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Chapter 29 - Capitulo 28

Capitulo 28.

Los días siguiente transcurrieron con normalidad, Amid y Noelia no se separaban nunca lo cual me estresaba, yo quería pasar tiempo con mi primo y ahí estaba ella como si no tuviera nada que hacer y el no la corría, siemplemente decía que ella y yo nos llevabamos bien. Por mi lado me encargue de comprar muchas cosas para la casa que tenía con Amir quería que si Taylor pedia un estado de cuenta viera que su esposo tenía otra casa.

La casa estaba prácticamente llena, de todo lo que había pedido, Amir solo me había llamado dos veces ya que decía que tenía mucho trabajo y desacerse de Taylor parecía imposible, está se había tomado la tarea de ser su secretaria así que la tenía que aguantar en la oficina y tambien en la casa, no la soportaba, era tan fastidiosa. Mi celular suena avisando de una llamada, era mi padre. No sabía si contestarle ya que de seguro quería repuestas y yo aún no tenía lo que el quería, pero tampoco podía ignorarlo, así que conteste.

-Hola padre- dije y puse el celular en altavoz para seguir con mis tareas.

-Hola cariño, cómo estás?

-Bien papá, horita haciendo las tareas de la universidad- le comento aunque se que eso a él no le interesa para nada.

-Y el asunto de los Garnet?- ya sabía yo el porque de su llamada.

-Dame hasta final de año papa, ya lo tengo en mis manos- lo escucho suspirar, no está contento con mi repuesta pero como hacía yo?

-Esta bien Katherine, llegaremos a casa en dos días, porfavor que tengan todo listo.

Sabía lo que eso significaba, tener todo listo, la casa sin una sola mota de polvo, los empleados en sus puestos, yo presentable y dispuesta, y una gran fiesta por su llegada como si se hubiesen ido por años.

-Esta bien padre, yo me encargo.

-Seras una buena esposa Katherine, porque e res una excelente hija- con esas palabras cuelga, y yo me quedo pensando, eso es lo que quiero? Ser una excelente esposa?

Quería que en un futuro me recordarán como una gran empresaria, como una mujer autosuficiente, líder del feminismo, no quería que me recordarán como una gran esposa, eso no daba ningún mérito, Chay era una excelente esposa y eso no hacía que mi padre dejara sus aventuras, aunque odie admitirlo Taylor también había Sido una excelente esposa, siempre dedicada a su hogar, a su esposo y a sus hijos, y aún así Amir la pensaba dejar por mi, ser una buena esposa no te garantizaba nada en la vida, y era horrible que en un futuro te recordarán solo por eso. No me negaba a qué eso pasara.

Le informe a Sarah de la llegada de mis padres ella se haría cargo de todo, también le dije a Noelia ya que no quería que la tomara por sorpresa, no sabía cuando ella se iba a ir, no es que me molestará, porque la casa era lo suficientemente grande como para que nisiquiera nos toparamos, pero, ya era hora de que se pusiera los pantalones de niña grande y se marchara a su casa, no podía esconderse aquí para siempre, y mi casa tampoco era hotel para que ella y Amid le dieran rienda suelta a sus deseos carnales.

Le escribo a Amir, le pregunto cómo está si desea verme pero su repuesta no llega y eso solo hace que ruede los ojos, ya estaba cansada de esta actitud, como ya no tenía nada que hacer decidí ir a la casa que me había comprado y así organizar todo para cuando vinieramos de nuevo todo estuviera perfecto, "serás una buena esposa" la voz de papá no sale de mi cabeza lo que hace que gruña, estaba tan cansada de esto.

En ocasiones deseaba agarrar una maleta y mi pasaporte e irme lejos, en dónde nadie me pudiera controlar, pero sabía estaba segura de que no sobreviviría,no estaba acostumbrada a vivir como una persona normal, no sabía manejar, porque siempre había tenido chófer, me daba pánico la cocina porque siempre estaba Nana o otra empleada para hacer todo por mi, estaba segura que si mis manos se llenaban de algún producto de limpieza se me caerían, estaba muy jodida.

Arregle todo lo que puse y luego fui al cuarto, todo estaba como la última vez, Amir no se había pasado por aquí, la botella de champagne aún estaba en la mesita de noche la tomé y sin pensarlo me la empine, me senté en el suelo a ver todas las fotos de Taylor y Amir, las fotos de esus hijos y me sentí tan miserable por dañar a tantas personas por ser tan tonta, estaba enamorada hasta la médula de Amor esperaba que el sintiera lo mismo que yo, porque si no, yo no sabría que hacer.

-Falak- escuché mi nombre y al voltear me lo ví en el marco de la puerta me veía con curiosidad - que tienes?- tenía la cara mojada de mis lágrimas y cuando me levanté del sueño tratabille, ya me había tomado toda la botella y ni cuenta me había dado.

-Yo... Se me pasó el tiempo- murmuró al ver que ya afuera está oscuro, Dios, que me había pasado?

-Mi reina- se acerca y me sienta en la cama- todo quedó hermoso, gracias por tomarte el tiempo de decirse nuestro hogar- acaricia mi mejilla y yo lo beso sin poder evitarlo.

-Porfavor duerme conmigo está noche- le pido en un hilo de voz porque sentía que en cualquier momento me desvaneceria.

-Falak, yo quiero pero no puedo, si no llego a casa- trata de explicar pero niego y me siento sobre el.

-Porfavor- murmuró en sus labios.

El no se puede aguantar y me besa con pasión, yo le sigo el juego mienstras tocó su cuerpo por todos lados, lo extrañaba tanto, el quitó mi vestido con facilidad y sin que me diera cuenta ya lo tenía dentro de mi, se sentía tan bien, lo acerque a mi cuerpo y lo bese, quería llegar eso es lo que necesitaba, así que lleve mis dedos a mi centro para darme placer, el al ver tal cosa aumento sus movimientos, sus gotas de sudor caían sobre mi cuerpo, no se en que momento llegue solo que sentí su semilla dentro de mi y luego como salió y me abrazo mienstras yo me dejaba llevar por el sueño.

Necesitaba tenerlo así todos los días, dormirme a su lado y despertar con sus buenos días, pero no todo podía ser perfecto, cuando abrir los ojos por la claridad de la mañana me encontraba sola en la habitación, no había rastro alguno de Amir, suspiré, tenía que aguantar, tenía que masticar y tragar porque yo había elegido esto, ahora tenía que saber que el tenía a otra mujer en casa esperándolo, con la cual compartía sus mañanas sus noches y su vida, yo era la otra, me había convertido en lo que tanto había odiado.