En el otro lado de la ciudad, Katrina caminaba de un lado a otro, esperando que llegara el periódico de la mañana. Hizo todo lo posible para descubrir lo que Edgar estaba planeando para ella y detenerlo, pero nadie involucrado en los periódicos hablaría con ella, sin importar cuánto dinero les ofreciera. Ahora solo podía esperar a ver qué era, ya que Edgar había cumplido su palabra y había colocado a sus guardias alrededor de su casa para evitar que saliera de la ciudad.
Katrina hizo que James enviara una queja a los guardias de la ciudad para que movieran a los hombres de Edgar, pero le informaron que no estaban en su propiedad y que los guardias no podían hacer nada al respecto. Katrina no tenía forma de obtener ayuda o escapar. No quería correr el riesgo de escapar, ya que Edgar estaría esperando para llevarla a algún lugar.