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Chapter 4 - segunda simulación

Kun Lao se aburría como el infierno al encontrarse encerrado en el carruaje por mucho tiempo. Su tiempo de cultivación era de solo una hora, después de eso no tenía nada más que hacer por el resto del días. Así que se dedicó a conversar de todo un poco con el señor Ji, su Hao y Fang Zhu.

Sus conversaciones iban desde aventuras que habían tenido al viajar, hasta anécdotas graciosas. Kun Lao escucho con atención y también aportó con su opinión cada vez que pudo.

Todos se sorprendieron al descubrir los conocimientos y opiniones claramente maduras para un niño de 10 años.

Al escucharlos Kun Lao pudo descubrir un poco más sobre al mundo en el que ahora vivía. Al ser un niño, nadie se atrevía a mencionar temas muy serios y oscuros pero ciertas anécdotas ya le habían dado una idea de cómo funciona el mundo.

¡La ley de la jungla!

La fuerza era la ley.

Kun Lao suspiro no podía entender como este mundo era tan atrasado en ese sentido.

Esta clase de filosofía y modo de vivir podía resultar en una gran cantidad de conflictos grandes y pequeños.

Durante todo un mes Kun Lao se dedicó a conversar con los demás y también observarlos un poco cuando hacían entrenamiento físico.  A parte de eso también se dedicó a tratar de conectar con lo que pensó que era su segundo espíritu marcial.

Aunque su anterior experiencia al conectar con su espíritu marcial ayudo mucho, la conección era muy débil y casi inexistente. Por más que lo intentó sintió que era imposible realizar una conección.

Cuando los 30 días se cumplieron Kun Lao no lo dudo ni un segundo y comenzó su segunda simulación.

Cómo en la simulación anterior, Kun Lao no sintió que nada hubiera cambiado por lo cayó siguió su vida con normalidad.

El viaje siguió siendo aburrido pero después de hacerse amigo de todos y charlar con comodidad el tiempo paso cada vez más rápido.

En todo este tiempo no dejo de cultivar e intentar conectar con su supuesto segundo espíritu.

Contrariamente a lo que había supuesto Kun Lao solo le tomó un año ingresar al nivel 1. Gracias a su gran experiencia que había subestimado.

Al poder conectar tan rápido con su espíritu e ingresar en solo un año en el nivel 1, fue confundido por un pequeño genio por su familia al igual que su prima mayor Kun Yi.

Dos años y medio después Kun Lao pudo atravesar al segundo nivel de acumulación de energía.

Todo lo que había vivido en esta simulación era radicalmente diferente a la anterior. Sus padres estaban muy orgullosos de él y le prestaron la mejor atención con su padre enseñándole un poco a como pelear y su madre a cómo sobrevivir en la naturaleza.

Creían que con su talento era cuestión de tiempo antes de que los dejara y saliera de aventura por el mundo.

Sus padre incluso se endeudaron para comprar una rara fruta revitalizante. La fruta tenía una gran cantidad de energía en su interior lo que lo ayudaba ahorrar una gran cantidad de tiempo en el cultivo.

¡Todo eso fue un gran error!

La experiencia de Kun Lao había desaparecido ya que en su anterior simulación no había cultivado más allá del segundo nivel.

Su velocidad de cultivo se vio relentizado de tal forma, que fue solo después de 8 años y con la ayuda de la fruta revitalizante que Kun Lao pudo atravesar al tercer nivel.

Todas las esperanzas se convirtieron en decepción. Su familia perdió su carnicería y casa ante los usureros, al verse incapaces de pagar la deuda.

Tuvieron que irse a vivir con su tía que los recibió de no muy buena forma. Afortunadamente la casa estaba un poco vacía con la partida de Kun Yi a la rama del clan Kun.

Su padre tuvo que salir a cazar a las afueras de la muralla de la ciudad para poder traer algo de comer a la mesa. Su madre por su parte se dedicó a hacer los quehaceres en la casa de su tía.

Ninguno de los dos jamás le reclamaron nada ni lo culparon por lo sucedido. Aún así Kun Lao se sintió como una carga y una basura al poner a sus padres en esa situación.

Entendía que está era solo una simulación, pero el realismo era tal que muchas veces lo olvidaba. Y sus sentimientos de culpa no desaparecieron por eso.

Lo único que realmente podía consolarlo era el hecho de que había roto el récord de su anterior vida y había podido vivir medio años más que antes.

Aunque en esta ocasión no acepto el trabajo de mesero, no podía quitarse merito a si mismo al ser tan cauto y evitar cualquier conflicto.

¡O eso pensó!

Cuando su padre llegó de cazar y comieron un poco, los tres se fueron a dormir en el piso del cuarto que antes pertenecía a Kun Yi. No había otra habitación disponible en la casa y se vieron obligados a dormir en el estrecho cuarto.

Una pareja de más de 40 años y un chico de 22 años durmiendo juntos en el piso. Cada vez que era la hora de dormir y se encontraban en estás situaciones Kun Lao no podía dormir por la culpa que lo carcomía.

Sin poder hacer un ruido por miedo a despertar a sus padres, Kun Lao miró fijamente a la pared, perdido en sus pensamientos.

Sin pensar realmente nada pero a la vez sin poder dormir, Kun Lao se quedó mirando la pared por un tiempo indefinido hasta que en la lejanía un grito lo saco de sus pensamientos.

"Ahhhh"

El grito era lejano y casi no pudo oírlo, de no ser por el inquietante silencio. Algo de lo cual no se había percatado hasta ahora. Las noches nunca eran silenciosas en un pueblo como wutin.

El grito no era un grito normal, era uno de dolor.

Pero esto no alarmó a Kun Lao, no era la primera vez que escuchaba un grito de esos. En un mundo donde los fuertes eran la ley, este tipo de situaciones no eran infrecuentes. Aunque sabía que lo más probable era que una persona estuviera siendo asesinada.

Kun Lao se hizo el de oídos sordos. No era un héroe en su brillante armadura que salvaría a toda persona que se le atravesará. Podría ser que incluso la persona asesina sea una mala persona y el perpetrador un hombre que buscaba venganza.

Nunca era bueno meterse en los asuntos de otros. Atraves se los años había visto como muchas personas habían muertos por intentar ayudar o hacerse los héroes.

Pero su expresión no pudo evitar endurecerse cuando los gritos continuaron y cada vez se escuchaban más fuertemente.

Mirando atraves de la pequeña ventana de la habitación, un fuerte humo se veía en la lejanía.

"¡¡Mierda!!"