Después de conducir por la ciudad a gran velocidad siguiendo las instrucciones de Gisselle, llegamos a una especie de fábrica abandonada en las afueras de la ciudad, muy cerca al bosque.
- Apaga el auto. - Me ordena en cuanto aparco en la entrada del lugar y de inmediato lo hago sin decir nada, luego alguien abre la puerta del copiloto e ingresa. Es un hombre que nunca en mi vida había visto pero que parece un luchador de la WWE, él toma asiento en la silla mientras me mira y me apunta con un arma al mismo tiempo que le pasa un frasco y un pañuelo a Gisselle que aún está en el asiento trasero apuntándome con otra arma.
Al momento siguiente, Gisselle me pone el pañuelo en la cara obligándome a oler una sustancia que me imagino que es la misma que contiene el frasco y que el pañuelo ha sido impregnado por el líquido de este. Trato de pelear para quitarme el pañuelo de la nariz pero él hombre que ya no me apunta con el arma, me agarra las manos para inmovilizarme y su fuerza es tanta, que no puedo hacer nada y poco a poco pierdo la consciencia.
A medida que comienzo a despertar, me voy dando cuenta de que tengo las manos y los pies amarrados. Siento el cuerpo un poco entumecido por las amarras y por haber estado al parecer, en la misma posición por algún tiempo y a medida que estoy recuperando más mi consciencia, me doy cuenta de que estoy sentada.
Al despertar, observo que estoy en una habitación que parece un cuarto de interrogatorio, trato de moverme un poco pero los grilletes de las manos y de las piernas me lo impiden.
- Por fin despiertas prima, al parecer se me paso la mano un poco con el fármaco que te di a oler, no sabes las cosas tan interesantes que puedes adquirir en el mercado negro. - Me dice mientras se acerca a mí y pone los grilletes de mis manos en un gancho metálico que esta sobre la mesa para que pueda poner mis manos encima de esta. Después, agarra una carpeta de una mesa para colocarla en la que estoy atada con un lapicero, luego ella se sienta al frente quedando cara a cara, observándonos muy detenidamente.
- Y... dónde está tú amigo el fortachón?. - Le digo sin ponerle atención a la carpeta que acaba de poner frente a mí.
- Se está ocupando de la seguridad del lugar ya que, aunque estamos un poco lejos del lugar que conociste antes de dejarte inconsciente, estoy segura de que tú amado esposito nos hallara pronto. - Me dice mientras se acomoda en su asiento.
- En pocas palabras, es otro idiota que cayó en tus redes creyendo que lo quieres como lo hiciste y como usaste al pobre Robert Bale. A quién luego asesinaste sin importarte lo que ese hombre sentía por ti...
- Veo que han hecho la tarea y que sabes bastantes cosas ahora... me sorprendes un poco porque siempre has sido una estúpida que no ve más allá de sus narices...
- Bueno... es que en los últimos meses he dejado de ser esa estúpida para convertirme en otra mujer que ni siquiera te imaginas que existe. Además, tus diarios fueron muy útiles para saber la clase de víbora y de zorra que eres Gisselle.
- Vaya vaya vaya, así que aprendiste a insultar por lo menos... pero debes de saber que para nada me siento ofendida, viniendo de ti es todo un orgullo. Que me ofenda la perfecta y santurrona de Alexa Lennox, es una completa hazaña. Ahora cambiando de tema, quiero que firmes los documentos que están en la carpeta que tienes al frente.
Me sonrío al pensar por un instante que verdaderamente había sido una tonta por no haber sido capaz de ver el verdadero rostro de Gisselle, luego abro la carpeta que contiene unos documentos que con un poco de dificultad veo, solo leo el primer párrafo por que con eso es suficiente para saber de qué se trata.
- Ay Gisselle... tú crees que después de todo lo que me has hecho yo voy a firmar estos papeles y te voy a dar todo mi dinero así como así, no insultes mi inteligencia. - Le digo mientras me le rio en la cara y cierro la carpeta.
- Lo vas hacer... eso te lo aseguro.
- Pues lamento dañar tus planes… pero hace algunos meses que deje de ser multimillonaria porque decidí traspasarle todo mi dinero a mi querido esposo, previendo que algo como esto podría pasar y de una vez te digo que no va a funcionar que lo presiones o que lo amenaces o alguna otra cosa que se te pueda ocurrir, porque en el momento en que le traspase mi dinero, incluí unas pequeñas clausulas y entre esas clausulas esta que él no puede ni vender un dólar, ni traspasárselo a alguien en diez años. - Se lo digo con mucha suficiencia y por dentro diciéndole touché, acabo de darte tremendo golpe como se diría en el esgrima.
Al momento siguiente, Gisselle se levanta de su silla tirándola al suelo para después acercase a mi e intentar golpearme, pero a pesar de tener grilletes que limitan mucho mis movimientos, logro esquivar su golpe que iba directamente hacia mi rostro.
- Maldita perra!!!!, como te odio!!!. - Me dice mientras forcejea con su amigo el fortachón que entró justo a tiempo a la habitación para contenerla.
- Gisselle contrólate!!!, no puedes perder la cabeza y más ahora que su esposo ya viene hacia acá con todo un ejército... - Le dice el hombre mientras trata de calmarla y de contenerla.
- Pues para eso te traje acá idiota!!! - Ella le dice totalmente fuera de sus casillas y el hombre la observa como si quisiera golpearla.
- Si, me trajiste para eso pero no puedes ponerte como una loca a dañar todo. - Le dice mientras la saca de la habitación.
Respiro hondo, ya que me había salvado de lo que pudo haber sido una golpiza. Observo el lugar para poder evaluar las posibilidades de escapar y de soltarme los grilletes, aunque por lo que estoy viendo, no tengo muchas posibilidades.
Repaso una y otra vez las pocas clases que Damián me había dado en los últimos dos meses sobre defensa personal y de cómo manejar algunas armas porque yo se lo había pedido y después de haberlo discutido mucho tiempo, él había aceptado a regaña dientes, ya que no se le hacía gracia y tampoco había estado muy seguro de hacerlo.
Ha pasado algo de tiempo y no he podido zafarme. El soporte metálico al que están pegado mis grilletes de las manos, es bastante pesado y muy difícil de abrir sin tener la llave de su cerradura, el mecanismo está nuevo y eso lo hace aún más difícil.
Mientras sigo intentándolo, la puerta de repente se abre y por ella Gisselle vuelve a entrar, caminando hacia mí.
- Levántate. - Me dice cuando zafa los grilletes de mis manos de la mesa después de que se había agachado para quitarme los grilletes que tenía antes en los pies.
Al momento siguiente, me apunta con el arma mientras me hace un gesto para que salga de la habitación adelante de ella y a medida que vamos avanzando por un pasillo un poco oscuro por falta de iluminación, ella de repente habla.
- No sabes lo que hubiera dado por que tú nunca hubieras existido maldita.
- No se puede tener todo en la vida, además yo no tengo la culpa de que el amor de la vida de mi tío haya sido mi madre y que ella nunca le correspondiera sus sentimiento y mucho menos que el me viera como la hija que quería tener con ella. Al que le tenías que reclamar por sus sentimientos mal infundados era a él no a mí. Además, eres una completa tonta por haber pensado que si me sacabas del camino y te apoderabas de mi dinero, ibas a ocupar mi lugar y así lograr que tu padre te quisiera más que a mí...
- Maldita!!!, no sabes cómo voy a disfrutar matarte, no solo para poner tu existencia a término sino, también para vengarme de tu querido esposo por no haberme aceptado y fijarse en alguien tan insignificante como tú.
- Yo creo que la zorra es otra porque te querías quedar con todos, con Ryan, con Bale, con mi esposo y quien sabe con cuantos más y antes de que digas otra estupidez, ahí tampoco tengo ninguna responsabilidad porque tú sola te convertiste en una cualquiera.
- Por supuesto, nada es culpa de la perfecta y santurrona de Alexa Lennox. Camina... - Me empuja con algo de fuerza por la rabia que tiene contenida, sé que no le ha gustado lo que le acabo de decir.
Después de caminar por varios pasillos por algunos minutos, llegamos a una habitación que esta destruida y en ruinas. Le falta como dos paredes y está completamente invadida por la maleza, hasta crear como un laberinto en medio del lugar. Ella me lleva a empujones a la mitad del lugar y luego me quita los grilletes de las muñecas dejándome en libertad, para después sacar dos armas de su cintura y entregarme una.
- De este lugar mi querida prima, solo una va salir con vida. - Me dice con una enorme sonrisa dibujada en el rostro.
- Cuales son las reglas si es que hay, no creo que para esto tengas un poquito de honor. - Le respondo al tener mi arma en las manos pero totalmente descargada, ya que aparte del arma me entrega una caja con munición muy limitada.
- Voy hacer un conteo hasta tres, cuando llegue a ese número cada una correrá a esconderse lejos de la otra y cargara su arma, luego va a sonar una especie de alarma cuando yo presione un botón y en ese momento nos cazaremos la una a la otra. - Me dice al mostrarme que no lleva más armas con ella y que la que tiene en la mano igual a la mía, tampoco está cargada.
- Muy bien... solo una sobrevivirá entonces... - Le digo muy seriamente por que la mujer que tengo delante de mí, es una completa extraña y esto es algo que ya no se puede posponer y para este momento, llevo mucho tiempo preparándome mentalmente desde que me enteré todo lo que ella había hecho para destruirme y para asesinarme sin tener en cuenta que llevábamos la misma sangre y que éramos familia. Un tiempo en que me preparé para no verla más como mi familia y el mismo tiempo que me llevo a meterme en la cabeza que la próxima vez que nos volviéramos a ver, solo una saldría con vida y esto es algo que yo tengo que afrontar de una vez por todas.
Gisselle comienza a contar y cuando llega al número tres, las dos nos alejamos y nos perdemos de vista. Rápidamente cargo el arma como Damián me había enseñado con las tres balas que me había dado Gisselle, escondiéndome al mismo tiempo, luego respiro profundamente para calmarme también como él me había enseñado. Trato de recordar un poco como es el lugar y en donde es factible que ella pueda esconderse y por donde puede emboscarme, y mientras trato de analizar la situación con calma, suena la sirena que ella había dicho que sonaría.
Me preparo al quitarme los zapatos para poder moverme más silenciosa por el lugar, cuidando cada paso para no pisar alguna rama o algo que haga ruido y me ponga en evidencia y delate mi posición. Empiezo a moverme lentamente y escuchando cada ruido del lugar por si alguno me da la ubicación de Gisselle pero por ahora solo se escucha a los pájaros cantar, me acerco con mucho cuidado a uno de los lugares en los que he pensado que ella puede estar pero este está vacío, no hay nadie ahí pero no estoy del todo equivocada, ya que puedo ver la caja de su munición en el piso, así que trato de seguir su rastro porque ha sido descuidada. Se nota que está muy convencida de llevar la delantera y de que yo soy una presa fácil porque según ella, yo no estoy prepara para esta situación y tendría la razón si no le hubiera pedido a Damián que me entrenara un poco desde que llegamos de Santorini y eso ella no lo sabe, ese es un punto que tengo que aprovechar a mi favor sin bajar la guardia.
Sigo avanzando siguiendo su rastro y a medida que al parecer me voy acercando a ella, puedo escuchar que se está ofuscando por no encontrarme, menos mal que se me había ocurrido esconder mis zapatos cuando me los quité. Al seguir un poco más, me grito mentalmente eureka porque ahora puedo ver su espalda y de repente puedo escuchar un gruñido que sale de su boca.
- Maldita!!! dónde estás?. - Grita perdiendo el control.
- Acá estoy primita... - Le respondo y luego todo comienza a pasar como si fuera en cámara lenta.
Ella se gira para verme completamente sorprendida pero al mismo tiempo está tratando de apuntarme con el arma para luego dispararme, a lo que yo me muevo un poco más rápido disparándole en el hombro izquierdo y luego tirándome hacia el otro lado para cubrirme de los dos disparos que hace, anotando en mi cabeza de que si había sido honesta le quedaba un solo disparo.
- Debo reconocer primita que me has sorprendido bastante, nunca me imaginé que ya supieras manejar armas, si lo hubiera sabido hubiera sido mucho más cuidadosa. - Me dice después de un breve momento de ser herida por mí.
- Cortesía de mi esposo que me enseñó desde que regresamos de Santorini. - Le respondo al estar aún más alarmada porque ella sabe mi posición.
- Pues me has descrestado, jamás hubiera pensado que Alexa Lennox se ensuciaría las manos con la sangre de su familia.
- La mujer con la que estoy hablando en este momento no es nada mío, a mi prima yo ya la enterré hace varios meses junto a su padre.
- Mi padre... pobre... cuando nos fuimos de tú casa y me escucho hablar por teléfono y se dio cuenta de que yo era la que intentaba matarte, se puso furioso y pensó que podría doblegarme para llevarme a la policía y entregarme, fue ahí que me vi obligada a romperle el cuello. Admito que se me fue la mano porque no era mi intensión acabar con él tan rápido, pero eso le pasa por metiche y por ser un desorganizado. Si no hubiera dejado su celular en el apartamento, no se hubiera tenido que devolver y escuchar mi conversación.
- Me imagino que después de eso planeaste el accidente y luego compraste al forense para que dijera que los restos de la otra persona eran tuyos y que no dijera también que mi tío ya estaba muerto cuando al auto exploto en el barranco.
- Prima... cuando te has vuelto tan inteligente?... sí, eso hice...
- Quien fue la otra persona que asesinaste para poner en ese automóvil?.
- Una indigente, pero le di una última comida y muy buena... - Me responde con gran sarcasmo.
- Porque incendiaste el apartamento de Kelly si ella no tiene nada que ver con nosotros?.
- Lo incendie porque esa estúpida se cree lo mejor de lo mejor... necesitaba un escarmiento, pero no contaba con que se iba a meter en mi casa a vivir, pero claro… que se podía esperar de tu estupidez primita... pero ahora estoy viendo que ya no eres tan estúpida, tal vez por eso fue que Ryan me traiciono y se enamoró de ti.
- Qué paso entre ustedes?. - Le pregunto mientras la distraigo para irme acercando a ella.
- El plan era que supuestamente te enamoraría, se casaría contigo para luego quedarse con los pozos y después matarte para quedar como un pobre viudo, pero el idiota terminó enamorándose de ti de verdad y cuando me di cuenta e iba a reclamarle, lo escuché hablar con otra persona de que me iba a sacar del juego. Así que yo fui la que le dañe su boda al colocar un video de él y yo pero claro, cuidándome de que no se viera mi cara y cambiando mi voz. Ese día estuve tan contenta, pensé que lo había acabado y que por fin ibas a desaparecer de mi vida pero no, al idiota que contrate para que te atropellara tampoco hizo lo que le pedí.
- Así que por tu culpa estuve en coma y al borde de la muerte...
- Pues sí, pero cuando vi que pasaban los días y no te morías, intenté hacerlo por mi cuenta pero tampoco contaba con que Damián estaba haciéndote compañía en tu habitación de la unidad de cuidados intensivos cada noche y cuando estaba a punto de darte la estocada final, él me descubrió y te salvo una vez más la vida y para acabar de ajustar, esa misma noche despertaste.
- No me extrañaría que hubieras sido tú la que intento drogarme y mantenerme como una idiota. - Le digo con sarcasmo.
- Pues sí… yo también fui responsable de eso, pero una vez más Damián daño mis planes y aunque traté de seducirlo para que fuera mío porque de verdad me gustaba, el idiota siempre me rechazaba porque estaba completamente enamorado de ti.
- A pesar de todo lo que has hecho, si tengo que darte las gracias por algo Gisselle...
- Las gracias por qué?... - Me pregunta bastante sorprendida.
- De que gracias a ti y de todo lo que has hecho, pude conocer al amor de mi vida, ser su esposa y su mujer...
- Maldita desgraciada... - Me dice y al momento siguiente, las dos estamos de pie una frente a la otra apuntándonos con las armas.
- Pues por mi cuenta corre de que no te vas a quedar con él... - Me vuelve a decir y al segundo siguiente, nos disparamos las dos.
Mientras estoy cayendo al suelo como si todo volviera a ponerse en cámara lenta, siento un ardor al lado de mi cintura y como mi ropa comienza a sentirse mojada, luego escucho a alguien gritar mi nombre a unos pocos pasos de mi ubicación, logrando sostenerme para que no me golpee la cabeza al caer y quitándome el arma para él accionarla una vez más. Después, siento que mi cabeza está en algo suave y que alguien está presionando mi costado para evitar que me desangre. Abro un poco los ojos intentando no desmayarme y logro observar que es Damián quien está haciendo presión en mi herida y que se ha quitado el saco para ponérmelo de almohada.
- Llamen a una ambulancia, rápido!!!. - Lo escucho gritar, luego nuestras miradas se encuentran.
- Vas a estar bien amor, lo hiciste muy bien, estoy muy orgulloso de ti.
- Y yo te amo... más que a mi vida... - Le digo al intentar tocar su rostro con mi mano pero una vez más, las fuerzas me fallan y comienzo a entrar en la inconsciencia.
- Amor... no me vuelvas hacer esto por favor... despierta!!!, Alexa!!!. - Y eso es lo último que logro escuchar.