—¿Voy a otra habitación para hablar con mi madre o es que todos los demás se van a ir ahora que estoy aquí? —Alessandra habló suavemente con Mark.
—Le mencioné que querías hablar con ella a solas, pero insistieron en quedarse juntos —respondió Mark.
—Entonces me gustaría que Edgar entre en los próximos cinco minutos —dijo Alessandra. No era justo que ella estuviera sola mientras su madre tenía a sus otras dos hijas a su lado. Querer que nadie interrumpiera su conversación con su madre ya no era una opción.
Alessandra no buscaba una pelea hoy, pero quería que Edgar estuviera en la habitación en algún momento en caso de que sintiera que no estaba llegando a ninguna parte con las tres personas en la habitación.