Creo que he escuchado esta misma presentación tantas veces que me resulta innecesario hacerlo, pero que más da, vamos a hacer esto de una vez por todas... Mi nombre es Roy Akval Fischler, y tengo siete años siendo el único y sorprendente hombre araña.
Cuando tenía once años, fuí picado por una araña genéticamente modificada. Sus toxinas radioactivas provocaron una reacción en cadena, haciendo modificaciones en mi ADN, alterando de una forma milagrosa mis estadísticas físicas, fisiológicas y mentales.
Unos dias después del incidente que me ocurrió, noté grandes cambios en mi cuerpo. Más hambre, más reflejos, más velocidad, más todo.
Un día mientras jugaba fútbol en el colegio, golpeé de una patada tan fuerte el balón que le hizo una gran abolladura a la portería. Podía correr hasta casa sin parar y nisiquiera jadeaba del cansancio. Podía escalar paredes sin caer, tenía una gran flexibilidad y no me dolían las caídas que sufría al tropezar.
Un día mientras corría, pude sentir una extraña sensación de poder, como si mi cuerpo me diera la indicación de saltar. Confundido por aquella extraña sensación, di un saltó sin imaginar que con aquél salto pude brincar más de tres metros.
Descubrí cuatro pequeños orificios que salieron en mis manos, dos de ellos que sobresalían de mis muñecas y dos más entre mis dedos índice y pulgar. De ellos podía lanzar una extraña cuerda que se adhería a las paredes y prácticamente a cualquiera cosa que estuviera a mi alcance, era como una especie de telaraña.
Todo era realmente genial, el sueño que cualquier niño quisiera se me había cumplido, ser alguien fuerte y genial como los super héroes de los cómics. Todo era color de rosa en mí vida, hasta aquel día, el día que aprendí que no todo era juegos y diversión.