero hubo una tormenta en mi ciudad, y se detuvieron los vuelos, así que tomamos las vacaciones en la cabaña de los padres de Jessie, para unos meses después volver hablar sobre la idea de el viaje y se dio hoy. Un día antes de Halloween.
— ¿Sabes dónde está el hotel? — le pregunta Eric, a su novia Amanda.
— ¿¡Yo!? —Abre los ojos, hasta no poder más con el gesto.
Suelto un suspiro.
— Sabía que lo ibas a olvidar. Lo sabía — digo mientras niego — Guarde la ubicación — saco mi teléfono de mi bolsillo trasero agitandolo delante de ellos.
— Ves, y tu que tenías miedo de venir a Venecia por miedo ahogarte, idiota. Tenemos a Adessa, la más responsable del grupo, nos cuidara, nos cuidara - dice confiada pasando su brazo por mis hombros mientras da algunas palmaditas en el de Eric. Llevo conociendo a esta tortuga desde los 7 años, la llevo conociendo un poco más que a los demás, a los demás los conocí entre la edad de los 15 pero le tengo el mismo cariño a todos, sin importar el lapso del tiempo en conocerlos. Jessie es de tipo muy olvidadiza (Múy), es a veces muy loca y según ella, muuuuy diva, también se le podría añadir que es muy extrovertida. Ella es muy diferente a mi, yo en mi caso soy más callada, un poco "tímida" se podría decir, soy muy analizadores y obserbativa.
— O si Jessi, tienes mucha razón — digo irónica mientras encontraba la ubicación en el historial. Ellos deberían cuidarme a mi, la mayoría son mayores que yo; Eric tiene 21, Jessi 20, Amanda, 21, mi primo 22 y por último yo, 18, la menor — Mira. — les muestro la ubicación.
— Está muy cerca de aquí — exclama emocionada mientras mueve su cabello.
Asiento.
Empezamos a caminar por las calles de la bella Venecia, tratando de no perdernos, pero si que muy distraídos por nuestro alrededor, las cuales son cosas nuevas para mí, y para todo el grupo. Algunas personas se cruzaban en nuestro camino por casualidad con sus disfraces de halloween en mano, otros nos sonreían o nos daban las buenas tardes y se las devolvía con una sonrisa de recreso.
Observé muchísimas tiendas de disfraces, personas tocando la guitarra, mientras el otro se encargaba de la tonalidad, personas bailando, vendedores, mercados, y muchas cosas más.
— Ésto es una jodida belleza — habla Amanda asombrada mientras da saltitos en el aire.
— Sí — asiento con fascinación.
— Tomemos una foto — ofrece Amanda robándome mi teléfono.
— ¿Okey ? — susurro al ver el secuestro de mi teléfono, para luego sin ningún otro remedio, tomo posición junto a ellos para la foto.
— Digan Venecia — dice Amanda.
— ¡Venecia! — decimos todos al unísono con una sonrisa.
— Bien. Ahora mi teléfono — digo tomándolo para regresar con la ruta del GPS — Está... — escaneo el lugar con el dedo índice -Por...aquí - digo señalando el hotel, que está a unos metros de nosotros
— ¡¡Eso!! — Eric avanza los pasos que nos quedan para llegar y en el proceso empuja a Esteban.
— Adessa! Hablale al idiota de tu primo! Le meteré la cabeza en el agua. Lo juro que si — se viene a quejar conmigo Esteban como un niño chiquito de 5 años, pero solo pasan segundos para que también salga corriendo de la misma forma que el otro, en dirección al hotel en busca de este.
Ruedo los ojos. Parecen un par de niños.
— Deberían cuidar a sus hijos — les digo a la novias de los "niños"
— Son un par de bebitos — dice Jessie cruzándose de brazos.
— Oye quien lo dice — le responde Amanda irónica alzando una ceja.
— A si, a si, a si — le dice a lo loco dándole algunos codazos juguetones mientras exclama las palabras.
— Ustedes también son un par de niños — comentó soltando un suspiro.
— Y tu eres una adolescente en desarrollo — me dice pasando su brazo por mis hombros al igual que amada.
Touche!
— Eres una baby — bromea Amanda, con una voz gruesa, sacándome una pequeña risa contagiosa.
— Si ya. Entremos al hotel. — digo fingiendo seriedad repentina.
Entramos y a primera vista, es bastante elegante, luminoso, abierto y refrescante, pero tenue y un poco vacío.
— Sí. Dos habitaciones —oigo plática a Jessie con la recepcionista.
— Aquí tiene. Gracias por su hospedaje — le pasa las llaves las cuales Jessie reparte, dándome una a mi, una a amada que comparte con Eric y por último Jessi se queda con la suya, la cual comparte con Esteban.
— Vamos — empieza a caminar.
— Grazie - «Gracias» — agradezco con lo poco italiano que pude aprender en estos meses de retraso, ¿Porqué quien se va a un lugar sin saber del idioma?, yo y estos idiotas. Aunque por lo menos aprendimos un poco «a costa de mi persistencia y amenaza, "supuestamente" aprendieron un poco»
Subimos cada quien a su habitación, pero las dos colas que tengo como amigas mandaron a sus cachorros a sus habitaciones y se vinieron a husmear a la mía.
— Tengo hambre — digo dejando mi maleta a un lado de la habitación y mi mochila arriba de está. Saco unas patatas fritas de mi mochila y me siento en la cama empezando a comer mis bellas patatas que en pocos segundos, la bolsa es arrebatada de mis manos por la rubia y la castaña.
No hay vida con este par.
— Pero... — no me dejan quejarme y me interrumpen.
— Te amamos — dice Jessi llevándome una papa frita a la boca.
— Si, lo veo - digo aceptando la papita, que claramente viene a cambio de que no me queje.
Me aman tanto, que me quitan la comida. Pienso para mí.
— Oigan, ¿y qué haremos con los disfraces? — pregunta Amanda.
- Eso lo tengo resuelto. Cerca del hotel hay una tienda de disfraces.
— Pues listo — asiente — No perdamos tiempo y vamos por nuestros disfraces, girls — dice emocionada.
—¡Si! — le responde la otra emocionada.
Las observó atentamente a ambas, siendo espectadora de su conversión.
— ¿Y qué dices? — me preguntan ambas.
Me encojo de hombros.
— Vamos — digo sin darle importancia, volviendo a obtener por mi cuenta el paquete de papas fritas.
Por fin comiendo agusto
— Pues vamos — se levanta Jessi poniéndose su botas para luego ser seguida por Amanda.
— ¿Ahora? — pregunto cómo queja mientras levanto una de mis cejas.
— Si. Ahora —dice tomándome de la mano haciendo que deje mis patatas sobre la cama, y ambas me arrastran hacia afuera, cerrando con llave la puerta de la habitación.
— ¿Que se supone que vamos a comprar? yo no tengo ni idea de lo que me voy a poner — Comentó mientras nos dirigimos a la habitación donde se encuentran los demás chicos.
— Yo me encargó de eso — me responde Jessie segura de sí misma.
—Chicos, muevan sus traseros ¡Que nos vamos a comprar los disfraces! — les comunica Amanda entrando a la habitación, encontrando a los chicos; uno jugando con su teléfono y el otro con el control remoto de la tele, mientras busca (creó) algún canal bueno para entretener su cerebro miniatura.
— Va — Se levanta el que está con el celular, Eric.
— Voy — le sigue Esteban que apaga la tele y se acerca a mí pasando su brazo por mis hombros mientras yo entró mis manos en los bolsillos traseros de mi pantalón.
«Se que me adora aunque lo niega, no puede vivir sin mi, o estar pegado de mi las 24/7»Pienso negando para mí misma con la cabeza.
— Mi primita se pondrá disfraces y no será uno de pato — se burla mientras hace puchero recibiendo un sape de mi parte junto a una mirada asesina.
Ruedo los ojos.
— Que no lo haya hecho el año pasado no es motivo para que te burles. Y aparte como se te ocurrió la maravillosa idea de comprarme un disfraz de pato, o sea... — digo incrédula mientras algunos de los chicos sueltan algunas risillas mientras se acuerdan de la situación.
El retrasado este, el año pasado me dijo que no comprara traje ya que el me tenía una sorpresa, " un gran disfrace" y yo como tonta y porque no tenía muchas ganas de gastar plata de mi mesada, pues me dio igual y le dije que si pero lo menos que me esperaba era que viniera vestido de canguro y que me trajera un traje de pato. En fin, ese día no me vesti de nada, mientras que todo el mundo a mi alrededor si pero eso no es lo que me importo sino que lleva burlándose desde ese día hasta el sol de hoy ,como un tonto «Como lo que es», me responde mi cerebro.
—Bueno nos vamos — digo ya cansada de sus burlas y anécdotas de ese día
— Ay, es que amiga — dice Jessie limpiándose las lágrimas falsas de las carcajadas que se ha tirado — solo a ti se te ocurre hacele caso a éste idiota — dice apuntandolo.
— Lo sé — digo dándole la razón.
— Pero este año no pasará eso. Tenlo por seguro, será nuestro mejor Halloween — dice Amanda pasando su brazo por mis hombres.
— ¡Nuestro Halloween, en Venecia! - le sigue Jessie igualmente pasando su brazo por mis hombres.
- Nuestro Halloween en Venecia...- les sigo con una sonrisa.