—¿Qué? ¡Eso es ridículo! ¿Cuándo va a parar esta tontería, por amor de Dios? —Ella se sentó en la cama con enojo y tiró la almohada a un lado.
—Pronto —dijo Maverick mientras estaba sentado en un sofá.
Pink apareció cuando ella estaba dormida hace unos días y le inyectó la dosis, así que está bien hasta el próximo mes.
—¿Debería haber tenido mi período o no vino? —preguntó Jeslyn.
—Vino. Me encargué de eso —respondió Maverick.
Los labios de Jeslyn se torcieron. —Tú... tú...
—Mn... me debes —respondió él.
—¿No te sentiste asqueado? —preguntó ella.
—¿Te sientes asqueada? —devolvió la pregunta.
—A veces —respondió ella.
Maverick solo la miró y no dijo nada.
—¿Dónde está mi teléfono? —Jeslyn buscó alrededor de la cama pero no lo encontró en ninguna parte.
—La batería se agotó. Está cargando —dijo Maverick.
Jeslyn lo miró con escepticismo. —¿Cómo es eso? —No había usado su teléfono desde que llegaron a la isla sin red y su batería estaba al 100 por ciento.