Entre las angostas calles de Midori-ku, en Chiba, una mujer escapa angustiosamente de un grupo de infectados que, tras devorar a sus compañeros de grupo, ella huye por su vida entre lágrimas y llegando a su límite.
El camino la lleva a una fábrica pequeña de cables usados para artículos electrónicos como televisores o al menos en la época de paz. Entra por la puerta principal encontrándose con suelos cubiertos de sangre seca por aquellos días en que el brote se expandió velozmente y los obreros infectados atacaban a sus compañeros, sembrando el caos y dejando mares de vísceras por todas partes. Ahora solo hay suciedad, vegetación que valientemente aprovecha la ausencia humana y el nervioso silencio acompañado por los gemidos agonizantes de los infectados.
Llega hasta una puerta de metal en el que se llega a ver pequeñas chispas de lo que aún es energía eléctrica, entonces intenta abrirla, pero esta se encuentra trabada por lo que es obligada a golpear una y otra vez con el hombro hasta que finalmente es forzada y la mujer logra entrar.
Los infectados entran, alrededor de 50 de ellos, mientras que la mujer está en silencio y oculta en aquella habitación de maquinaria:
-Haa…haaa…-la mujer intenta recuperar el aliento después de correr durante horas- por favor…váyanse…váyanse…por favor…-dice en voz baja y se asoma para ver si los infectados se han retirado, pero mientras más observa más se encuentra con la verdad más cruda, llegan cada vez más y se hace difícil poder escapar.
Las horas pasan y los infectados siguen llegando.
Al anochecer la actividad de los normales se reduce drásticamente, salvo si hay un evolucionado lo suficientemente poderoso como para alterarlos al punto de que se unan a la cacería y sean devorados. Ninguna de las dos cosas ocurre y desde la entrada de la fábrica cubierta de sangre seca, suciedad y vísceras esparcidas por las paredes una figura muy humana se acerca con pasos intimidantes y silencio que congela la sangre.
La mujer, que aún asustada intenta mantener el miedo y angustia lejos del sentido común, piensa una manera de escapar de allí sin que la escuchen. Los pasos no hacen más que aumentar, no es solo un alguien sino "ellos" y averiguarlo no está a discusión para ella.
Entre las cajas con productos metálicos de engranaje, grasa y otros artículos para las enormes maquinas con las que fabricaban los cables encuentra un agujero por el que una mujer tan pequeña como ella puede pasar, pero para ello se despoja de su chaleco azul, camisa y pantalón, quedándose solo en ropa interior y descalza para evitar ser escuchada. Entonces quita la pequeña reja y cuidadosamente la deja un lado y se adentra al pequeño agujero que resulta ser una pequeña cloaca donde arrojaban basura o grase:
-Esto no tiene el más mínimo sentido. ¿Qué hacían esos evolucionados tan juntos? ¿ronin zombi? ¿torre de carne? ¿bomba viral? ¿garra carmesí? ¿esto es una broma? - maldice mientras se abre lugar entre basura y deshechos humanos- Lo peor es que no es normal verlos evolucionar al mismo tiempo. Eso es energía viral sobresaturada.
Como no hay mucha luz, los zombies permanecen en un estado de calma por lo que ella quita sin problemas la reja que da a la calle y sale, cubierta de porquería de toda clase, pero aliviada porque el peligro ha pasado y apenas hay dos infectados rondando como estúpidos sin rumbo.
Oportunamente vea lo lejos movimientos que no son torpes como los de los infectados ni abrumadores como evolucionados sino más bien los de humanos común y corrientes. Sin embargo, se acerca con mucho cuidado porque algo le produce una mala espina como sucedió en la fábrica.
Por detrás, una sombra se le acerca y golpea fuertemente a la cabeza, dejándola caer al suelo y un charco de sangre se empieza a formar:
-Agghh… ¿q-que…que…que eres? - dice adolorida y mareada por el fuerte golpea a la parte trasera de su cabeza.
Una figura más delicada y pequeña se acerca a ella y desliza la mano por su trasero y recorre con sus dedos la cintura hasta que encuentra un papel enrollado, se lo quita y entrega otra figura mucho más prominente y bestial de casi dos metros de altura.
El alboroto se escucha bastante y desde la fábrica se movilizan todos los infectados que se habían acercado y permanecido durante horas, mientras ella no puede moverse y solo ve como esas extrañas personas se alejan entre los zombies que van acercándose, gimiendo y arrastrando sus cuerpos. Además, varios evolucionados se desesperan hasta pelearse por ir a devorar a la humana:
-N-No, por favor…-dice débilmente- aléjense…váyanse de aquí monstruos…
Los primeros en llegar a la chica son los zombies ordinarios. Con una voracidad usual en ellos, le abren el vientre y sacan las vísceras para llevárselas a la boca y saciar su hambre mientras que otros mordisquean brazos, piernas, pecho, abdomen y rostros. Ella solo se desvanece lentamente hasta caer muerta, sin saber qué fue lo que le sucedió.
Por la mañana, llega la Shield Force aunque solamente Kenzo y Willian a bordo de la hummer negra. Encuentran el cuerpo o lo que quedó de él y varios infectados que siguen devorando lo que pueden.
Kenzo desenvaina su espada y corta sus cabezas al moverse velozmente hacia ellos:
-¿Qué fue lo que sucedió aquí?- pregunta Willian
-Algo verdaderamente problemático, eso es lo que pasa - responde Kenzo
-Esta mujer ¿Quién era? – pregunta Willian una vez mas
-Ella era parte de un equipo de limpieza que se dedica buscar suministros o maneras de encontrar recursos para desarrollar la ciudad, pero también erradicar infectados que rondan las cercanías. Algo así como un grupo militar proveniente de Neo Tokyo y que fue enviado para buscar manera de usar la electricidad.
-Acabo de esta manera. Entonces todo su equipo fue…-dice Willian, intrigado
-Si- se agacha y mira el cuerpo. Luego observa la zona, pero no encuentra nada sospechoso a excepción con rastros de grasa con la forma de suela de zapatos- ¿zapatos?
-¿Qué piensas?
-No son pisadas torpes sino más uniformes. Personas ¿ordinarias? - se pregunta Kenzo
William regresa al transporte negro mientras tanto, Kenzo se pone guantes y recoge los restos de la pobre chica. William le entrega una bolsa a Kenzo y lo ayuda a llevar el cuerpo a la hummer:
-Kenzo.
-Dime.
-Esta misión nos la dieron los funcionarios, pero ¿Por qué? Ha habido varios grupos y ninguno volvió con vida. Por alguna razón este es diferente y su desaparición hizo que nos tengamos que movilizar.
-Tu pregunta ¿Es?
-Ryoma y tu saben algo más ¿Cierto?
-Lo mismo que tú. Incluso entre los funcionarios hay secretos difíciles de revelar.
-Si puedo decirte algo. Esta mujer que encontramos tenía algo importante en su poder.
-¿Que podría ser tan importante como para que tenga en su poder?
-Copia de los planos de Neo Tokyo.