Así, ese mes pasó conmigo disfrutando de mamá con un lado ocasional de Madison. En cuanto a Hannah, no habíamos pasado mucho tiempo juntas desde que se encontró el video. Se mantuvo sola en su habitación la mayor parte del tiempo. Me las arreglé para arrinconarla una vez, pero apenas pasé de la primera base cuando nuestras acciones fueron interrumpidas inadvertidamente por una criada que entró a limpiar. Había considerado simplemente ir a la habitación de Hannah y empujarla hacia su propia cama, pero con dos mujeres satisfaciendo mis necesidades, no estaba tan necesitado sexualmente como para sentir el impulso abrumador de agregar una tercera.
Además, aunque Madison estaba ocupada, todavía jugaba al perro guardián, por lo que las veces que pude hacer avances sobre Hannah fueron pocas. Al menos por parte de Hannah, ella no le había mencionado ninguno de estos avances a Madison, o Madison probablemente me habría cortado de su linda boca. Hannah en realidad estaba ocupada preparándose para los exámenes de ingreso a la academia. Así que el tiempo con Hannah fue muy limitado por varias razones.
Fue alrededor de un mes y medio después de haber encontrado la holocinta en mi cumpleaños, mi mamá había salido a llenar unos formularios. Le había rogado que me llevara con ella, pero todavía estaba restringido a la mansión. Si mis días no hubieran estado llenos de sexo, probablemente me habría vuelto loco. Aun así, me estaba cansando de leer y estaba buscando algo para romper con la monotonía de esta vida.
Estaba acostado en mi cama, sin leer el libro en mis manos mientras miraba borrosamente la página durante diez minutos seguidos. Fue entonces cuando llamaron a mi puerta. Mamá no volvería, Madison estaba en la universidad y la mucama ya había dejado el almuerzo, así que realmente no sabía quién llamaría así. Cuando abrí la puerta, mis ojos se abrieron con sorpresa. Después de todo, al otro lado de la puerta había una criada. En realidad, era Veris, mi criada que había estado fuera con un problema en la espalda que se había prolongado durante dos meses, todo después de que me ofrecí a embarazarla a ella ya su hija.
Sin embargo, Veris no vestía su traje de sirvienta. En cambio, llevaba un vestido que terminaba bastante corto. Básicamente era su ropa de calle, con la que nunca la había visto mientras estuvo en la mansión. Hice un gesto para dejar entrar a Veris en mi habitación, sin saber de qué se trataba todo esto.
"¿Verís? ¿Que pasa?" Yo pregunté.
"E-he oído de algunas de las otras sirvientas que usted y la señora están... ¿durmiendo juntos?" Mi ceja se elevó ante esas palabras. No era el hecho de que ella supiera que era una sorpresa.
Como había dicho, todas las sirvientas lo sabían. Sin embargo, también era algo de lo que nadie hablaría abiertamente. Era un secreto de familia, y las criadas no lo mencionarían a nadie, al menos si querían conservar sus trabajos. Bueno, aparentemente chismearon entre ellos. Para preguntar tan descaradamente, fue realmente audaz.
"Lo que mi mamá y yo hagamos en nuestro propio tiempo no es de tu incumbencia…" respondí, mi voz sonando un poco más fría de lo que quería también.