Salimos de la tiendita de la esquina con nuestras compras en mano. Eduardo estaba emocionado porque acababa de encontrar su cerveza favorita. Yo, por mi parte, estaba un poco ansioso porque tenía que estudiar para un examen importante que tenía al día siguiente.
"¿Qué pedo, Raúl? ¿Ya te vas a poner a estudiar como siempre?", preguntó Eduardo mientras abría su cerveza.
"Sí pendeja , no tengo de otra", respondí mientras sacaba mis apuntes de la mochila.
"Chingado, qué vida tan triste tienes", dijo Eduardo con una sonrisa burlona.
Caminamos hacia nuestro departamento, que estaba a unos cuantos minutos de la tienda. Eduardo me contaba acerca de sus últimas aventuras con sus amigos, mientras yo trataba de concentrarme en mi lectura. El es así, siempre fiesta por aquí fiesta por allá, pero es un gran amigo. trabaje con el hace 3 años y desde entonces nuestro departamento tiene muchas historia de noches llenas de alcohol y tabaco
"Oye, ¿y qué pasó con la bacteria que estábamos investigando en el laboratorio?", preguntó Eduardo de repente.
"Hasta donde sé, aún están en proceso los resultados", respondí sin mucho entusiasmo.
"Ese proyecto me gustó mucho, deberíamos hacer algo así de nuevo", dijo Eduardo mientras entrábamos al edificio.
"Lo sé, pero ahora estoy enfocado en sacar buenas calificaciones para graduarme, me da hueva hacer tesis ", le dije mientras subíamos las escaleras.
Eduardo me siguió hasta mi cuarto y se sentó en mi cama. Me dio un trago de su cerveza mientras yo intentaba repasar mis apuntes.
"¿ Y tienes novia?", preguntó Eduardo con una sonrisa burlona
"No es de tus asuntos, perra estúpida ", le dije molesto.
"Relájate, sólo pregunto", respondió Eduardo mientras se echaba para atrás en mi cama.
A pesar de que era un poco entrometido en mi vida personal, siempre sabía cómo sacarme una sonrisa. Éramos muy distintos, pero nos complementábamos de alguna manera.
Terminé de estudiar en silencio, mientras Eduardo se quedó dormido en mi cama. A pesar de nuestras diferencias, sabía que estaba agradecido de tener a alguien como él en mi vida
Después de un rato, Eduardo se despertó de su siesta en mi cama y se acercó a la mesa donde estaba yo. Me miró a los ojos y soltó una carcajada.
"!Mierda!, esa cosa no trae imágenes, ¿como puede leer esa basura sin aburrirte? Dijo Eduardo mientras le daba un trago a su cerveza.
"¡Si hay!" dije mostrando una página con el esquema de una bacteria y riendo de forma sarcástica
Sabia que el estaba siendo sarcástico, pues el leía está basura todas las noches antes de dormir, era como su cuento de media noche, no lo alejaba de su cama en incluso había ocasiones en las que se quedada dormido encima de el
Nos reímos un rato y luego Eduardo sacó su bolsa de hierba. Me ofreció un poco y yo acepté. A pesar de que yo prefería el tabaco, sabía que era una buena forma de relajarme después de tanto estudio.
Mientras fumábamos, Eduardo me contó acerca de sus planes para el fin de semana. Yo no tenía mucho interés en salir de fiesta, pero sabía que era algo que a él le gustaba.
"¿Por qué no te unes, Raúl? Te juro que la vamos a pasar de puta madre", dijo Eduardo mientras exhalaba el humo.
"No sé, tengo mucho que estudiar", le dije mientras me pasaba la bolsa.
"Vete a la verga con tus estudios, wey. Siempre estás igual, ¿no te cansas de ser tan aburrido?", dijo Eduardo con una sonrisa.
"A decir verdad si, pero quiero pasar con buen promedio ", le respondí mientras le daba un toque al cigarro
A pesar de que nuestras platicas eran a base de groserías, nunca había malas intenciones detrás de ellas. Era nuestra forma de comunicarnos.
Terminamos la bolsa de hierba y Eduardo sacó unas cervezas del refrigerador. Nos sentamos en la sala a seguir platicando. Hablamos de nuestras experiencias en el laboratorio de microbiología y las mierdas que hacíamos allí, muchas bese rompimos material y nos escapábamos para que no, no los cobrarán
A pesar de que éramos muy diferentes, teníamos algo en común: la pasión por la ciencia. Era algo que nos unía y que nos hacía valorar nuestra amistad.
Después de un rato, Eduardo revisó su teléfono y se dio cuenta de que había olvidado que tenía una cita con su novia. Miró el reloj y se levantó de inmediato.
"¡Chingada madre! ¡Se me había olvidado que hoy tenía que ir a cenar con los padres de Laura !", exclamó Eduardo mientras buscaba sus llaves y se ponía el abrigo.
"Vete a la verga, Eduardo. ¡como piensas ir con Laura todo drogado y ebrio !", le dije mientras le arrojaba una botella vacía.
"¡Chinga tu madre, Raúl!", respondió Eduardo mientras se alejaba corriendo del departamento.