Mientras tanto, en la capital…
El sonido incesante de hacer clic en el teclado podía escucharse en la gran sala de estar.
Jeslyn se veía caminando de un lado a otro, mordisqueando sus uñas con una expresión preocupada en su rostro mientras a veces se detenía para preguntarle a Rex sobre el proceso de su trabajo.
Amarillo también parecía angustiada mientras estaba detrás de Rex, cuyos dedos volaban sobre su portátil con una expresión muy seria en su rostro.
—¿Cuñado, encontraste algo? —Jeslyn preguntó por enésima vez.
—Jeslyn, mantén la calma, estoy segura de que la Ciudad está experimentando algún problema técnico o algo así. —Amarillo trató de calmarla, aunque sabía que era mentira.