EL SABOR AMARGO DE LA DECEPCIÓN
A veces algunas personas sufren las consecuencias de las acciones de otras.
Aquella tarde fue despiadada.
Un fuerte ventarrón arrasó por toda el área y chocó frenéticamente contra el árbol en el que la pequeña Dalia se escondía, de inmediato un frio terrible asechó su pobre cuerpo, de forma oportuna se encontraba con un abrigo que por el momento podía resguardarla del frio hasta cierta medida.
El tiempo pasaba y tal vez ya era hora de salir, pero la niña tenía tanto miedo que se negaba por completo a dejar ese aparente lugar seguro.
Poco a poco el tiempo pasaba y muchas cosas le vinieron a la mente.
—¿Por qué?... ¿Por qué?... ¿Por qué tuvo que terminar así? ¿Yo realmente hice algo malo? Mamá ayúdame… no quiero. ¡No quiero! Por favor… Lentamente su espíritu se hacía pedazos y nadie se encontraba cerca para evitarlo. ¿Puedo volver a casa? ¿Podría hacerlo? Pero ¿Y mamá? ¿No la llamarían desertora? No, no, no, nooo… eso solo le causaría problemas, no quiero hacerle eso. —
Su cabeza estaba hecha un lio.
Pero sus preocupaciones no paraban allí. —Y yo… ¿Podría sobrevivir si huyera? ¿A dónde debería ir? Estoy completamente sola ahora. No quiero, no quiero. Mamá sálvame por favor, no puedo hacerlo sola… solo por favor. — La pequeña niña se derrumbó en llanto escondida en un reducido espacio donde se encontraba sentada con sus brazos cruzados y cabeza sobre sus rodillas apretando con fuerza sus pequeños brazos llorando en silencio sin parar.
*Al mismo tiempo en casa de los kaminari.*
—¡¿Cómo demonios piensas responder ante esto!? Eh niño. — El cazador furioso se acercó con rapidez hacia Tyler.
Pero la débil Cristal se colocó unos pasos al frente de él, después de todo era su hijo y lo protegería. Lo miró de tal forma que el cazador entendió rápidamente la actitud de la mujer y se detuvo de inmediato.
Suspiró y miró a sus compañeros. —Búsquenla. ¡Ya! — Enseguida los demás asintieron y corrieron todos al mismo tiempo.
El cazador sacó un cigarro junto a un encendedor de su bolsillo y lo prendió para disponerse a hablar con la mujer y el chico, en especial con el chico.
—Como se han dado las cosas y tu obvia negligencia, la recompensa no se te será brindada chico. —
—¿Qué? ¿De que estas hablando? Tyler respondió frenético. Te he mostrado donde estaba, aunque huyó, sabes donde puedes encontrarla, es tu deber recompensarme. —
La mirada de cazador cambio. —¿No lo ves? ¿No leíste el folleto con atención? Probó su cigarro varias veces y votó el humo por la nariz antes de continuar. La recompensa te será brindada a menos que la presa este en nuestro poder. ¿Acaso el Capri está en mi poder? Miró a Tyler con enojo. ¡No! —
Siguió con su cigarro para luego añadir. —Ahora bien, mis compañeros y yo debemos cazar a esa presa que por tu culpa se nos ha escapado. ¿Quién crees que debería realmente recibir la recompensa? Ahora solo apártate y desaparece de mi vista. Idiota. —
El cazador tiró lo que quedaba de su cigarro y lo pisó con fuerza, cuando estaba por marcharse volteo a mirar a Tyler de vuelta.
—Espera. Ahora que lo pienso tu rostro se me hace familiar. ¿Te he visto antes? El chico tragó saliva amargamente, mientras el cazador se hundía en sus recuerdos. ¡Ajá! Recuerdo bien a una niña del otro lado del puente hace unos años... Ahora que lo pienso sus ojos y los tuyos son bastante similares… ¿Una niña? Mmm. Se quedó callado de repente, luego su mirada se ensanchó, era exactamente como tener un depredador enfrente de ellos. No me digas, es la misma niña. — Se lamio los labios con una sonrisa perversa.
El rostro de Tyler se horrorizó y su cuerpo tembló lo que hizo que su acción lo delatara.
—JAJAJA —
El cazador dejó salir una risa macabra al mismo tiempo que se dirigía por el mismo camino que sus compañeros se habían ido.
Su plan estaba arruinado, Dalia huyó y con ella la esperanza de obtener el dinero rápidamente para su madre.
Quería hablar seriamente con su madre, él estaba furioso, pero cuando volteo Cristal estaba caminando poco a poco hacia dentro de la casa, en el momento de intentar entrar su cuerpo le falló y se resbaló; afortunamente se sostuvo con fuerza en el marco de la puerta.
—¡Mamá! — Tyler se acercó rápidamente hacia su madre sosteniéndole el brazo con sus manos.
Pero su madre se lo arrebató y gritó. —¡No me toques! Le dio una mirada furiosa. No lo hagas nunca más. —
Tyler quedó sorprendido, luego de unos segundos reaccionó y frunció el ceño. No pudo evitar enfadarse más.
Y entró a la casa a la par que su madre.
Le gritó mientras ella se alejaba. —¿Por qué lo hiciste madre? ¿No sabes todo lo que hubieramos solucionado con ese dinero? —
La situación era caótica, ambos estaban furiosos. Y no tardó mucho en que Cristal también explotará.
—Pretendías que me quedará de brazos cruzados mientras veía como mi hijo mayor entregaba despiadadamente a su hermana. ¡¿Querías que lo hiciera?! Tu deberías darme explicaciones a mí. ¿Por qué rayos traicionaste a tu hermana? Solo por el maldito dinero. ¿Es eso? —
Tyler no podría comprender cómo es que su madre no podía entender sus acciones. Y siguió gritando como respuesta.
—¡Lo hice por ti! Por... —
—¡No! Cristal no lo dejó terminar y lo interrumpió. No pretendas echarme la culpa de tus acciones, Tyler. No lo permitiré. Ahora los ojos de su madre mostraban impotencia más allá de la ira. ¡Me decepcionaste! Jamás creí que fueras capaz de algo tan asqueroso como esto. —
Tyler apretó con fuerza ambos puños tanto que clavó sus uñas e hizo que estos sangraran de inmediato ante la declaración que para él era completamente injusta.
—Siempre fue así, ¿No? Madre. —
—¿De que estas hablando? —
—Todo lo que hago, nada ha sido suficiente para ti. Siempre fue ella, siempre... A pesar que me esforzara hasta mas no poder nunca fuiste capaz de darte cuenta en mí porque tus ojos siempre se posaban solo en ella, no existía nadie más que ella para ti. A pesar que siempre busqué que tú estuvieras bien. ¡Eres tú quien ahora me decepciona, madre! —
La ira de Tyler estaba desenfrenada a mas no poder. Y se le ocurrieron cosas que jamás había pensado antes. —Ahora que me ves como un monstruo. Apretó sus dientes antes de mirar a su madre con unos ojos completamente distintos, eran los ojos de un depredador hambriento. Realmente seré un monstruo, el peor que jamás hayas conocido madre. — luego su vista se clavó en el suelo para despues dirigirse a la puerta de entrada de su casa.
Cristal sintió un escalofrió inexplicable en todo su cuerpo y tambaleo, pero no le quitó los ojos de encima a su hijo. Tyler volteo hacia ella para verla a los ojos directamente por unos segundos y continuo alejandose, estaba tan furioso que su destino podría ser cualquier lado.
Cristal conmocionada gritó hacia Tyler varias veces.
—¡Espera hijo¡¡Espera ¡No te vayas! ¡¡Regresa¡¡ —
Pero su hijo no escuchó y cerró la puerta con fuerza, Cristal escuchaba sus pasos alejándose. Intentó seguirlo, pero sus pies fallaron y cayó al suelo adolorida, su vista se empezó a oscurecer y sus sentidos no obedecían sus indicaciones. Poco después perdió el conocimiento.
***
Tyler
—¡Maldición! Tyler gritó algunas y diferentes maldiciones más mientras corría a toda velocidad lejos de su casa. ¿Por qué terminó de esta manera? ¡¿Por qué mamá!? —
Se detuvo de repente luego de correr por un buen rato, estaba tan furioso que debía descargar su ira o no sabría hasta qué punto podría mantenerse cuerdo, entonces miró hacia todos lados y encontró algunos árboles robustos cercanos, no lo pensó dos veces y se acercó a ellos.
Los analizó por un momento antes de encestarle un gran golpe que hizo que este soltara unas cuantas hojas de sus ramas, aun insatisfecho Tyler continúo golpeándolo.
Uno.
Dos.
Tres…
Siete…
Once…
Lo hizo con tanta fuerza que a medida que seguía golpeando el árbol se manchó de sangre y Tyler no lo pudo notar por toda la rabia que cubría su ser mientras la descargaba en el desdichado árbol enfrente de él.
Quince…
Veintiuno…
Un par de gotas de sangre salpicaron su rostro entonces finalmente Tyler se dio cuenta a lo que había llevado su ira.
Notó como sus puños y la zona del árbol que golpeo sin parar estaban completamente cubiertos de sangre. Entonces la adrenalina y frenesí le paso factura de inmediato, sintió como su piel había sido desgarrada y un dolor junto con un ardor inexplicable cubrían toda esa zona.
—Ah ¡Mierda¡— Se sacó la camisa e hizo dos pedazos de ella para después cubrir ambos puños, su intención era evitar desangrarse hasta llegar a su hogar.
Aún con el dolor y ardor retomó el camino a casa, no quería volver a ver la mirada de su madre decepcionada pero tampoco podía dejarla desamparada ahora que se encontraba tan enferma. Su madre en estos momentos se encontraba más débil que nunca y debía protegerla por ende solo tenía una opción ahora que ya todo estaba perdido.
Se detuvo y miró al cielo nocturno lleno de estrellas relucientes y esplendidas. Sintió un gran vacío en su corazón a pesar que veía un cielo tan hermoso.
—Me volveré un monstruo a los ojos de todos… Se mordió el labio por unos segundos. Incluso ante tus ojos, madre. Ese es mi destino. —
Siguió el camino. Cuando estuvo a un paso de la puerta no sabía cómo actuar de ahora en adelante frente a su madre, su relación puede que se convierta en una relación de enemigos, aun así Tyler lo afrontaría y continuaría con sus nuevos planeas planteados. Respiró hondo y tomó la manija de la puerta para abrirla, al entrar algo inesperado encontraron sus ojos.
Su madre se encontraba tendida en el suelo totalmente inconsciente boca abajo, su rostro se horrorizó, la angustia y miedo lo envolvieron logrando que su cuerpo no reaccionará de inmediato, después de un momento pudo tomar el control y se precipitó hacia su madre para darle la vuelta rápidamente y tomar su pulso.
Afortunadamente aun tenía pulso, Tyler pudo relajar sus músculos que se habían tensado al ver a su madre en ese estado.
Cristal respiraba con dificultad y desafortunadamente su pulso era muy débil. Su hijo la alzó en brazos, pero el palpitante dolor en sus puños lo interrumpieron, emitio un pequeño gruñido de dolor, sin embargo, no le dio importancia y continúo caminando hacia la habitación de su madre con mucho cuidado.
Al acostarla en la cama, Cristal gimió de dolor apretando sus labios.
—¡Mhm! —
Desgraciadamente su cuerpo era tan frágil en estos momentos que cualquier movimiento daba la impresión de que podría hacer que este se rompiera en pedazos.
Tyler no pudo evitar sentirse culpable al ver hasta donde había llegado esta situación.
En cuanto le aplicó una medicina a su madre para aliviarla de su terrible dolor por el momento esperó hasta que esta hiciera el efecto correspondiente y cristal logrará dormir.
Pasaron algunas horas mientras su madre se retorcía constantemente de dolor, pero luego poco a poco la medicina hizo efecto y su cuerpo logró descansar apropiadamente, entonces Tyler al notarlo decidido dirigirse a su cuarto, debía dejarla descansar a solas.
También debía hacer de inmediato nuevos preparativos y estar listo para lo que ahora había decidido hacer desde el siguiente día, sin falta.
Su vida tomaría el rumbo del monstruo que había decidido convertirse de ahora en adelante.
...