Una suave brisa del fresco viento de otoño recorrió el lugar dándome un pequeño escalofrío por el frío.
Era realmente un auténtico dolor en el trasero tener que soportar el estar de pies a cabeza empapado en estos momentos.
¿De quién más era la culpa de esto, si no de mi torpe hermanito? Era malo juzgar sin pruebas, pero juraría que lo que mis oídos captan es inconfundiblemente su risa, y no cualquiera, era claramente la misma carcajada maléfica que soltaba cada vez que sus bromas tenían éxito.
— ¡Por patán y distraído! —Grito antes de entrar en la casa. En sus manos podía verse aquel maldito balde de plástico lleno hasta el tope de globos cargados con agua.
Seguro haría lo habitual y se ocultaría en su habitación mientras cerraba su puerta con un cerrojo para evitar que le diera su merecido.
— Brr — Pude sentir como se me hacía la piel de gallina, lo peor era que el viento solo empeoraba. Si no me secaba rápidamente lo más probable es que acabase enfermo por un buen tiempo.
Era una suerte que hubiera un par de toallas secas sobre la silla que había quedado afuera. Eso me ahorraba el trabajo de buscarlas.
Sin notar nada extraño, inocentemente me pare en el pórtico secándome para poder entrar por las puertas de mi hogar sin mojar el interior.
Solo Dios sabría lo que sería de mí si Mamá se enterase de que me atreví a entrar mojado, por lo que no me arriesgaría a descubrirlo.
En ese entonces permanecí ignorante a lo que ocurría a mi alrededor, más que nada por mi deseo de evitar a toda costa la posibilidad de un resfriado.
El viento se volvió más fuerte de golpe, lo suficiente como para casi hacer que me cayera ante lo repentino que fue, las poderosas corrientes arrastraron un extraño y pequeño objeto.
De un color azulado y brillante, por lo que se podía distinguir, tenía el tamaño de una tarjeta.
Lento pero seguro entró por la ventana abierta de mi habitación.
Nunca supe cómo terminó siendo arrastrado, de donde había venido, o si estaba destinado a mí en primer lugar.
O incluso si fue una maldición, un regalo del cielo u alguna otra cosa.
En todo caso, ese día no tuvo un significado más allá de eso.
Vendí mi alma por poder.
Regale mi vida, y todo por un simple objetivo. No hay límites para cuan estúpido se puede llegar a ser.
¿Y saben qué es lo peor?
Que lo haría de nuevo, y de nuevo, y de nuevo...
Realmente no tenía muchas opciones en primer lugar. O simplemente fui muy estúpido como para llegar a verlas.
En todo caso, mi mayor bendición y mi mayor desgracia acababan de entrar en mi vida.
.........
Con mi cuerpo aún frío, no tuve otra opción además de cubrirlo con un abrigo.
Un suspiro relajado y placentero escapo de mi boca al sentir la comodidad del calor reconfortante, mi vista vago un poco por la habitación.
Los libros estaban en su lugar en el pequeño librero que Papá había construido hace un tiempo, mi colección de gorras en un perfecto estado, era bueno saber que el mocoso no se había atrevido a tocarlas.
Todo parecía ser normal, nada estaba fuera de lugar o en malas condiciones, por lo que podía dar un suspiro de alivio, nunca se sabía si el mocoso de mi hermanito pudiera haber llegado a tener la "fantástica idea" de hacer algo con mis cosas mientras me secaba.
Mientras divagaba mis ojos captaron algo fuera de lugar en la cama. Una tarjeta brillante de colores azulados.
Una duda llenó mi mente, ¿Por qué me era tan ridículamente difícil apartar la mirada de ella? Lentamente estire mi mano hacia ella. Realmente quería tomarla.
Solo tenía que acercarme un poquito más y mis manos podrían tomarla.
— ¡Dani! —
...Y allí quedó ese esfuerzo. Rápidamente tomé la tarjeta y la oculté bajo la almohada, no era el mejor escondite ni el más práctico, pero sin duda alguna serviría por el momento.
Mi nombre fue gritado con fuerza por una voz chillona, podía reconocerla por completo después de zumbar en mis pobres oídos todas las mañanas durante el desayuno o cuando creía que era oportuno cantar en la ducha.
Volteando a la puerta pude verla allí de pie, era bastante alta, tenía el cabello de un rubio brillante al igual que Mamá, lo tenía bastante corto llegando hasta los omoplatos, un rostro algo infantil para su edad. Su apariencia en general gritaba Tomboy, esa era Jeanne, mi molesta hermana mayor.
— ¡¿No te dije que vigilaras a Eddie?! — Y ahí va de nuevo. Sus gritos podían destrozarte los oídos sin esfuerzo alguno, no era difícil para mí llegar a la conclusión de que tenía alguna especie de megáfono integrado.
Hmm, ¿tal vez tenga una habilidad similar a la de Black Canary?
Sería bastante curioso en verdad.
—... ¿Estas ignorándome y pensando en algo muy estúpido, sin sentido y poco probable? — Preguntó mientras me tomaba por cuello de mi playera poniéndome a la altura de sus ojos. Lo cual me hizo pensar una cosa.
Ser un poco más bajo que ella en estatura realmente apesta.
— No veo por qué debería ser mi problema vigilar al mocoso, mucho menos después de que me empapara — Comente con la voz más carente de emociones que sabía hacer. Si, puede ser tan tonto como quieras, pero una bien hecha si podia servir.
Lastima que la mía no fuera así.
Jeanne me soltó sobre la cama luego de un suspiro exasperado, para luego ella lanzarse y rodar encima mientras abrazaba su cuerpo en posición fetal. Por razones como esta no era muy fan de ser cercano con las mujeres de la familia, siempre parecían tener los tornillos un poco flojos, casi sueltos.
Jeanne era increíblemente expresiva con sus emociones, Mamá... Ella era un poco demasiado sádica y Liz, mejor no hablar de Liz.
Miré la patética figura de mi hermana mayor y solo pude pensar.
Pobrecita, está teniendo un pequeño colapso. ¿Tal vez el pequeño demonio finalmente se atrevió a dañar sus amadas chaquetas de cuero, o fue aún más audaz y destruyó su colección de mangas y comics? Pobre del bastardo que siquiera tuviera una idea en torno a sus colecciones.
Había que saber que mi hermana amaba a sus cómics casi tanto si no es que más que nosotros. Su fanatismo llega hasta el punto en el que incluso tenía un cosplay de Susan Storm y otras heroínas, una vez incluso la atrape por accidente mientras se vestía como Power Girl.
Pero pensándolo mejor...
No, no debía ser. Si ese fuese el caso, podría llegar a oler con mi nariz el poderoso hedor de la carne quemada en el momento en que Jeanne por fin se decidiera a quemarlo en una hoguera improvisada en el patio trasero.
— ¡Esto no es una broma! Es en serio, ya madura Dani —Gritó con una voz que sonaba entre aterrada y furiosa. Claro, como si yo fuera el único inmaduro aquí. - Eddie ensucio gran parte de la sala y el comedor con comida chatarra, lodo y una extraña cosa que tengo miedo de averiguar lo que es -
Oh rayos.
Pensé con cierta molestia.
Edward, el hermanito menor ejemplar a los ojos de nuestros padres... y el demonio que no paraba de darnos trabajo. Siempre hallaba una forma de meterse en problemas o arruinar algo que no debería tocar, y como era costumbre quien debía arreglarlo éramos nosotros como sus confiables hermanos mayores.
Pero esto no era algo muy fuera de lo ordinario. ¿Cuál era el problema real entonces?
— ¡Hoy se suponía que tendríamos una fies- *Cough r-reunión de estudio con mis amigos y él dejó todo hecho un desastre! —
...Veo que dejaste salir un poco de tus verdaderas intenciones allí, querida hermanita.
Guarde mis comentarios para mí mientras procedía a darle mi mejor sonrisa de negocios.
— Dani, cuando sonríes así me asustas — Comentó ella mientras se alejaba un poco de mí. Que grosera, yo no soy el raro aquí.
Oh dulce e inocente jovencita. ¡No entiendes la belleza del arte de la negociación y el timo!
Como dirían en el Sur.
¡Te falta calle!
— Muuuy bien — Su mirada cambió a una resignada mientras metía la mano en el bolsillo izquierdo de sus jeans para sacar su billetera.
Casi sentía pena por ella, casi. Pero no iba a trabajar gratis ni por la bondad en mi corazón, no era una persona tan amable como para hacer algo tan problemático.
Un chico también tenía sus propios intereses y pasatiempos. ¿Y qué forma de obtener dinero era mejor y más fácil que convencer a tu hermana mayor para que te pagará por hacerle favores?
Honestamente era poco lo que podía obtener de ella, pero me conformaba. Para un hombre falto de trabajo, cualquier cantidad de efectivo era útil si sabía ahorrarlo.
Aunque bueno, gran parte de mi falta de trabajo provenía de mi condición. No era mi culpa que me diera sueño y acabara durmiendo con las puertas de la heladería cerradas durante uno de los días más calurosos del verano o que confunda las órdenes cuando trabajé de mesero.
En todo caso, el punto era que nunca se debía rechazar una buena cantidad de dinero.
Por lo que recibí mi pago y procedí a limpiar.
Gracias, Eddie.
Pensé mientras me comprometía mentalmente a llevarlo a comer un helado mañana, si bien puede que el mocoso me empapara y se escondiera sin una sola pizca de culpa, lo había compensado con creces al hacer que Jeanne se quedará sin una opción además de delegar la limpieza a mí.
Darle una pequeña recompensa no estaría mal.
................
Al cabo de unas horas el cansancio me atrapó, finalmente había terminado con la limpieza del lugar. No podía evitar sonreír al ver lo brillante que estaba, incluso podía ver mi reflejo en él.
Pero era una lástima que pronto un gran ejército de universitarios llegara y arruinara todo. Meh, una buena oportunidad para chantajear a Jeanne para no decirle nada a nuestros padres. En momentos como estos era ridículamente conveniente que por razones laborales tuvieran que estar fuera de casa por tiempos prolongados.
Realmente se parecía a ese cliché de los animes, mangas y demás.
Pero volviendo al tema.
Sabía que no era muy moralmente correcto que digamos el extorsionar a mi hermana pero ¿Cuando algo divertido era correcto desde ese punto de vista moral?
.......
Con mi trabajo ya hecho subí a mi habitación mientras pensaba qué podría hacer para pasar el rato. Ya que bajar y estar en la fiesta era un no definitivo.
Si había algo que me molestaba de las amistades de mi hermana era que la mayoría de sus amigos eran uno de dos, o perras con un ego más inflado que las tetas falsas de una pornstar o tipos que encajaban a la perfección con lo que se creía que era el nerd geek estereotipado. Que fuera fiesta de disfraces solo lo hacía peor.
Para empezar, no tenía tal cosa como un disfraz. Y no quería ser el único que apareciera estando sin uno.
Tampoco podía esperar competir en ello, había unos graciosos y realmente buenos, podía jurar que vi a un tipo en un cosplay glorioso de Súper Mario.
Pero en fin.
No entendía como era humanamente posible que dos grupos tan distintos congeniaran tan bien, pero luego recordé una cosa, si hasta los perros y los gatos podían llegar a llevarse bien ¿Por qué no ellos?
Cuando pensaba en eso podía ver un cierto parecido en ambos grupos, ambos se quejaban como si no hubiera un mañana y no tenían reparos en destruir los sentimientos de alguien si hacía algo que ellos no aprobaban...
Si, son realmente parecidos.
Dejando de lado el tema de la fiesta, recordé la tarjeta que había dejado bajo la almohada. Una sonrisa se levantó en mi rostro al pensar en ella.
Con la mano sobre el pomo abrí la puerta y entré.
Siempre seguiría recordando este día y me preguntaría una y otra vez.
¿Cambiaría algo si me hubiera quedado abajo en la fiesta en lugar de subir?
Si tal vez la cosas hubieran llegado a ser mejores de esa manera...
............
Mis dedos rozaron la tarjeta, una sensación de hundimiento llegó a mi cuerpo junto a una pesadez inmensa. Como si algo estuviera tragando mi energía, llevándola a la fuerza, dejándome vacío y sin nada.
Inmediatamente la arroje a un lado, no importa que tan hermosa fuera, ya no quería tener esa tarjeta en mis manos. Como un borracho tambaleándose traté de llegar a la puerta. Mis ojos parpadeaban, yo...
Ya había cedido.
Fue la conclusión de mi inutil esfuerzo al sentir como mi cuerpo caía al suelo con un ruido sordo, como un saco de patatas o un cadáver maloliente.
Entre parpadeos mi línea de visión cambiaba, podía ver mi habitación y un lugar diferente.
Uno que estaba cubierto por solo oscuridad y luces brillantes.
¿Qué demonios estaba pasando?
Las cosas no estaban bien en lo absoluto.
.......
Sentí como la fuerza regresaba a mi cuerpo, no perdí ni un solo segundo en ponerme de pie. La sola vista del lugar en el que me encontraba me dejó completamente estupefacto.
— Pero que... — No pude evitar quedarme con la boca abierta al notar que ya no me encontraba en mi cómoda habitación, ni siquiera traía puesta la misma ropa que antes. Tenía solo una simple camiseta blanca de mangas largas y un pantalón del mismo color.
Todo el espacio a mi alrededor era oscuro exceptuando la... brillante... luna en el cielo.
Sentí como me atraía con su brillo etéreo, una llamada de anhelo y deseo, rabia y odio. Como si fuera una bestia solitaria en presencia de un extraño.
Varias figuras se manifestaron una tras otra. El Sol, una estrella, un globo terráqueo, una pareja de amantes cuyos rostros no eran visibles, un demonio de aspecto maléfico, una balanza, un sumo sacerdote, una sacerdotisa, un emperador y una emperatriz y la lista seguía.
Sus figuras brillaban en el mismo color azulado que cubría las figuras del mundo, la estrella, el sol y la luna.
Un sonido repugnante se escuchó y las luces se apagaron regresando todo a la oscuridad original, miles de ojos se abrieron alrededor. Una risa que envió escalofríos a mi espalda se escuchó viniendo de todas las direcciones.
Pude sentir como un dedo gigante acariciaba mi cuerpo. Como si estuviera tanteando un objeto en un estante, como si comprobara mi "calidad".
Nunca en mi vida había sentido el terror y asco que estaba sintiendo en este preciso momento, la impotencia era inmensa, cada vez que intentaba moverme u escapar sentía como si algo me apretase con fuerza y me mantuviera en el mismo lugar.
Era como si estuviera envuelto en una lengua larga como de serpiente. Apretándome y fijándome en un solo lugar, no permitiéndome que me alejara por más de unos pocos metros antes de volver a atraparme. Claramente encontraba divertido mis intentos de huida.
Finalmente el sentimiento cesó, la luz regresó aunque en un extraño color púrpura con matices verdes, quise mirar una vez más hacia la luna y las demás cosas brillantes en el cielo, buscaba su consuelo, pero para mí mala suerte aquellas figuras ya no estaban allí.
Carne.
Sangre.
Órganos esparcidos por doquier, extremidades cercenadas esparcidas por los alrededores.
Era una completa carnicería.
Mi cuerpo tembló mientras la horrible vista era captada por mis ojos.
Un olor nauseabundo llenaba mi nariz.
Miles de ojos se abrieron alrededor, llenando cada espacio excepto el lugar sobre el que me encontraba de pie.
Cada uno me miraba como si se burlara de mí. Tal y como haría un humano al mirar un mono por primera vez.
La clase de mirada que le darías a un ser inferior y estúpido.
Como si dijeran "Anda, intenta tocarnos".
Sí, no, ni muerto.
Pensé mientras temblaba. ¿Que era esta espantosa vista?
¿Que era este horrible ser, y que era lo que deseaba?
¿Cuándo terminará esto?
Un rugido ensordecedor se escuchó, y pronto experimenté cómo se sentía ser aplastado por una mano gigantesca, como si solo fuera un mero insecto ante un humano.
........
Con un sobresalto me desperté. Miré con pánico a mi alrededor, y como era de esperarse finalmente estaba de regreso en mi habitación.
Traté de respirar lentamente para calmarme mientras ponía una mano sobre mi pecho, mi corazón latía enloquecido. Mis ojos lagrimeaban, el sudor frío había mojado por completo mi cuerpo.
La tarjeta seguía en el mismo lugar donde la había arrojado. Todavía sentía el mismo anhelo al verla.
Pero ahora sumado a ese sentimiento había un horror de igual magnitud. Mirando por la ventana pude ver el sol de un amanecer.
¿Acaso había estado en ese lugar toda la noche?
Volví mi mirada a la tarjeta pero sin tocarla, podía verla brillar. Luego de una luz cegadora pude cómo había cambiado de forma y diseño.
Se había vuelto una carta, más precisamente una que simbolizaba uno de los 22 Arcanos Mayores.
Las preguntas aumentaban, nada tenía sentido.
¿Qué se supone que debo hacer?
[Iniciando]
Una voz se escuchó en mi cabeza, frente a mi aparecieron unas brillantes letras de color azul.
— Mierda — No pude evitar maldecir mientras la información se seguía descargando en mi mente.
[Felicidades, eres el nuevo anfitrión del Arcano de la Luna]
Así llegué a mi conclusión más acertada en mucho tiempo… Verdaderamente, estaba jodido.
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Aquí vamos de nuevo.
¿Cómo están?
Esta es mi primera historia original (Realmente espero no haberla hecho mal).
Espero que les guste.
Ah sí, y cualquier parecido de algún personaje con alguna persona de la realidad o ficción no es más que una mera coincidencia.