—Mark cubrió su rostro con su mano derecha. Era un tonto por pensar que esta sería una reunión tranquila con Edgar, Katrina y Kate en la misma habitación cuando se odiaban mutuamente. —Duque Collins, eso fue innecesario —dijo Mark.
Mark estaba molesto por el hecho de que Edgar no parecía arrepentido por lo que había dicho. En cambio, Edgar llevaba una expresión tranquila como si no hubiera empezado una pelea. Él entendía la animosidad de Edgar hacia las dos mujeres que lastimaron a su esposa, pero ¿mataría a Edgar ser normal por al menos una hora? Una hora de paz era todo lo que Mark estaba pidiendo y luego podrían volver a pelear entre ellos.
—Discrepo. Pensé que el momento lo requería. La vida funciona de una manera extraña, ¿no es así? Donde el karma no salta a nadie —reflexionó Edgar mientras Kate podría necesitar pedir prestada la vieja máscara de Alessandra ya que era tan orgullosa de su apariencia y ahora estaba herida.