Tobias mordió su lengua para evitar maldecir a las mujeres después de que nadie quisiera hablar. —Normalmente se ignoran tus momentos de maldad en estos eventos, pero atacar a alguien es donde se debe trazar una línea. Una Duquesa resultó herida dentro del palacio. Un crimen digno de prisión o, como las antiguas leyes lo habrían hecho, cortar la mano con la que se lanzó la piedra. Si nadie quiere presentarse, tendré que interrogar a todas ustedes y no será bonito.—
Las mujeres charlaban entre ellas tratando de encontrar al culpable. Nadie quería estar en el lado malo del rey o pasar el día siendo interrogado.
—Eleanor, ¿verdad?— Tobias miró detrás de él a la mujer que lo llevó allí. —Identifica a las mujeres que viste.—
Eleanor se puso delante de Tobias y una por una señaló a las mujeres involucradas en el asunto. Las recordaba como las amigas de Sophia, a quienes alguna vez dijo que compartían el mismo cerebro que Sophia.