—La única razón por la que tienes tus dedos intactos es por la regla de no pelear en la mesa, pero vuelve a tocarme y lo romperé— se escuchó la voz de Edgar en cuanto entraron en el comedor.
—Niños, por favor sean civilizados— suspiró Rose. Sabía que sería un problema tener a otros aquí al mismo tiempo que conocía a la esposa de Edgar, pero disfrutaba desayunar con tantos miembros de la familia presentes como pudiera conseguir. —Tenemos una nueva adición a la familia. Ya compartí la buena noticia de que Edgar se casó. Esta es Alessandra Collins.
—Es un placer conocer a todos— saludó Alessandra a los dos hombres que compartían una apariencia similar y a una mujer.
—¿Qué pasa con la máscara?— preguntó uno de los hombres. —¿No es atractiva?