—Esto es mucho más de lo que esperaba esta noche, Alessandra. Ciertamente no pensé que tuvieras la audacia para ser así de atrevida, pero lo estoy disfrutando. Todavía no es tarde para que te levantes antes de que mueras de nerviosismo —dijo Edgar.
Edgar mantuvo las manos a su lado para evitar tocarla hasta que ella dijera algo que le indicara que estaba cómoda. Esto era un poco inútil considerando que estaba sentada justo encima de algo que pronto la tendría corriendo por las colinas una vez que se diera cuenta. Aunque tenía la sensación de que ella ya lo había notado.
—Tengo hambre —Alessandra ignoró a Edgar y tomó un plato para empezar a comer. Si tenía la boca llena, no tendría forma de responder a Edgar tratando de ponerla más nerviosa de lo que ya estaba.
Colocó un segundo plato junto al suyo para que Edgar no tuviera que estirarse mucho para tomar su comida. Alessandra rápidamente tomó su tenedor y cuchillo para empezar a cortar la carne preparada para ellos esta noche.