*7:30 am Suena la alarma.
Una melodía repetitiva sonaba en la habitación. Un pequeño cuarto color azul claro adornado con posters de luchadores famosos, anime y algunos mensajes de superación personal. Un piso lleno de ropa, revistas, comics y algunas gasas y vendas. Un closet, una cama y un par de buros además de una mesa de noche.
— Rayos... Debería levantarme.
Una chica de cabellos negros lacios sonreía a la par de que se levantaba. Apagó la alarma y se estiró un poco. Su nombre era Zoey Brocs.
— Al fin es el día — Exclamaba con emoción al ver el calendario.
2 de Junio. En el calendario estaba marcada esta fecha con las letras: "Dia de inscripciones... Y último día de clases" Aquella chica tenía complexión esbelta, tez blanca y ojos cafés obscuros.
— Bien, debo apurarme.
Sonreía quitándose su piyama verde pastel adornada con camarones de caricatura. Tomó rápidamente una falda color gris, una blusa ligera blanca con una chamarra negra sin cerrar. Usualmente vestía ropa ligera debido a que le acomodaba mejor para pelear.
Fue a la sala a encender el televisor. Su casa era de dos pisos, constaba de: Dos cuartos, dos baños en ambas plantas, una sala y una cocina junto. Vivía sola debido al trabajo de sus padres y, aunque le daban dinero no los solía ver seguido aun en vacaciones.
— Buenos días, Javier — Exclamaba la chica en los noticieros — Mi nombre es Claudia y hoy les hablaremos un poco de Battleworld, debido a que en un mes como saben cumplirá sus primeros 10 años.
— Muy bien claudia. Empecemos
— ¿Oh que es eso? — Observó Zoey
— Battleworld era una empresa del mismo nombre, quienes crearon hace 10 años una dimensión, donde podías tener a cualquier personaje de anime, películas, videojuegos, ficción y etc.
— Vaya, están pasando un documental sobre Battleworld, me gustaría quedarme a verlo — Se acercó Zoey dejando en su cocina la tostadora con un ar de panes adentro.
— Se volvió popular cuando se realizaron batallas para ser el más fuerte. Y se crearon torneos y luchas. Actualmente a los luchadores los dividen en rangos. El rango D es el más bajo Y el S el más alto. Así mismo se volvió un deporte competitivo donde niños y adultos luchaban por ser el más fuerte. Y cualquiera puede ser un gran luchador.
— Es fácil decirlo — suspiró desanimada la chica — Llevo 3 años tratando de ascender de rango y apenas soy C.
— Suena muy interesante Claudia, interrumpió el reportero.
— Así es Javier. Al principio como sabes, esta idea fue algo descabellado, pero poco a poco atrajo la atención de más personas hasta el punto de ser el entretenimiento más pedido por el mundo entero. Era bastante normal que las escuelas implementaban este tipo de torneos entre estudiantes.
— Y espero poder ganar el mío.
Sus ánimos se vinieron interrumpidos cuando el pan de la tostadora los arrojó al aire quemados.
— Oh rayos, me olvidé de ellos.
Zoey vio su desastre, los recogió y los tiro al basurero. Su casa no era grande ya que ella pidió algo pequeño. Sus padres eran importantes empresarios así que tenía todo lo que necesitaba y más.
Ella se preparaba para salir resignada a comer lo que fuese.
— Me pregunto si el sándwich que hice hace cuatro días aun sirve — se preguntó abriendo el refrigerador.
Ella lo sacó de una bolsa de plástico y observó que el jamón estaba verde.
— Bueno... Creo que compraré algo en el camino.
— Así que como verás Javier, en un mes se conmemoran 10 años, y esperamos que esta famosa empresa nos sorprenda con algo innovador.
— Que lastima, no podré ver el documental completo. Igual, después lo veo en internet.
Apagó el televisor y corrió a la entrada. Salió con grandes ánimos de su casa hacia su escuela.
Ciudad Bashington era la ciudad donde ella vivía. Una ciudad/isla grande y famosa entre los turistas por sus playas, su puerto, su comida y las islas de batallas, famosas por atraer distintos luchadores de todo el mundo para superarse a sí mismos o entrenar.
Un lugar donde la gente solía ser en su mayoría comerciantes, como toda ciudad tenia sus barrios con gente de clase media y clase baja. Aquellos que podían hacerse de un negocio se daban el lujo de tener dinero, aunque debido a Battleworld, las cosas también solían arreglarse por medio de batallas. Casas construidas como típica ciudad, aunque sin edificios realmente grandes, calles usualmente transitadas por carros o camiones transportando mariscos, artículos para playa, comida y toda clase de cosas.
Zoey vivía a pocas cuadras de su escuela, es por eso por lo que solía ir caminando o cuando se le hacia tarde, en bicicleta. Le era normal el cruzar corriendo el trafico de su ciudad, aunque no despegaba la mirada de los callejones en busca de alguna batalla en la cual participar o solo ver.
Ella a pesar de no ser fuerte, le gustaba soñar con luchar contra personas fuertes, lo hacia de vez en cuando, pero tenia una enorme debilidad, su miedo a salir lastimada. Cada vez que estaba en una batalla que se tornaba difícil, solía congelare de miedo, si bien nunca se rundía, no ganaba gracias a eso. Por ello, solo combatía contra personas con Rango D o C. Pasó mucho tiempo de su vida entrenando varias artes marciales y defensa personal, por lo cual podía defenderse sola de casi todo, sin embargo, cuando lucha contra alguien mas fuerte que ella, siempre suele perder una y otra vez sin remedio.
°°°°
Seguía su camino pensando en el entrenamiento que haría al final de clases, usualmente entrenaba una y otra vez hasta queda agotada para fortalecerse más. Por lo que no dejaba pasar un día sin hacer ejercicio o entrenar, debido a esto desarrolló una buena condición física.
*Suena tono de celular.
Dándose cuenta de teléfono en su bolsillo, lo tomó con una enorme sonrisa al ver quien era.
— ¡Mama! Hola
— Hola hija.
Del otro lado de la línea, una mujer de 45 años contestó sonriente, pero con un notorio sueño.
— ¿Te hiciste un tiempo para llamar eh?
— Si hija yo... — Bostezó – Quería saber como te va en tu último día de clases.
— Jajaja mamá, apenas estoy iniciando el día.
— Oh, lo siento mi cielo yo... Aún estoy algo distraída.
La mujer hacia pausas para bostezar a la par de que intentaba mantener la conversación.
— No te preocupes mamá, has trabajado muy duro estos días por lo que veo.
— He tenido... Que cerrar un par de tratos, pero... En fin, cielo, cuéntame. ¿Has pensado inscribirte entonces a ese torneo del que me has hablado?
— ¡Oh claro que sí! — Respondía muy emocionada la chica.
Zoey no tenia mucha oportunidad de hablar con sus padres ya que siempre estaban ocupados, así que agradecía cualquier momento que ellos podían hablar.
— Cuéntame más. Vamos.
— Claro, como sabes la escuela realiza un torneo cada fin de semestre en Battleworld, y como este es mi primer semestre, pienso participar en él.
— Suena bastante... Interesante cielo, te deseo mucha suerte. No olvides no... Des...Cuidar... Tus... Estudios.
La mujer detrás de la llamada cayó dormida después de esas palabras.
— Oh bueno... Gracias mamá... Salúdame a papá.
Zoey soltó esas palabras con un toque de melancolía por no poder llamar bien como quisiera. Pero sabia que sus padres trabajaban duro para su familia. Era hija única, por lo que siempre les tuvo un enorme cariño. Aunque eso le hizo crecer sola sin amigos debido a su gusto por las peleas, usualmente la dejaban sola en casa, aun así, era usualmente conocida en su escuela.
Ella llegó a su preparatoria. Hoy sería el ultimo día de clases, así que estaba emocionada. La escuela era una instalación gigante, la más grande en todo Bashington. Contaba con una entrada para autos y a lado para estudiantes. Un par de edificios de tres pisos separados por una torre de reloj color blanco, la entrada estaba protegida por unos arboles haciendo camino a la puerta principal. Los vidrios de las ventanas estaban sumamente limpios, los estudiantes llegaban a clases, algunos contaban con sus padres para traerlos, otros caminaban, los maestros resguardaban la entrada principal vigilando a sus alumnos. A lado de la puerta principal estaba una cooperativa donde Zoey compró una pieza de pan y un moka de vainilla, ese sería su desayuno.
Ella pasaba por los pasillos, donde algunos chicos y chicas la saludaban. Comiendo su desayuno se dirigía a su escuela, el aula 1-B en el primer piso. La escuela contaba en sus dos edificios, con salones de primer año en el primer piso, de segundo en el segundo edificio y los de tercero en la segunda planta del primer edificio, la segunda planta del primer edificio servía para laboratorios. Atrás de los edificios estaba un patio para los alumnos, más atrás aulas para maestros, así como un auditorio de usos múltiples y alado un gimnasio. Aún más atrás estaba un enorme estadio tipo coliseo romano o estadio de futbol, para batallas en Battleworld.
La chica de cabellos negros llegó a su salón y se sentó en su banca guardando lo que le sobró de pan para más tarde.
— Ey, hola Zoey — Saludó un chico medio dormido
— ¡Hola David!
David Scott era un chico de cabellos negros punky algo levantados hacia el lado derecho se sentó a su lado. Ojos café obscuros casi negros, 15 años, camisa gris azul con cuello en v, pantalón negro y un par de pulseras en ambas muñecas.
— Veo que amaneciste cansado.
— Y tú te ves muy animada je.
— Sabes qué día es hoy ¿No? — Contestó sonriente
— Ahhh... ¿24? ¿Dia de molestar a calamardo?
— Jajajaja no señor pantalones cuadrados — Respondía entendiendo la referencia.
— ¿25? — Reía
— Hoy empiezan las inscripciones al torneo en Battleworld.
— Oh, es verdad — Bostezó — Planeas entrar supongo.
— Así es, e intentaré dar lo mejor de mi para superarme a mí misma.
— ¿Ya tienes a un personaje?
— Ahhh no — Suspiró triste
— Tranquila, seguro solo debes seguir peleando.
— Espero así sea, no he luchado más que con personas con bajos rangos como los míos.
— ¿No has pensado en luchar ahora contra clase B o tal vez A?
— Oh, no podría... No soy tan fuerte — Miró al suelo melancólica.
David la observó por un momento analizándola un poco.
— Inténtalo, nunca se sabe cuál es tu máximo potencial si no lo pones a prueba.
Ella escuchó lo que su amigo le dijo, sonreía con aquellos ánimos y dando un respiro entendió.
— Tienes razón, no pasará nada si no lo intento.
— Así es, ánimos... Se que tienes voluntad.
— Gracias.
Ambos sonrieron.
— Por cierto — Comento la chica — ¿Por qué luces tan cansado? Usualmente tienes más ánimos que yo.
— Bueno yo...
Su comentario fue interrumpido por una chica que llegó por detrás de él tomándolo con sus brazos rodeando su cuello.
— Bueno, lo que pasa es que no quiere decir que estuvimos toda la noche ocupados — Guiñaba el ojo
— No ahora por favor — cerraba los ojos David
— Jejeje hola, Ani — Saludó Zoey
— Hola chicos — Sonreía muy alegremente aquella chica
Ani Sandlers era una chica rubia de cabellos lacios y largos con un fleco sin taparle el ojo, ojos azules y vestía pantalón de mezclilla azul claro roto en la rodilla derecha, una camisa negra clara de botones y un chaleco sin cerrar de mezclilla del mismo color de su pantalón. Siempre llevaba una sonrisa consigo.
— ¿Ya saliste de tu reunión con la directora? — Comentó David
— Sip, disculpa por dejarte un momento.
— ¿Para qué te quería la directora? — Preguntó Zoey
— Como sabes estoy en sexto semestre, así que hoy es mi último día de clases en esta escuela y me pidió personalmente que yo haga el discurso final en la ceremonia de clausura.
— Ya veo, bueno, es normal, eres la mejor alumna de esta escuela, tus calificaciones son las mejores
— Es increíble que ya te vayas a graduar.
— Están invitados como saben a la ceremonia de clausura.
— Muchas gracias — Respondió David acariciando el cabello de Ani
— Por cierto ¿Te vas a inscribir al torneo? — Preguntó Ani
— Si, me gustaría participar.
— Ya veo, se que podrás cariño — animó la chica de cabellos rubios
— Gracias por tus palabras — Sonreía — Por cierto, ¿Dijiste que ustedes dos estuvieron ocupados toda la noche?
David miró con cara de enojo riendo.
— Pero sigues con esos malentendidos jaja
— Ahhh lo que pasa es que nos la pasamos jugando toda a noche en mi casa, ya sabes, usualmente solemos hacerlo.
— Ustedes dos suelen pasar casi todo el tiempo juntos, eso se me hace normal — reía Zoey
Normalmente David y Ani siempre estaban juntos a todas partes, aunque estaban en diferentes semestres y salones. Solían ir a casa juntos o pasear. Además, eran los únicos amigos de Zoey.
— Ahora que Ani se va a graduar estaremos solo nosotros dos — Comentó David
— Suena triste ahora que lo dices.
— Bien jóvenes buen día, empecemos la clase — Comentó un profesor llegando al salón.
— Oh bueno, creo que es hora de irme, suerte a ambos — Se despedía Ani saliendo
— Nos vemos más tarde.
Zoey conoció a Ani y David a mediados del semestre. Ellos dos eran los estudiantes destacados, por su parte, la chica de cabellos negros era una alumna promedio debido a que se concentraba más en luchas que en sus estudios. De grande soñaba en ganarse la vida en batallas siendo una reconocida luchadora.
La clase pasaba, el ultimo día de clases. La entrega de calificaciones, trabajos y algunas palabras de ánimos por parte de los profesores para el siguiente semestre, el ambiente era agradable, y los chistes de David siempre hacían reír al salón.
°°°°
*7:45 am Ese mismo día.
"2 de Junio. No era una tarde lluviosa, no había nubes grises o algún ambiente nostálgico o deprimente. De echo el sol iluminaba la ciudad y los chicos iban a la escuela, un día normal, podría seguir así de no ser por un incidente por el cual me acaban de llamar. Así que empezaré de cero... 2 de Junio, una victima más fue encontrada en un callejón, y ahora estoy aquí para intentar saber qué fue lo que pasó."
Un hombre de 33 años escribía en su diario, vestía gabardina café claro con un sombrero del mismo color. Cabellos café obscuro revuelto, una camisa de botones blanca y pantalones de vestir azul marino. Un cuerpo algo musculoso.
— Buen día detective Holliday — Lo saludó un oficial entregándole un café
— Buen día ¿Qué es lo que tenemos aquí?
Un callejón estaba rodeado de dos patrullas y una ambulancia esperando, dentro de ahí, un chico estaba tumbado en el piso inconsciente con un pequeño charco de sangre. Los demás oficiales estaban analizando la escena y controlando el tráfico. El detective Holliday traspasó las cintas de seguridad tomando de su café.
— Alguien puede decirme lo que pasó.
— Hombre de 19 años caucásico, 1.78, solo esta inconsciente, al parecer recibió una golpiza — Respondía una compañera suya
— Detective Miller, buen día.
— No creo que lo sea para él.
— ¿Sentido del humor en estas situaciones?
— Ya sabes lo que dicen detective, una sonrisa nunca hace falta, anímate vamos. Además, el chico está bien, por eso no hay nada que lamentar — Le dijo dándole un puño en el hombro
El detective la miró seriamente sin expresar nada. La detective era una mujer de cabellos ondulados rojos. Ojos café claros y tez medianamente blanca, una joven de 28 años. Vestía camisa blanca de botones con tirantes negros, pantalón negro ajustado y botas negras.
— Bien, necesito un reporte enseguida.
La detective Miller suspiró rendida, pero sonreía.
— Ya es el caso numero 9 hasta ahora ¿No?
— Muy observadora detective Miller. Aun no sabemos la causa de esto o la relación entre casos, pero el suceso siempre es el mismo: Un chico o chicos tirados en un callejón golpeados con sangre. No tenemos idea de en que se ven involucrados o quien anda detrás.
— La poca información que tenemos no nos ha dicho mucho. Pero ey, no hay que ser pesimistas. Eres el mejor detective que conozco.
Ambos se dirigieron al carro del detective. Esperaban las pistas mientras iban a desayunar a una cafetería cercana a la estación de policías. Los detectives Holliday y Miller siempre han trabajado juntos por 5 años, ambos solían resolver crímenes y resguardar la seguridad en Bashington.
Últimamente los mismos crímenes se han presentado, y los detectives aun no encontraban alguna conexión entre ellos. Siempre era lo mismo, chicos o adultos jóvenes eran encontrados de esa manera. Pero los detectives no descansaban en intentar resolver estos crímenes.
Una mañana tranquila, una victima más, un poco de café y las luces de las patrullas alumbrando el lugar. Varios carros detenidos causando tráfico, oficiales tratando de tranquilizar el lugar mientras los médicos trasladaban el cuerpo al hospital. Los dos detectives se dirigían a desayunar, esperando pensar en algo mientras trataban de almorzar en la cafetería.
°°°°
— Listo chicos, me alegra estar con ustedes. Espero volver a verlos el próximo semestre y felices vacaciones. Para los que gusten inscribirse en el torneo de Battleworld que ofrece nuestra institución, las inscripciones están en el patio principal. Y bueno... A los que los veo en los exámenes extraordinarios, estudien mucho — Dijo eso ultimo con lastima
— Nos vemos profesor — Se despedían sus alumnos.
El profesor se marchó después de borrar el pizarrón. Sus alumnos empezaron a salir poco a poco, algunos emocionados por sus vacaciones, algunos otros con tristeza por haber reprobado.
— David, iré a inscribirme ¿Vienes?
— Oh claro — Se levantaron — De hecho, yo también me quiero inscribir.
— ¿Tú luchas? — Respondía impresionada
— Bueno, lo cierto es que Ani me entrenó, aunque no lo creas ella es una muy buena maestra.
— ¿Es enserio? Vaya, ella es muy impresionante.
Los dos llegaron al patio principal. Atravesaron el pasillo hacia las mesas de inscripción. En ella estaban varios maestros en distintas mesas dando los formularios para poder entrar al torneo. Varios alumnos de distintos grados estaban ahí, había una gran pero acomodada fila.
El torneo de esta escuela era algo famoso entre los mismos alumnos. La institución, así como muchas otras aprovechaban este fenómeno de luchas para hacer un evento grande. Los chicos se formaron en la fila esperando su lugar.
— Buenas tardes, maestro — Saludo felizmente la chica de cabellos negros
— Hola señorita Zoey ¿Va a entrar al torneo?
— Así es, y espero poder sobresalir.
— Entonces tome este formulario, llénelo y llévelo a la caja que está a la derecha.
— Muchas gracias y nos vemos después.
— Hasta luego señorita.
Ella tomo el formulario y comenzó a llenarlo con su lapicero.
— ¿Ya viste? Por lo que veo aquí no nos van a separar por rangos — Comento David
— ¿Qué, entonces lucharé contra personas de rango B o incluso A?
— En ese momento cell sintió el verdadero terror jaja.
— Ahhh — Suspiró — Estaré en problemas.
— No te preocupes, sé que llegaras lejos.
— Gracias David.
Ella siempre se animaba cada vez que sus amigos le daban palabras de apoyo, en el fondo sabía que no era muy fuerte, pero jamás se rendiría ante un reto ni diría que no.
Luego de terminar de escribir, ambos se dirigieron a la caja para poner sus inscripciones. Sin embargo, su camino fue interceptado cuando un chico pasó empujando a Zoey.
— ¡Oye! Fíjate por donde vas
— No estorbes, deberías siempre estar al pendiente de donde pasó y así no ser una molestia — Expresó sin verla a los ojos doblando su formato de inscripción.
Zoey observo ese formulario sorprendida.
— Joey... También vas a participar por lo que veo.
— ¿Te sorprende? A mi me sorprende que tengas el valor para intentar si quiera presentarte frente a mí con tu formulario.
— Algún día te cerrare esa molesta boca tuya a golpes.
— Mientras eso no pase te recomiendo cerrar la boca.
Joey era un chico popular en la escuela. Pelo rubio desordenado, ojos verdes, alto y con un temperamento demasiado orgulloso. Estaba en tercer año al igual que Ani, además de compartir salón.
— Como sea, no tengo tiempo ni ganas de perderlo aquí conversando contigo — él volteo la mirada hacia atrás — Zedd, vamos, amigo. Tengo prisa. Te llevaré a casa.
Un chico llegó al lugar. Cabellos largos negros, ojos café claros y vistiendo ropa casual.
— Claro — Habló en tono bajo.
— Si quieres hacerte falsas ilusiones esta bien, no es mi deber detenerte hablando, también tienes derecho a demostrar tu poder. Pero no esperar sobresalir.
— Eso...
El chico la miro sin expresiones.
— Como sea, David — Se despedía asintiendo con la cabeza
— Joey — respondía
Joey se dirigió a la caja para meter su formulario.
— En verdad es despreciable — lo observó la chica
— Eso casi sonó a referencia — Bromeaba David
— Una di... Disculpa po... Por Joey, es so... Solo que ha tenido un mal día — Tartamudeaba algo nervioso Zedd viendo hacia el piso
— Oh, no te preocupes Zedd, no es tu culpa, esta bien — comentó Zoey
— Gra... Gracias, y ahora de... Debo irme, que tengan un buen día – Se despedía.
— Adiós Zedd — Hablaban los dos.
Él se marchó hacia donde Joey para entregar su formulario de inscripciones.
— Es increíble como un chico como Zedd sea el único amigo de Joey — Exclamó David
— Él siempre ha sido muy amable, al contrario de Joey.
— Aun así, no te descuides. Joey es el alumno mas fuerte de esta escuela, ha sido el único en casi lograr un Rango S. Eso nos dice que tendremos rivales muy fuertes.
— Ahhh — Suspiró Zoey — Lo sé, y aunque odie admitirlo, Joey es más fuerte que yo.
— Pero eso no dice que no puedas superarlo cariño — Dijo una voz de chica detrás suyo.
— Oh, Ani — Contestó David
— Hola.
— Se que puede ser así, solo espero poder ser más fuerte — Respondió Zoey mirando al suelo
— ¿Ya se han inscrito?
— Aun no hemos llevado nuestro formato, de echo nos dirigíamos a entregarlo — Le hablo David
— Bien, vamos. Ya tengo mucha hambre — Sonreía tomándolos a los dos con sus brazos
Los tres iban a la caja cuando su camino se vio interrumpido una vez más por un chico pasando por sobre de ellos sin importarle sus lugares.
— Oye, íbamos primero — Se quejo Zoey
— Una disculpa, no tengo tiempo que perder.
Aquel chico era Dan, un alumno de segundo año en tercer semestre. Cabellos negros, peinados para atrás, lentes, y vestido de traje.
— Oye amigo, debiste pedir permiso — Le dijo David
Él sin voltear a verlos depositó su formulario, y se marchó tan pronto lo hizo.
— La escuela esta llena de maleducados — Suspiró Zoey
— Y allá va otro peso pesado — Exclamó Ani
— Lo se — se resignó la chica de cabellos negros — Él también es visto como uno de los más fuertes.
— Dan siempre ha sido una persona... Formal, estratégica y analista... No sé cómo decirlo — Contestó David
— Así es, se ve que será difícil entontes.
— Pero animo chicos, yo creo en ustedes dos — Animó Ani
— Por cierto ¿Tú no vas a participar? David me dijo que fuiste su maestra.
— Oh no no, con lo del discurso, el vestido para mi graduación, el ver universidades, no me dejaría tiempo para eso — Se disculpaba
— Entonces te vengaremos— Bromeaba David
— Jajajaja si fuese uno más los llamaría mis ángeles de Charlie.
David y Zoey depositaron sus formularios. Después de eso fueron con Ani a la entrada del patio principal dirigiéndose al pasillo de salida.
— Entonces ¿Quieren ir a comer? — Dijo Ani
— Ya vas dijo barrabas — respondió David con una señal de "ok"
— Yo paso por esta vez chicos.
— ¿Y eso?
— Al ver que debo enfrentarme a personas mucho más fuertes que yo, quiero sobresalir, tal vez no gane, pero quiero llegar lejos.
Ani la tomó de sus mejillas acercándose a su rostro.
— No no no cariño, tú no debes aspirar a conformarte con un lugar más en el torneo.
Zoey la observó a los ojos, esos intensos ojos azules de su amiga escuchando ruborizada.
— Quiero que tú aspires a ser la numero 1 y ganar ese torneo.
Ani la beso en la mejilla derecha y la soltó.
— Yo... Yo... — Zoey esta nerviosa y sonrojada por aquel gesto.
— Ani tiene razón, sabemos que eres fuerte, y con entrenamiento duro tú podrás.
Zoey volvió en sí, sonreía al oír esos ánimos. Se sentía feliz de aquellas palabras, de aquellos chicos que ella llamaba amigos. Pensaba en lo afortunada que era y sobre todo en que tenía razón, debía aspirar a ser la numero 1.
— Muchas gracias. En verdad estoy agradecida de tenerlos en mi vida.
— Ya ya, sabes que siempre estaremos para ti cariño.
— Así es, y si algún día necesitas entrenar solo dinos. El torneo es en 20 días. Así que tenemos tiempo más que suficiente — Animó David
— Tienes razón, no me daré por vencida — Exclamó con un puño al aire
— Esa es la actitud señorita.
— Bien, pues entonces David y yo iremos a comer.
— Yo me quedaré aquí, entrenaré en el gimnasio de la escuela.
— Bueno, nos vemos en estos días — Habló David.
— Oyes, espera. Olvidé las llaves de mi moto. Iré por ellas, están en mi casillero — Dijo Ani
— Bien, le llamaré por teléfono a mi madre diciendo que iré a comer contigo.
— Bueno, entonces nos vemos chicos — Se despedía Zoey.
— Adiós Zoey. Mucha suerte.
°°°°
Ani se dirigía a su casillero, David se quedó en la cafetería comprando un bocadillo para los dos mientras pedía permiso para ir con su amiga. Detrás del edificio donde toma clases, la alegre chica caminaba alegremente como era costumbre. Varias chicas y un par de chicos estaban cerca solo observándola, aguantando la risa. Ella volteo a verlas y las saludo cortésmente.
— Hola chicos, felices vacaciones — sonreía
— Hola Ani — respondieron en coro riendo
Ella fue volteo a su casillero abriéndolo, colocando la combinación adecuada: 8-5-5-8. Sin embargo, al abrirlo, notó como estaba cubierto por un cumulo gigante de chicle, todo su casillero estaba lleno de esta pegajosa masa rosada. Ani abrió completamente los ojos sorprendida por tal acto. Las chicas y chicos detrás comenzaron a reír a carcajadas al verla de esa manera.
— ¿Qué sucede señorita perfección?
— ¿Acaso le pasó algo grave a tu casillero?
Reían haciendo preguntas sarcásticas a la par de que disfrutaban verla triste de esa manera. Ani solo observaba como todos sus libros, los cuales iba a regalar, sus útiles, topers para comida e incluso las llaves de su moto, así como algo de ropa estaban cubiertos de chicle, parecía un vomito rosado. Pero ella seguía ahí, no expresaba odio, tristeza o alguna otra emoción. Solo tenia esos ojos abiertos y esa expresión de sorpresa, pero no de esas sorpresas que son buenas, sino de esas que no llevan consigo nada bueno.
Los chicos seguían riendo cuando de pronto Joey llegó al lugar, él los observó riendo, volteo la mirada y vio a Ani de esa manera.
— Oye ¿Todo bi...?
Él observó ese casillero lleno de chicle, esa crueldad, esa envidia, esa horrible acción.
— ¿Qué fue lo que pasó? — Le preguntó
Los chicos reían aun, satisfechos por su acción, por lograr su objetivo.
Joey enojado fue hacia donde ellos tomando a un chico de del cuello de su camisa levantándolo.
— ¡¿Quién diablos hizo esto, por qué?!
— Oye oye calma, este no es asunto tuyo — le contestó
— No te creas que se saldrán con la suya.
Joey lo levanto mientras los demás intentaban calmarlo diciéndole que lo dejara en paz y que no volverían a hacerlo.
— Vaya... Que distraída soy. Debí dejar un paquete de chicles ahí, de alguna manera tal vez en calor de ahí hizo que explotara y embarrara todo mi casillero — Dijo Ani dándose un leve golpe en la cabeza
— Ani... — La miró desconcertado Joey
— ¿Pero que estúpida? — habló una de las chicas
Joey arrojó al chico encima de quien había dicho eso.
— Oye estúpido — se quejó la chica en el suelo con su compañero encima
Los demás los ayudaron a levantarse mientras Joey observaba a la chica rubia. Riendo forzadamente. Ella tomó las llaves de su moto y empezó a quitarle el chicle poco a poco.
— Loca estúpida — Dijo la chica levantándose.
Todos ellos se fueron del lugar mientras Joey se acercó a Ani.
— Oye, sabes que eso que dices no pasó, esos chicos lo...
— Oh vamos Joey, los accidentes suceden — Le respondió con una sonrisa.
Él lo notó, esa sonrisa ocultaba una tristeza profunda en el interior, al ver sus ojos se dio cuenta de que quería ignorar lo que le hicieron y no armar un escándalo. Tragándose el orgullo y dando un suspiró entendió.
— Ten más cuidado entonces — expresó con algo de tristeza
— Oh no te preocupes, pediré ayuda a los conserjes para limpiar aquí. De todos modos, no era nada importante.
El chico no sabia que más decir, la quiso tomar del hombro diciéndole que todo estaba bien, pero tenía miedo.
— Adiós.
— Adiós Joey, mucha suerte en el torneo — Guiño el ojo animándolo
Joey se fue de ahí sin decir más, buscaba a Zedd quien le dijo estaría ocupado. Sabía que él, así como ella se irían de esta escuela así que creyó que no debía decir nada más. La defendía cada de que podía, pero sabía que Ani prefería no decir nada.
Ani limpió completamente sus llaves y se dirigía hacia donde su amigo. No dijo más, no fue a levantar una queja o a acusarlos con la directora. Solo se fue dejando atrás aquel suceso, haciendo como si no hubiese pasado y prefería que siguiera de esa manera.
°°°°
— Aquí tiene. Un café negro con una pieza de pan y una malteada de fresa con galletas de mantequilla — se acercó una mesera a los detectives con una charola arrimando sus pedidos
— Muchas gracias, Martha — Sonreía la detective Miller
— Gracias — respondía a secas el detective Holliday
— Buen provecho tortolitos.
— Jejeje siempre tan bromista.
Ambos empezaron a comer. Remojaban sus alimentos en sus bebidas, mientras daban un mordisco tras otro. La cafetería a la que iban era famosa por albergar a varios oficiales a todas horas, a tan solo un par de cuadras de la estación. El lugar se asimilaba a típica cafetería de los 70's con una barra para comer frente a las meseras quienes servían los pedidos, algunas bancas dando la vista a las ventanas, paredes color blanco con rosa y música Disco. Las meseras vestían uniforme verde pastel con encajes blancos.
— No entiendo como le pueden gustar esas galletas y la malteada — Habló el detective
— Son... Deliciosas ¿Qui... eres un poco? — decía mientras comía a montones
— No son de mi agrado. Solo digo que parece una niña pequeña.
— Oh vamos no seas amargado — respondía ofreciéndole una galleta.
Él la observó serio, y apartó la mirada de inmediato continuando con su café.
— Ahhh — Suspiro la detective — No hay remedio entonces.
Ambos terminaron sus alimentos. Se levantaron, pagaron y se marcharon de ahí. Salieron a la luz del día. La detective Miller conducía mientras el detective Holliday escribía en su diario.
"12:34 Pm. Parecía un día normal, pero todos los días parecían un día normal. Un chico fue encontrado tirado en el suelo sumamente golpeado, pero el día a día seguía, nadie notaba lo que estaba pasando, y a nadie parecía importarle realmente, no afectaba al turismo en el lugar, no afectaba al clima, no interrumpía el comercio o el entretenimiento de los demás. Pero no culpo a las personas, no los creo unos inmundos seres despreciables y anti empáticos, sé que ellos tienen sus problemas, se que ellos pasan por sus pruebas. El vivir cada día arreglando las malas decisiones de algunos y ver a los ojos los peores males del mundo, sin sentir rencor hacia los demás o maldecir día a día a algún ser divino o a la sociedad misma, es el trabajo mas duro que existe. Pero alguien tiene que hacerlo"
— Veo que sigues con tu diario ¿Hay algo interesante sobre mí? — Guiño el ojo la detective.
— No — Respondía a secas cerrando su diario guardándolo en su gabardina.
— Mmm... Siempre es lo mismo contigo — le replicó en todo enojada
— Disculpa.
— Jajaja solo bromeo, se que tomas muy enserio tu trabajo y te respeto mucho por eso.
— Gracias.
— Es debido a eso que siempre he sido tu compañera todos estos años.
— Claro.
— Y me siento feliz de que nunca me alejes de tus casos, que me permitas trabajar a tu lado.
— Si.
— Hemos sido compañeros mucho tiempo y no digo que no me guste, me encanta, es solo que...
Ella contenía esas últimas palabras, no quería decir algo poco profesional, sabia que Holliday era conocido por su firmeza y su seriedad. Miller sentía algo, algo que empezó como admiración, algo que se alimentaba cada día que trabajaba con su compañero. Pero quiso guardárselo, guardar esos sentimientos que pensaba estorbarían en su trabajo, en su profesión, en su carrera como detective a lado de la persona que mas quería, como siempre, solo se contuvo y calló.
— Es que... Nada. Disculpa.
— Es aquí.
El detective Holliday señaló una casa en un barrio conocido por ser de la clase baja de Bashington. La ciudad si bien, no contenía personas con alguna clase de pobreza, estaba distribuida por cierto tipo de "Clase social". El barrio de Hell's Hamlet era conocido por albergar a personas que no comerciaban tanto, tenían trabajos como oficinistas, contadores, etc. Por lo que su lugar no era muy turísticamente atractivo. Sin embargo, un par de manzanas los separaban de una playa. Por lo que gozaban de una excelente vista.
Ambos detectives bajaron del coche, un tipo "Bocho" color azul claro, algo gastado por su trabajo. Legaron a una casa color blanco por fuera, ventanas que tapaban la vista al interior con cortinas rojas. El barrio asimilaba a los típicos de New Jorrk. Edificios pequeños de dos o tres pisos, algunos locales en las esquinas, departamentos y callejones sin salida. Los dos se dirigieron a la puerta dispuestos a tocar.
— Esta debe ser la casa de la familia de la víctima, los oficiales del hospital registraron su dirección en sus registros de escuela. Por lo poco que nos comentaron, solo vive aquí si madre. Esperemos este en casa — Hablo la detective Miller leyendo las notas de su libreta.
— Toquemos.
— Esta es la parte más difícil de nuestro trabajo ¿No? — Volteo la detective a ver a su compañero — Decirle a la familia de la victima que uno de ellos se convirtió en una víctima. Menos mal que el chico está vivo.
— Lo es.
— ¿Qué? — Preguntó la detective
— Es la parte más difícil del trabajo — contestó Holliday — Pero alguien debe hacerlo. Y eso nos servirá para resolver este crimen.
La detective sonrió al escuchar esas palabras. Aquello le recordaba porque le encantaba trabajar a su lado, le recordaban porque era el hombre que más admira. Soltó una sonrisa y procedió a tocar la puerta.
°°°°
— Listo — Habló Ani acercándose a David quien estaba comiendo un Hot-Dog
— Entonces vamos.
Ella lo tomó de la mano caminando juntos. Ambos se dirigían a la moto. David, observó el rostro de su amiga, ella no lo quería expresar, pero él lo podía notar debido a lo mucho que la conocía.
— Pasa algo ¿Verdad?
Ani se quedó en silencio bajando la mirada sin querer decir nada. Pero David se detuvo colocando a Ani enfrente suyo.
— ¿Otra vez alguien te...?
— Solo vámonos ¿Sí? — Ani sonreía sin querer hacer un alboroto
— Sabes que no quiero dejarlo así.
David cambio su tono a uno serio. Colocó su mano en la mejilla derecha de Ani.
— Ya nadie te molestará. Ahora vamos a comer, no se que pasó, pero se cómo "arreglarte"
Él le dio un beso en su mejilla izquierda. Ani sintió aquel gesto, abrió sus ojos sorprendida y sonreía aliviada.
— Gracias por todo.
Ella lo abrazó. Olvidó por un momento aquello que le hicieron, sentía el calor de aquel abrazo. Ahí, en el estacionamiento, ellos dos estaban pasando un buen momento.
— Bueno, yo tengo mucha hambre así que ya vámonos jajaja — Respondía Ani
— Claro, me moriré de hambre — Bromeaba
Los dos siguieron de la mano caminando hacia la moto de Ani. Un vehículo azul con franjas negras tipo Chopper. Los dos se subieron y se dirigieron lejos de ese lugar. Olvidando aquel cruel acto, pero siguiendo con su enorme amistad.
°°°°
Zoey entrenaba duramente en el gimnasio, colocó dos pesas con un total de 145 kilos. Ella hacia bastante esfuerzo acostada mientras con sus brazos subía y bajaba el tubo con pesas. Ya llevaba 97 veces haciendo lo mismo. El sudor de su cuerpo se notaba, las venas en sus brazos saltaban. Pero no se rendía.
— 97... 98... 99... 100.
Colocó el tubo en su lugar, se sentó y tomo un poco de agua en su termo. Con una pequeña toalla secó el sudor en su rostro mientras inhalaba y exhalaba descansando.
Ella pasó cerca de 4 horas en ese lugar, solía estar ahí seguido entrenando duro. Contaba con una condición física fascinante, pero no era suficiente para poder luchar contra personas mucho más fuertes que ella.
Fue a la ducha. El agua recorría su cuerpo blanco. Las gotas pasaban entre su rostro mientras cerraba los ojos y pensaba. Si cuerpo era bastante atlético, y aunque no seguía dietas o algo por el estilo, siempre se mantenía ejercitada.
— Así que pelearé contra personas con rango B o incluso A — Suspiraba intensamente — Esto será realmente difícil.
Llegó al vestidor y se cambio de ropa. Al salir se dio cuenta de que era de noche, observando su celular vio que eran las 8:45 Pm
— Y a si se me fue el día.
Caminaba rumbo a casa, estaba acostumbrada a hacerlo sola de noche debido a que entrenaba hasta tarde. Observaba el ambiente, ciudad Bashington se transformaba de noche. Los bares estaban abiertos, algunos puestos de comida rápida, los turistas caminaban de un lugar a otro tomándose fotos, las luces de los muelles alumbraban el obscuro mar. Zoey caminaba viendo el lugar donde vivía. Sonreía mientras daba un paso tras otro con gusto.
— Espero poder sobresalir y... — Se detuvo un poco recordando las palabras de Ani — Y ganar.
Ella soltó una pequeña risa felizmente.
— Aunque ni siquiera he podido obtener un personaje — se decía desanimada.
Zoey llegó cerca de un callejón, un gato herido caminaba cerca suyo, tenia su pata rota tratando de no pisar con ella.
— Oh, supongo que si lo llevo con Ani podrá ayudarlo.
El gato corrió hacia el callejón con temor, un callejón obscuro aparentemente sin ninguna luz.
— Oye espera.
Ella corrió tratando de alcanzar al gato, uso la luz de su celular para iluminar el camino. Trato de alcanzar al gato, pero el con trabajo brinco por una pared saltando hacia otro edificio.
— Ufff espero que este bien — Se resigno.
El lugar se iluminó con una pequeña fogata encima de un bote de aluminio. Alguien le arrojó un cerillo encendiéndola.
— Jejeje miren lo que nos ha traído a noche — Dijo un chico
— Una preciosidad.
— Pequeña mocosa tienes mala suerte.
— Ahora eres toda nuestra.
Zoey observó a su alrededor, 4 chicos se acercaron a ella hostilmente. Ella sabia de que iba esto y no le quedó más que estar alerta.
— Ustedes... No se acerquen a mí.
Expresaba tratando de ocultar su miedo. Después de todo eso era un asalto, no era cualquier cosa, el miedo empezaba a correr por su cuerpo. Trató de mantener la calma respirando un poco.
— No hagas esto más difícil niñita.
— Jajaja ven pequeña delicia.
— No me rendiré tan fácil — Contestó Zoey
Uno de ellos la sorprendió tratando de golpearla por detrás con su puño, sin embargo, ella reaccionó rápido tomando su brazo con ambas manos y lo arrojó hacia donde otro chico venia.
— Maldita mocosa.
Otro chico tomó una navaja e intento clavársela en el pecho, pero ella lo tomó con las palmas de su mano. Una mirada seria salió de ella, observó al chico y le dio un cabezazo haciéndolo caer al suelo. Otro chico más retrocedía con temor.
— Eres...
Los demás chicos se levantaron observándola con odio. Algo de sangre salió de la nariz de uno de ellos. Zoey los observó sonriendo un poco, confiada en su victoria se acercaba a ellos.
— Espera... Arreglémoslo en Battleworld — Expresó uno de los chicos.
Zoey se detuvo sorprendida de aquellas palabras. No sabia que hacer, pensaba en si era tonto atender a esa petición.
— Eres luchadora como nosotros ¿No? Entonces hagámoslo así.
— Yo...
Ella no estaba segura de aquello, pero pensaba en que, si le fue fácil derrotarlos aquí, en Battleworld seria igual, y necesitaba ese entrenamiento para el torneo.
— Si yo gano, tendré más experiencia y racha de victorias — Pensaba seriamente.
— Vamos chiquita, no temas.
— Hagámoslo entonces — Respondía Zoey sonriendo confiada
— Pues hagámoslo.
Los 4 chicos se juntaron y Zoey se colocó delante suyo.
— ¡A LUCHAR!
Sus cuerpos resplandecieron dejando ver un destello azul. Los 5 fueron transportados a Battleworld, la dimensión de peleas donde todos los luchadores pelean por ver quien es el más fuerte.
°°°°
*CONTINUARÁ