La noche pinto los cielos de la ciudad, dando paso a la luna y las estrellas, pero eso no era lo importante ahora. En un cuarto un joven dormía en la comodidad de su cama y el calor sé sus sabanas.
Este era Peter Parker, un joven con una inteligencia bastante excepcional y una vida tranquila. Tenía una tía a la que quería como si fuera su madre y una mejor amiga a la que no sabía si quería como una hermana o algo más. Aunque no todo era perfecto en su vida, después de todo nada lo es.
Ser alguien bastante listo lo hacía blanco de los típicos matones que no tenían nada mejor que hacer en su vida y su única diversión era joder a uno para sentirse superiores. El que fuera un alguien flaco y que no hacía nada al respecto era otro factor decisivo.
Mientras dormía su cuerpo empezó a convulsionar, se movía de forma desesperada mientras la espuma salía de su boca y la sangre empezó a salir de sus oídos y ojos. Esto no era algo normal, su cuerpo termino en el suelo dónde seguía retorciéndose descontroladamente hasta que se detuvo de un momento a otro sin dar señales de respirar.
Su cuerpo quedó inmóvil en el suelo sin dar signos de estar vivo, aunque eso no duró mucho porque se levantó de golpe buscando respirar y llenar sus pulmones de oxígeno. Su cuerpo aún temblaba por el ataque anterior.
"M-mierda, eso no salió como esperaba". Era claro que esta persona no era ya Peter Parker. Era alguien más.
"Diablos, eso dolió y este cuerpo casi muere". Mire alrededor viendo dónde me encontraba para ver mi reflejo en un espejo cercano. Viendo mi nueva apariencia joven y atractiva tenía que admitir, con un cuerpo bastante débil era de esperarse que casi muera al forzarlo para aceptar su alma.
Había escapado de la muerte y la penitencia eterna hasta hace unos momentos. No sabía si lo que lo arrancó su alma mortal de su anterior cuerpo, sabía dónde se encontraba o si realmente le importaba su paradero. En cualquier caso, su existencia no era más que basura en su presencia más de lo que haya visto anteriormente.
Controlo su respiración y trato de calmar su cuerpo. Para llegar aquí tuvo que tomar este cuerpo, aunque débil, tenía que admitir que era bastante inteligente. Lo malo de eso era que su intelecto se quedaba atrás y esto era como descargar todos tus datos en otra computadora.
Se sentó en el piso analizando su situación. Su cerebro y su mente chocaban entre sí al ser tan distintos. Uno podía procesar las cosas tan rápido mientras el otro se quedaba atrás hasta para alcanzarlo. Tardaría en acostumbrarse hasta que todo sea de forma totalmente natural.
Estuvo de esa manera una media hora hasta que ambos estaban en sincronía o al menos parecía que lo estaban. Su vida y la de Peter Parker chocaban entre sí, recuerdos que se superponían entre ellos mismos lo hacían dudar de quién era. Hecho las dudas de lado. Él era él y nada lo cambiaría, en cuanto a Peter no había mucho que hacer por él al final de todo esto. El destino es una perra y lo quería muerto, de todos modos alivio la culpa de tomar su vida para que él pueda vivir. No es que hubiera mucha en realidad.
Miro el techo y una sonrisa estaba es su rostro, poco a poco se volvió más enferma. Ahora era el maldito Peter Parker, cuyo universo él no era el que estaba destinado a ser Spider-Man. No era que quisiera serlo en primer lugar. Pero eso no quitaba lo que podía hacer en un futuro.
Tanto que hacer y tomar estaba delante él. Quitando el hecho que estaba bastante jodido el mundo, aunque no tanto como DC o la versión de este universo que caería ante un virus por culpa de Magneto.
"Gwen". Su ahora mejor amiga llegó a su mente y no pudo evitar sonreír y lamerse los labios. Bueno, al menos haría algo bueno por Peter y no dejaría que alguien más la tome para sí mismo. ¿Era poco moral aprovecharse de una chica enamorada como Gwen?
Por supuesto que sí, y disfrutaría haciendo que ella caiga en sus brazos. Después de todo experimento la muerte una vez y la moral estaba sobrevalorada.
Sus pensamientos fueron cortados por los rayos del sol entrando por su ventana. Miro el reloj que colgaba en su pared viendo que era bastante temprano. Sonrió viendo como el sol le daba la bienvenida a este nuevo mundo. Desgraciadamente, el llegar a este nuevo cuerpo canso su mente por la fatiga, aprovecho que todavía era temprano y se metió entre sus ahora sabanas para descansar un poco más.
Dejo que la cama lo reclamara mientras era seducido por las sábanas. Se sentía demasiado bien dormir que no le importo nada más.
Un par de horas después, el despertador empezó a sonar, el cual apagó para continuar durmiendo. Sirvió de poco, ya que ahora alguien lo estaba molestando. Abrió uno de sus ojos y miro que era Gwen la que lo estaba despertando.
Si tenía que decir algo era que los paneles no le hacían justicia, ahora que la veía como alguien real y no como un personaje de cómic o uno animado.
Ese cabello rubio que le llegaba hasta los hombros junto a ese hermoso par de ojos azules y esos labios rosados y tiernos lo hacían querer saltar sobre ella, esa perforación en su ceja le daba un toque exótico a su personalidad rebelde.
Pero para su desgracia el sueño lo hacía pensar más con su cabeza y menos con su pene. Se dio vuelta y la ignoro como se supone que lo haría Peter. Eso y que realmente estaba agotado.
"Vamos Peter, realmente piensas ignorarme de esa forma. Lastimas mis sentimientos Peter". Actuando de forma exagera, Gwen empezó su acto mientras se sostenía el pecho de forma exagerada. Al ver que no respondía empezó a moverlo bruscamente sin aplicar la fuerza para romperle algún hueso con su fuerza aumentada.
"Vuelve cuando seas una pelirroja". Peter comentó buscando molestarla y bromear para probar qué tanta importancia le deba a sus palabras. Lo cual le salió mal, ya que una parte de Gwen se enojó y sintió celos que no quiso mostrar al no estar segura de lo que siente por él.
"Así que te gustan pelirrojas no es así. Será mejor que te levantes, que no verás a ninguna ahí". Sin avisar volteo su colchón con él encima tirándolo al suelo. "Vamos Peter, la tía May hizo el desayuno y se enfría". Sin levantarse del suelo la miro aún entre sus sabanas.
"Sabes no sé si eres anormalmente fuerte o soy realmente tan débil. Si esto sigue así tendré que entrenar". Su comentario solo hizo reír a Gwen y le contesto que podían ser ambas. Sin querer levantarse se volvió a meter en sus sábanas en el suelo.
Gwen solo suspiro y tiro de las sábanas con él sin soltarlas. Esto le sirvió para ver cómo reacciona Gwen y si hay sentimientos dentro de ella por Peter. Se conformó con los resultados y usaría eso para tenerla ahora.
"Lo siento Peter, pero ahora soy tú, así realmente no estoy haciendo nada malo y es mejor a que esté con alguien más o una versión tuya o de Miles se la lleve". No sabía si el alma de Peter seguía por ahí, pero agradeció que le cediera tan amablemente su lugar.
Al final él moriría en este universo, así que realmente no había un delito por tomar el cuerpo de alguien que moriría. Eso sonó mal, bueno, la vida es así.