-¿Qué hora es?- Alessandra gimió al abrir los ojos. El sonido del viento fuerte golpeando contra las ventanas la había despertado. Alessandra miró por la ventana y vio que todavía estaba oscuro afuera. A juzgar por el sonido del viento, tenía que haber una tormenta.
Cerró los ojos tratando de volver a dormir, pero le resultó difícil hacerlo. Alessandra suspiró, sin otra opción que quedarse despierta. Intentó moverse, pero el fuerte agarre alrededor de su cintura la detuvo. Si se movía demasiado, Edgar se despertaría. Era como si algo hiciera clic en su mente para despertarlo inmediatamente cada vez que ella intentaba salir de la cama. Si tenía que estar despierta, preferiría tener un libro para leer hasta que pudiera volver a dormir.
-La nieve será más alta mañana. Necesitaremos pala otra ruta para que los guardias la usen por la mañana-, murmuró.