Después de su entrenamiento en la ciudad perdida, los Guerreros Celestiales estaban listos para enfrentar un nuevo desafío. Se adentraron en el primer piso de la dimensión desconocida, anticipando lo que les esperaba en este nuevo mundo.
A medida que cruzaban el portal que los transportaba al primer piso, se encontraron en un paisaje completamente diferente. Un vasto y frondoso bosque se extendía ante ellos, lleno de árboles antiguos y una bruma misteriosa. Pero lo que más llamó su atención fueron los diversos monstruos de bajo nivel que acechaban entre la vegetación.
Los Guerreros Celestiales se prepararon para la batalla, formando un círculo defensivo. Sus movimientos eran coordinados y precisos, cada uno utilizando sus habilidades y técnicas únicas para enfrentar a los monstruos que se abalanzaban sobre ellos.
Aria, con su control sobre la energía espiritual de la naturaleza, desató vientos cortantes y enredaderas para atrapar a los monstruos, dándole a los demás la oportunidad de atacar. Ryu, con su dominio del fuego, lanzaba llamas ardientes que consumían a los enemigos cercanos. Aiden, con su afinidad por el relámpago, desencadenaba rayos que paralizaban a los monstruos, dejándolos vulnerables a los golpes de sus compañeros.
La batalla fue feroz y desafiante, pero los Guerreros Celestiales se mantuvieron firmes. A pesar de la disminución temporal de su poder, recordaron las lecciones aprendidas durante su entrenamiento y confiaron en su destreza en combate. Trabajaron juntos en perfecta sincronía, cubriendo las debilidades del otro y aprovechando al máximo sus habilidades individuales.
Con cada enemigo derrotado, los Guerreros Celestiales sentían cómo su confianza y determinación se fortalecían. Se dieron cuenta de que el poder no lo era todo en la batalla, sino también la habilidad estratégica y la capacidad de adaptarse a las circunstancias. Aprendieron a leer los movimientos de los monstruos, a identificar sus debilidades y a utilizar tácticas eficientes para superarlos.
A medida que avanzaban por el primer piso, los Guerreros Celestiales se encontraban con una variedad de monstruos de bajo nivel, cada uno presentando desafíos únicos. Había criaturas con garras afiladas, arqueros escurridizos y bestias salvajes que embestían con gran ferocidad. Sin embargo, con su valentía y determinación, los Guerreros Celestiales lucharon incansablemente, protegiéndose mutuamente y avanzando en su misión de limpiar el primer piso.
Después de varias horas de intensa batalla, los Guerreros Celestiales finalmente lograron limpiar el primer piso de monstruos. A pesar de su disminución de poder, su habilidad y determinación los llevaron a la victoria. Se tomaron un breve momento para recuperarse y celebrar su éxito, conscientes de que aún quedaban muchos pisos por explorar y desafíos por enfrentar