Jeslyn fue vista en su habitación, de pie junto a la ventana de piso a techo mientras miraba al espacio, perdida en sus pensamientos.
La tormenta eléctrica en el horizonte, junto con la lluvia que golpeaba contra su ventana, sacudió a Jeslyn de vuelta a la realidad. En ese momento, la piedra de arcoíris en su dedo brilló intensamente, pero esta vez, fue una luz rosa que envolvió a Jeslyn por un segundo antes de desaparecer de nuevo.
Jeslyn miró el anillo durante mucho tiempo. Se dio cuenta ayer de que la piedra de arcoíris no solo brilla cuando cambia la temperatura, sino también cuando cambia su estado de ánimo.
Otra cosa que observó fue que, cuando la piedra brilla, comienza a sentirse relajada y mareada.
Jeslyn bostezó y volvió a la cama. En poco tiempo, se quedó dormida.