—¿Estás segura de que tu madre no está cometiendo un delito? ¿Cómo puedes comprar tan rápido como antes? —preguntó Grace.
—Grace, si vuelves a decir algo tan absurdo, nunca volveré a hablarte. Mi madre es una mujer inteligente y una prueba viviente de por qué los maridos deberían escuchar a sus esposas. Te dije que mi abuela también nos ayudó, así que deja de hablar tonterías —advirtió Kate, ya que apenas podía tolerar los ridículos rumores sobre cómo su familia había salido lentamente de la deuda.
—No intento enfadarte, Kate. Solo intento averiguar qué decir a todos los que preguntan —respondió Grace, pero en realidad, estaba buscando noticias para compartir con sus otras amigas.
Kate estaba recuperando su antigua gloria que tenía antes de que se supiera que su familia estaba quebrada. A Grace le gustaba ver a Kate como tema de conversación y para evitar que Kate volviera a su arrogancia, hablaba secretamente con las otras jóvenes para mantener a Kate abajo.
