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Exearia

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Synopsis

Chapter 1 - CAPITULO 1 "LA GUERRA SE A DESATADO"

¿Que es vivir una vida normal?, ¿pacífica ó sin problemas?, si alguien me diera la oportunidad de cambiar mi pasado, les aseguro que volvería a pasar por cada evento en mi vida.

-Planeta Exearia., Año 2,267 calendario humano.-

"Sala de comandancia, El Templo de la balanza"

-Bueno muchachos, supongo que quieren saber por qué los eh llamado, ¿cierto?-.

-Supongo que a sido por el ataque que organizaron a la zona oeste de la frontera-.

–Aquel hombre encapuchado con una tunica peculiar de dos de los colores primarios, y de avanzada edad frente a nosotros es el Guardián, actual y único líder de nuestra raza, los Exearios, y el chico a mi lado es Kayden, él y yo somos los únicos comandantes del ejército, viendo los ojos de mi compañero ambos compartimos la sensación de extrañeza–

-Mi señor, ese ataque no es nada, nuestro ejército puede con esto y mucho más-.

-¿No se han percatado cierto?-.

-¿De que habla Guardián?-.

–Solo vi como nuestro jefe presionó un botón en la mesa, lo que parecía ser una pequeña cúpula de cristal con un grabado exacogal–

-¿Que nos mostrará mi señor?-

-Son los registros en videos de todos los ataques a las fronteras-

-¿¡Pero que dice!?, ¡si apenas a llegado un informe!-

–el desconcierto de Kayden era notable, llevó años conociéndolo, y fue la primera vez que lo eh visto asi–

-M-Mi señor, Kayden tiene razón, apenas a llegado uno, ¿como puede ser posible eso?-

-Conocen... ¿a las tormentas cierto?-

-Nunca las hemos conocido en persona, pero por lo que me contó fue que son demasiado peligrosas-

-Mi señor, si saca ese tema no será que...-.

-En efecto Janet, como les conté, hace siglos desterre a esos al otro lado de nuestro planeta, siendo sinceros no creía que sobrevivirian-

-Pero tu sabes que a pesar de estar la frontera hemos mantenido contacto con los del otro lado-

-Lo sé, pero lo decía por lo agresivos que podrían llegar a ser nuestros hermanos del otro lado, pero pese a eso parece que fue todo lo contrario-

–Yo me quedé sin palabras, simplemente no sabía que decir, como comandante fue la primera vez que quedé atónita, quería que los ataques fueron simplemente arrebatos de agresividad de nuestros compañeros, por primera vez quería que el Guardián se equivocara–

-Miren, este es el informe que les llego, ¿cierto?-

–Solo vi como al presionar la cúpula de la mesa se desplegó un holograma, a pesar de la estática al rededor de este, tenía una imagen clara, el Guardián al volver a presionar la cúpula hizo que se reprodujera un video, era de la perspectiva de uno de los soldados, solo se lograba ver como en su visión sus compañeros luchaban ferozmente a distancia en lo que parecía ser un puesto de vigilancia–

-¡Ustedes a las torretas principales!, ¡no dejen que ningún Valdymor cruce estas malditas puertas!-

-¡Sargento, están escalando por las paredes!-

-¡Sargento, hay demasiados, no podremos repeler el ataque!, ¡debemos pedir refuerzos!-

-¡Ustedes activen las defensas de la muralla!, ¡tu mantenme al tanto de la estructura de la puerta!, ¡no dejaremos que ningún hijo de perra traspase la frontera!-

–Mientras cada uno hacia lo que se le ordenaba, el Sargento frente al video se acercó–

-Cabo Litmar, usted tome su puta arma y ayude a repeler también el ataque en vez de quedarse viendo-

-Si señor-

–Ya no quería ver el video, siendo sincera esta era la primera vez que veía el informe... si así se le puede llamar a la grabación de muerte de esos pobres soldados, viendo a Kayden de reojo este estaba concentrado, analizando cada segundo de esa atrocidad, cuando devolví mi atención a eso, el escenario había cambiado, ahora la perspectiva del soldado estaba enfocada en la orilla del lugar, tenia en la mano una de nuestras armas principales, un rifle automático de energía  Kastrat, a su lado se encontraba su Sargento, el cual también estaba apoyando con fuego a quemarropa, la vista del soldado era impresionante, por más que matarán a enemigos, era interminable la oleada que se concentraban–

-¡Sargento!, ¡la integridad de la puerta esta a 79%!-

-¿Cuanto aguantaremos así?-

-Si seguimos así a lo máximo que aguantarnos serán 7 horas-

-¡Ya oyeron muchachos!, partamos las nalgas de estos imbéciles por unas siete horas!-

–En ese momento algo me tomó por sorpresa, una enorme piedra había chocado contra el puesto, destruyendo gran parte del mismo y.... si no hubiera sido por qué el soldado volteó, nunca hubiera visto como su Sargento se encontraba bajo esa roca... bueno, lo que quedaba de el–

-Esto no puede ser posible mi señor, ¿ha-hace cuato que enviaron este informe?-

-Tomando en cuenta estos momentos, han pasado cuatro horas con treinta minutos-

-E-Eso significa que...-

-Janet, no le des más rodeos al Guardián, ambos sabemos, la puerta oeste a esta hora ya debe estar a punto de ser derribada-

–Vi como de una parte de la mesa salia un pequeño cuadro, con lo que parecía ser un altavoz–

[¡Señor, la frontera Oeste a caído!]

-¡Notifiquen que la ayuda irá en seguida!-

–Fue la primera vez que vi a Kayden a un punto de estrés donde levantará así la voz, y sus venas en los brazos se le marcarán tanto, pero apenas terminó esa frase cuadros iguales empezaron a salir de la mesa uno tras otro-

[¡Las defensas anti aéreas han caído!]

[La frontera Noreste a caído, repito, la frontera Noroeste a caído]

[Se detectan múltiples señales aéreas sobrevolando las frontera, Milet's y convoyes de Narazus han logrado atravesar las fronteras por cielo]

[¡La Puerta Sur a caído, cientos de soldados enemigos entran como manada!, ¡necesitamos refuerzos!]

-Como ven, este no es un ataque cualquiera, están invadiendo nuestros territorios-

-¡Guardián debemos evacuar las ciudades cerca de las fronteras!-

-Denegado, hacerlo tardaría demasiado tiempo, además que los arrasaran a ustedes sin problemas al llegar ahí-

-¡Pero las vidas de los civiles son nuestra prioridad!-

-Ahora ya no, ahora la prioridad es tratar de preservar nuestra raza, así que solo evacuen la capital y los estados cercanos, monten defensas, envíen soldados a retener los ataques, vehículos, todo lo que nuestro ejército tenga a su disposición-

-¿P-Pero que pasará con las personas fuera de las defensas?-

-Nos ayudarán siendo cebos para los soldados enemigos, estarán muy ocupados asesinando a cuantos se les atraviesen, tardarán al rededor de cuatro días en llegar, será más que suficientes para preparar la huida-

-¿huida?, eso es estúpidamente cruel, ¡somos parte del ejército Exeario!, ¡estamos más que capacitados para enfrentarnos a una amenaza así!-

-Kayden, piensa, repite y analiza lo que dijiste, y escúchame con claridad, este ataque a sido organizado por las tormentas, yo se lo que hago y las ordenes que les doy, esta es la única alternativa para protegerlos-

-¡Pero!-

-Sin peros Kayden, como Guardián obedece mis órdenes, tu también Janet-

–De ahí solo escuchamos gritos provenientes de afuera de la puerta principal del templo, parece ser que los guardias estaban siendo atacados–

-Es hora, váyanse de aquí, diríjanse a la puerta trasera-

-Como usted ordene-

-Mi señor... por favor, manténgase con vida-

–A pesar de nunca haber visto sus ojos, sentí como desde la oscuridad de su tunica me vio de reojo, y sin decir nada me transmitió tranquilidad, no pasó nada cuando Kayden me sujetó del brazo para llevarme corriendo hacia atrás del templo, apenas pasamos por la diminuta puerta de emergencia escuchamos un gran estruendo, estruendo que nos dio ambos a entender que la puerta principal había sido derrumbada sin esfuerzo alguno–

-¿Crees que esté bien?-

-Janet, estas hablando del Guardián, nada ni nadie a logrado abatirlo-

–Ambos corriendo, en la capital la cual en estos momentos estaba en caos, las alarmas inundaban el aire junto a gritos de las personas, entre todo ese caos la sonrisa confiada de Kayden fue lo único que   logro calmarme en ese momento, haciéndo que reaccionará y volviera a tomar la compostura, seguiría las ordenes de mi líder y me comportaría como lo que soy, una de las comandantes del ejército Exeario, ahora nuestro trabajo es mantener con vida a cuantos Exearios podamos–.

—Sabía que este día llegaría, a pesar de todo me siento en calma, sabiendo que pasará mi corazón esta tranquilo, después de todo para esto fui creado, así me criaron ellos, volveré a ejercer mi trabajo, para lo que fui concebido, una vez más me enfrentaré a las Tormentas, no solo por el bien de mi raza, si no por el bien del universo–

-Que sorpresa, han llegado ustedes primero, pensé que llegarían primero sus tropas-

—Me quedé tranquilo aún cuando las enormes y pesadas puertas del templo fueron despedazadas, cayendo a mi alrededor, vi como aquellos cinco seres oscuros entraban por la puerta con tanta confianza, su aspecto era el mismo que de hace siglos—

-¿Que esperabas?, no podíamos hacer esperar tanto a nuestro anfitrión, así que decidimos venir directamente, ¿verdad hermanitos?‐

—Aquel tono burlón lo reconocí al instante, Desastre, el hermano mayor de los cinco, mantenía su figura tonificada, junto a sus largos y puntiagudos cuernos en su cabeza, eh de admitir que su diseño de creación siempre se me hizo muy... sencillo, un cuerpo totalmente negro, un par de ojos sin pupilas, de color un tanto anaranjado con detalle en rojo—

-Espero que después de tantos años no te hayas olvidado de nosotros-

-Nunca olvidaría una cara tan horrible como la suyas-

-¡Auch!, eso duele, nisiquiera por qué ya somos conocidos dejas de tratarnos de una manera tan horrible-

-Hermano, por favor, ya me quiero ir, acabemos con esto rápido-

—Una voz seria pero delicada, reconocí esa esbelta y curvilínea figura oscura entre tantos idiotas, era aproximadamente treinta centímetros más pequeña que su hermano mayor, pero se distinguía por tener un color de ojos parecidos al océano del planeta Nift, un par de cuernos largos y puntiagudos que terminaban en un brusco giro formando un gancho, y lo que parecía ser aletas remplazando sus orejas—

-¿Por que tanta prisa Inundación?, de todos modos, todos aquí sabremos como acabará esto-

—Solo se limitó a verme de reojo e ignorarme, cuando de repente el suelo tembló brevemente, gracias a unas cuantas pisadas que el más alto de todos había hecho, a simple vista calculé que media un metro más que su hermano mayor, cinco metros a lo mucho su estatura, aún que se veia más grande por ser el más musculoso de todos, teniendo brazos de una anchura de mínimo un metro—

-Hermanote, ¿podemos matarlo ya?, no me divertí lo suficiente en la frontera, ¡quiero golpear ese saco de huesos!‐

-Ya, tranquilo Terremoto, solo aguanta un poco-

-¡Pero!-

-Eh dicho, callate-

—Se escucho con claridad como la voz de Desastre se agravó a niveles de casi distorsionarse, el mamut andante simplemente cruzó los brazos y se mantuvo detrás de su hermano—

-¿Entonces donde nos quedamos?, ah si, ¿que tanto nos miras vegete?, ¿acaso ya te moriste sin nosotros darnos cuenta?-

-Pff, no me hagas reír, simplemente estoy pensando en como los voy a despedazar, después de esto-

-¡JAJAJA!, uff... que buen chiste amigo, hace tiempo que no escuchaba algo tan bueno como eso-

—Cuando menos me di cuenta Desastre estaba inclinado a un lado de mi, su respiración fue pesada para cuando me susurró lo siguiente—

-¿Crees que acaso te tenemos miedo?, quizás nos venciste una vez, pero esta vez te meteré tu maldita espada por el culo-

-¿Eso es todo?, me dices esas cosas solo para ocultar el hecho de que su padre me creó para eliminarlos-

—Escuché un rugido estruendoso, segundos después un zarpazo con lo que parecía estar extremadamente cargado con flujo de energía, a pesar de mis años tuve la reacción y velocidad suficiente para bloquear ese ataque, desenvaine mi espada que mantengo bajo mi tunica para bloquear por mi lado derecho, el golpe fue lo bastante fuerte para entumecerme el brazo—

-¡No lo vuelvas a mencionar!-

—Su ira era bastante notable, su sed de sangre evidente, pero no de cualquier sangre, todos querían ver como me desangraba frente a ellos—

-Si van a matarme háganlo de una vez, no puedo perder tiempo con ustedes imbéciles, tengo que ir a expulsar todo un maldito ejército de malignos-

—Solo logré enfurecerlos más, incluso vi el ceño fruncido de los más pequeños, cuando menos vi ya todos estaban rodeandome, dispuestos a no dejarme defender tan fácilmente, su determinación por asesinarme se podría ver desde lejos, sabía que moriría en ese lugar, pero a pesar de todo me aferraria a una leve esperanza de sobrevivir, así que no se las dejaría facil—

-Todos son una bola de inútiles, no han cambiado nada desde que nos vimos hace doscientos años-

—Me impulse en el suelo para saltar, a la vez que utilicé el cuerpo próximo de Incendio, el penúltimo hermano que estaba sobre mi, para poder esquivar el ataque inminente, estando suspendido en el aire todo el templo se estremeció con el estruendo causado por el choque de los cinco hermanos al haber fallado su golpe, por mi parte logré caer de pie unos metros alejado de ellos aún sosteniendo mi sagrada espada para así continuar sin problemas la pelea—

-Ahora que lo veo, ¿no falta uno de ustedes?-

-¡Jaja!, ¿esperabas también la visita de tormenta?, por desgracia se opuso venir-

—Su recuperación de postura también fue igual de rápida que la mía—

-¿Que pasa vegestorio?, ¿acaso tu cuerpo es tan anciano que no puede lidiar con todos a la vez?, ¿quiere que vayamos de uno en uno para no hacer que te duelan las reumas?-

—Todos se rieron al unísono, la mayoría en mi lugar se unieran desconectado de la realidad por el enojo que provocaría el tono demasiado burlón de Desastre, por suerte pude mantener mi compostura para mantenerme al tanto—

-¿Que acaso son tan débiles para atacar a este vegestorio en grupo?-

-Te mostraremos lo débiles que somos-

—Seguido uno tras otro se fueron abalanzado a gran velocidad contra mi, a pesar de desviar, bloquear y contra atacar tus golpes era cada vez más difícil moverme a sus ritmos—

-Vaya anciano, a pesar de todo mantienes tu serenidad-

-En mi vida me han visto derrotado, y nunca lo verán-

—Mi cuerpo había llegado a su límite rápidamente, no era capaz ni de levantar mi espada nuevamente, estaba agitado, mareado, mi respiración se volvió irregular incapaz de retener un suspiro—

-¿Eso es todo?, ¿que le pasó a ese MITICO guerrero que fue creado por la señorita del bien y el señor del mal?, ¿¡donde yace ese hombre que hace siglos evitó que las tormentas destruyeran la galaxia!?, oh, ¡ya sé!-

—Mi movilidad estaba ya limitada, y gracias a eso aprovechó para acercarse con toda confianza a un lado de mi—

-¡Hermanos míos!, ¡aquel que nos derrotó!, ¡aquella salvación de los seres vivos!, ¡Ya hace en un viejo costal de huesos!-

—Descaradamente me sujetó del hombro para sacudirme—

-Dime, Guardián, que harás ahora, lame mis pies y te dejaré vivir, serás nuestra mascota hasta que mueras, y verás a toda la galaxia reducida en polvo cosmico-

—Por primera vez, algo que pensé que no pasaría, frunci mi ceño, todo el odio que estuve reprimiendo con años, fue liberado en un solo instante, lo único que recuerdo fue cómo puse mi mano libre al costado de Desastre, para después escucharse un estruendo similar a un trueno, cuando mi poca cordura había regresado a mi, noté que Desastre estaba tirado en escombros de lo que parecía ser una de las paredes del templo—

-Oh mierda... eso dolió anciano... espera... ¡oh jo jo!, ¡eso es lo que esperaba ver!, ¡tu maldito lado retorcido que nunca nos mostraste!-

La tunica del Guardián había sido desgarrada de la mitad hacia arriba, dejando al descubierto su cuerpo tonificado aún que marcado de heridas del pasado, un largo cabello aún que un poco peculiar, ya que de la parte de la nuca hacia la base tenía un color negro profundo, contrastado por un flec de un color blanco tan intenso que de no ser por sombras no se verían sus cabellos individuales, el cual ocultaba por completo sus ojos.

-Cometí un error hace siglos al dejarlos vivos, esta vez no cometeré ese mismo error, y acabaré con cada átomo de sus malignas existencias-

Un destello momentáneo sobre salió de uno de sus ojos, volvió a tomar con firmeza su espada, esta vez él determinado a asesinar a las tormentas.

El destello, o más conocido como "La chispa", es una habilidad universal que toda raza tiene, una habilidad dejada por los antiguos creadores del Todo, con fin de asegurar la supervivencia de un ser vivo, dándole la capacidad de fisurar e quebrantar el sello espiritual de un cuerpo físico, para así liberar todo un poder acumulado de golpe, a pesar de ser una habilidad para persevar la existencia del individuo, la misma a tenido la mala fama de ser un mal presagio inminente en la mayoría de casos.

-¡Vamos hermanos!, ¡hemos estado esperando este maldito momento!-

Se reacomodaron sin problemas, todos a pesar de no tener boca, su expresión reflejaba un entusiasmo sobre ese momento, el grito de pelea del hermano mayor fue la señal necesaria para que todos volvieran a atacar en conjunto, el templo volvió a sacudirse violentamente, estruendosos chasquidos metálicos resonaban desde el interior del mismo, desde afuera se vio como las paredes se empezaban a cuartear, una pelea de proporciones titanicas la cual hizo temblar el suelo en un gran radio, en la misma pelea se podía observar como apesar de que los ataques de los hermanos tenían un poder inmenso, no lograban dañar al anciano, ya que los bloqueaba o en su defecto, los esquivaba, pero lo hacia con una fluidez, una que solo el la podía tener, la pelea que él libraba le recordaba a la primera que tuvo.

El templo había logrado con éxito contener dentro suyo cada ataque del combate para así minimizar daños a los alrededores, pero como tal acción, tuvo su repercusión, los muros fisurados y cuarteados cedieron, haciendo que todo el edificio se cayera en escombros, al levantarse el polvo se lograba ver todo reducido a nada, lo único visible era un gran arco soportado por dos columnas, las cuales eran encargadas de sostener el techo, y bajo el mismo arco se encontraba el anciano, su mano marcada por sus venas se veía aferrada a su sable, a la vez que aún seguía de pie.

-Rindanse y mueran con dignidad-

-¿Dignidad?-

De los gigantescos escombros salieron los hermanos, aún que parecían haber recibido gran daños en sus cuerpos, pero aún con sus ansias de sangre al cien.

-Creíste que nos ibas a derrotar así nada más, ¿sin darte una buena pelea?-

-Esto ya no es una pelea, es una masacre, para ustedes... espera... uno... dos... tres... cuatro... falta uno (falta el más chico, ¿seguirá enterrado en los escombros?)-

-Así que eso piensas, ¿eh?, no quería recurrir a esto-

Puso dos dedos en su cara para después desatar un chirriante silbido.

-¡Tormenta!-

-(¡En el arco!)-

Sus reflejos se alertaron rápidamente, su cuerpo se volteó, pero no lo suficientemente rápido, ya que una sintió una punzada desde su cuello hasta su estómago.

-Muérete, maldito hijo de perra-

-I-imposible-

Su cuerpo fue atravesado por el hermano más pequeño de todos, tormenta, con lo que parecía ser una larga lanza de piedra negra.

-E-esto es...-

Sangre de un color platinado empezó a brotar de la herida y de su boca, manchando a la vez su barba.

-¿Que te parece anciano?, aprendí tu maldito truquito que usaste contra nosotros-

-Exa...-

-No hace falta que gastes tus últimos alientos, aún que me sorprende que sigas vivo-

Terminó de salir de los escombros junto a sus hermanos sacudiendose este el polvo, se acercó al Guardián, aquel que hace tiempo los había derrotado se encontraba frente a ellos de rodillas y agonizando.

-Pero si vejete, Exaroca, ¿que te parece?-

Se incó frente a este y lo tomó de la barbilla mientras tenía en su rostro una expresión de satisfacción.

-Tarde bastante tiempo en saber como lo hacías, pero porfin logré manipular ese maldito material, ¿algún consejo para que me puedas ayudar a mejorarlo?-

-Malditos... tramposos-

-¡Jaja!-

Sacudió con fuerza la cabeza del Guardián para después darle una pequeña cachetada y levantarse.

-¿Que esperabas?, somos las creaciones de tu señor, no se de que te sorprender... y como ya no estarás aquí... ya podremos hacer lo que nos plazca-

Subió algunos escombros pisandolos con fuerzas con sus garras, y a todo pulmón exclamó, esta vez mostrando su horrorosa boca.

-¡La galaxia!... ¡no!, ¡todo el maldito universo nos pedirá piedad!, ¡por fin las tormentas cumplirán su propósito de creación!... y no habrá ningún mísero guardián que nos lo impida-

-nunca... lo.... lograrán-

Y así el Guardián dio su último respiro, dejando caer su sable, y dejando a su suerte a todos los que protegió.

-hmmmm... nah, hermanote, este ya se nos enfrió, ¿lo carbonizo?-

-No Incendio, déjalo, quiero que todos pierdan sus esperanzas al ver el cadáver de su salvador-

Con esas últimas palabras sus cuerpos se hicieron un humo oscuro para después irse rápidamente del lugar.

La frontera, la capital, incluso el Guardián han caído, un nuevo evento en la historia exearia a dado inicio, los puros han sido superados por un gran golpe coordinado, y sin su protector, están acabados.

¡Gracias por leer! :D

Estaré haciendo el capitulo dos enseguida, espero que les haya gustado este capitulo.

Fin.