En la caja había una flauta de oro y diamantes, de unos treinta centímetros de largo, tenia dos diamantes blancos y tres rubíes rojos como la sangre. - Esta flauta te sera de mucha utilidad. -Disculpa Akira, ¿Pero? ¿Como se supone que voy a conseguir ¿La escama de un dragón?.
- No es una flauta cualquiera¡ todo aquel que la escuche, caerá en un sueño profundo!. -Em....-¿Que sucede? Muy apenado le pregunté -¿Que rayos es la necrofita?. - ¡no tienes porqué avergonzarte!, es natural que no sepas lo que es. - Hace ya mucho tiempo, para ser mas exacta, hace unos dos millones de años, este mundo era dominado por los humanos. Cuentan que un día el cielo se oscureció y el planeta fue barrido por una especie de explosión. Todo el mundo fue devastado. Solo sobrevivieron algunos insectos y mamíferos, los cuales mutaron al entrar en contacto con un nuevo mineral, necrofita, la cual se encontraba distribuida por todo el planeta. -¿Entonces? ¿Sera muy fácil de encontrar!- no es tan fácil! -¿Porqué lo dices? - Quedan pocos yacimientos, en esta zona solo hay dos y están bajo el control de uno de los demonios mas poderosos. - Lo que me faltaba ¿y cual es el nombre de ese sujeto?. - Aníbal ¡Debes irte ahora! No podemos arriesgarnos, Cebero regresará en cualquier momento, debes marcharte. - Regresare pronto Akira. - Eso espero toni. Agarré la flauta y la guardé en mi bolsillo trasero, lentamente me acerqué a la puerta principal y abandoné la casa.
Debo regresar a la aldea, para conseguir las alas de un escarabajo quimera, las alas de Bazzal me servirán, ya que el era uno de esos bichos. De camino a la maldita aldea, me encontré con un cadáver, al parecer era de un hombre de unos cuarenta años, de tes negra, vestía una camiseta de color azul y unos pantalones negros, estaba descalzo, sus ojos estaban hinchados, su cráneo estaba abierto y hueco, al parecer algún animal se había alimentado con el cerebro del hombre. Despojé al cadáver de su ropa, no puedo arriesgarme a que alguien me reconozca, me quite mi chaqueta, los pantalones y las botas, me vestí con aquella ropa que le quité al sujeto.
Faltaban pocos metros para llegar a la aldea, ya estando en el pueblo me dirigí al restaurante, al parecer todo estaba igual a como lo había dejado, cuando entré al recinto, la puerta de la cocina estaba abierta y a un costado se encontraba la mesa con la que había bloqueado la puerta.
En la mesa, aquella mesa vestida de rojo, se podía ver mas sangre en aquella cocina que en un matadero, pues era un matadero y no una cocina. En el piso aun yacían los vidrios quebrados, mezclados con los órganos desgarrados del insecto, ya hinchados y con algunos gusanos, debajo de la mesa se encontraban las dichosas alas multicolor. Las tomé y las guarderías en mi mochila junto a la linterna y la red de pescar. Me marché muy rápido de aquel lugar, de aquel pueblo. De mi bolsillo derecho saqué la brújula que Kira que me había regalado, me encontraba en un espeso bosque, muy densa vegetación, la brújula apuntaba al norte. Es hora de conseguir la escama del dragón.