"Edgar miró a su alrededor en la habitación, la cual odiaba más que a la chica que su madre seguía llevando a su casa, diciendo que estaba destinado a casarse con ella en el futuro. Heather era su nombre.
La habitación asignada a él en la escuela a la que su madre lo había enviado era mucho más pequeña que las habitaciones que tenía en todas las casas de sus padres e incluso en la de sus abuelos.
Habían pasado tres días desde que su madre lo envió en un carruaje para estar aquí mientras ella se iba, quien sabe a dónde, para cuidarse a sí misma. Podría haberlo enviado a quedarse con su abuela, pero como los dos no se llevaban bien, lo enviaron aquí. Su madre temía que su abuela se metiera en sus asuntos y dijera cosas malas de ella. Tenía razón, pero Edgar deseaba que ella se diera cuenta de que sus propias acciones lo habían hecho pensar mal de ella. No lo que su abuela había dicho.