—No era tuyo. Mi padre poseía el código fuente y tu familia lo robó de él. Solo lo estoy recuperando. Además, la herencia de mi esposa. Así que no me has dado nada para salvar a Kimberly, Damien —él frunció los labios en una sonrisa burlona.
Damien apretó la mandíbula. Sabía que al pedir ayuda a Maverick, sería exprimido hasta que se secara. Sin embargo, todavía vino porque confiaba demasiado en Maverick para su propio bien. Aunque podrían ser enemigos, Maverick es recto y nunca traiciona.
—Bien. Te daré los documentos de la herencia de tu esposa y el secreto del mundo virtual. No puedo darte el código fuente... pero primero tienes que sacar a Kimberly —dijo Maverick.
Maverick negó con la cabeza. —No lo haré a menos que me des lo que quiero.