Alessandra se movió en la cama, rodando hacia un lado mientras seguía durmiendo, pero la falta de los brazos de Edgar alrededor de ella como todas las mañanas la despertó. Abrió los ojos, mirando hacia el lado de la cama donde normalmente dormía Edgar, y lo encontró vacío.
Alessandra se sentó, frotándose la cara para deshacerse del cansancio. —Oh —notó su pecho expuesto, y de inmediato los eventos de la noche anterior volvieron a ella. Tiró de la sábana para cubrir su pecho. Miró alrededor de la habitación en busca de Edgar y comenzó a preguntarse si la había dejado sola, pero el sonido del agua salpicando en el baño la tranquilizó.
—Debería dormir un poco más antes de que salga —Alessandra gimió cuando intentó salir de la cama. Se sentía adolorida entre las piernas, lo cual era sorprendente considerando que no estaba así cuando finalmente se acostó. No era insoportable, pero no podía levantarse de la cama en ese momento.