Stalker at the Station

La brisa de la mañana soplaba suavemente mientras Emma caminaba hacia la estación de tren. Había decidido tomar un tren temprano para visitar a su abuela en el pueblo cercano. Mientras caminaba, se sintió nostálgica por los días en que pasaba las vacaciones de verano en el pueblo de su abuela. Pero ahora, con su trabajo y sus responsabilidades, no tenía mucho tiempo para visitarla. Mientras esperaba en la estación, Emma se sintió intranquila. No sabía por qué, pero algo parecía estar fuera de lugar. De repente, se dio cuenta de que había un hombre mirándola fijamente desde el otro lado de la plataforma. El hombre tenía una expresión extraña en su rostro y Emma se sintió incómoda. Decidió moverse a otra parte de la plataforma para alejarse del hombre.
Sin embargo, cuando se movió, el hombre también se movió en la misma dirección. Emma se sintió cada vez más incómoda y decidió hablar con el guardia de seguridad de la estación. Cuando se acercó al guardia, el hombre desapareció en la multitud.
El guardia de seguridad escuchó la preocupación de Emma y la acompañó hasta su tren. Durante todo el viaje, Emma se mantuvo alerta y vigilante. Al llegar al pueblo de su abuela, llamó a su familia y les contó lo que había sucedido. Le dijeron que informara a la policía de inmediato.
Emma hizo lo que le dijeron y la policía inició una investigación. Resultó que el hombre que la estaba mirando era un delincuente sexual buscado por la policía. Había estado acechando a mujeres en la estación de tren y Emma fue su última víctima. Gracias a la rápida acción de Emma al informar al guardia de seguridad y a la policía, se evitó un posible ataque.
Desde ese día, Emma se prometió a sí misma que nunca ignoraría su intuición y estaría siempre alerta a su entorno. También aprendió la importancia de informar cualquier comportamiento sospechoso a las autoridades.