La vida de Aitana era normal como la de cualquier adolescente iba a la escuela, que quedaba a diez minutos de su casa y después regresaba a su casa.
Aitana iba a terminar su bachillerato y estaba a punto de graduarse, no tenía problemas con nadie y no le iba tan mal en su escuela, cuando llegó el día de la graduación que fue en diciembre ella se encontraba muy nerviosa por su futuro debido a que ella no era tan sociable y pensaba mucho en si lo que quería estudiar realmente le iba a gustar y le iba a beneficiar en el futuro.