CAPITULO 5
En la iglesia Amalia no pudo concentrarse en el sermón del sacerdote, solo se limitaba a mirar de reojo a Camilo, notando que él no le quitaba los ojos de encima, a su lado Katia no lo dejaba de observar.
A la salida ella y Matilde salieron rápidamente tratando de evitar a la familia López Márquez, pero fue imposible, Camilo la alcanzó y tomándola del brazo le dijo:
-Te estaré esperando!
Amalia al voltear se dio cuenta que Katia la miraba y un escalofrío recorrió todo su cuerpo, sentía sentimientos encontrados: rabia o celos, solo quería que esa chica desapareciera de la vida de Camilo.
Al ver que los padres de Camilo se acercaban Amalia tomó a Matilde de la mano y salió camino a su casa
Mientras tanto Camilo se encontraba un poco nervioso, aunque tenía claro que no amaba a Katia, la chica era hermosa y cualquiera estaría contento estando con ella.
Ya en casa Amalia esperaba la tarde para acudir a la cita, las horas pasaban y ella desesperada porque su padre saliera como todos los domingos a tomarse unas cervezas con sus amigos y así poder escapar para ver a su amado Camilo.
Eran las cinco de la tarde cuando al fin su padre salió confiando en que sus hijas estaban en casa, pero Amalia no perdió oportunidad para salir a su encuentro
Llegando al rio pudo divisar la elegante figura de Camilo sus anchos hombros y su delgada cintura, la hacían emocionarse, cuando Camilo la vio llegar no pudo evitar la alegría, esta pequeña mujer lo hacia sentir lo que nunca pensó que sentiría por ninguna otra, se dio cuenta que por ella estaría dispuesto a desafiar a sus padres aún al viejo Roque que estaba seguro que sin dudarlo como se enterara del romance con su hija sería capaz de darle un tiro. A él no le importaba nada en ese momento solo quería estar con ella; se abrazaron en silencio, las palabras sobraban, y en vista que comenzaban a caer gotas de agua la tomo de la mano y le dijo tenemos que irnos.
Caminaron hasta llegar a una cabaña, entrando rápidamente para evitar el fuerte aguacero que en ese momento caía sobre la tierra, ya en la cabaña Camilo la tomó entre sus brazos quitando sus vestidos, el cuerpo de Amalia quedó expuesto, sus delicadas curvas excitaron aún más a Camilo, Sin más hizo lo que deseaba desde hace mucho.
Camilo la tomó con avidez, mientras masajeaba sus senos con una mano, estimulando su clítoris con la otra, Amalia cerró los ojos, estallando en placer que nunca había sentido,
-eres increíble… dijo Camilo, acariciándola y dejándola sin aliento,
Ambos fueron llegando a un abismo de placer y deseo, la mano de Amalia acaricio su miembro y él recorría todo su cuerpo con sus besos, su lengua la toco en su parte más sensible para luego penetrarla hasta conseguir disfrutar ese momento como si más nadie existiera en este mundo.
Amalia se abrazó a él exclamando:
-te amo, amor de mi vida
Mientras que Camilo solo la miraba en silencio,
Así pasaron las horas, la noche comenzó a caer y Amalia se aferraba a él con todas sus fuerzas
-tengo que volver a casa dijo Amalia
Se vistieron y juntos salieron tomados de la mano, para más adelante separarse porque cada quien debía volver con sus familias
Para el bien de Amalia su padre aún no llegaba y pudo entrar y dirigirse a su cama sin ningún problema, mientras tanto Camilo al llegar a casa se encontró con la noticia que su padre había ordenado que saliera en un viaje de negocios al día siguiente bien temprano.
Camilo no pudo despedirse de Amalia tomó el primer auto bus con rumbo a la ciudad, lo que él no sabia que ya la decisión del matrimonio con Katia estaba concretada.
Llegando a la empresa tomó el control de los asuntos encomendados por su padre, pasó el día entre oficinas para solucionar los problemas de exportación del banano
Caía la tarde cuando Camilo se dirigía a su apartamento para descansar después de una larga jornada de trabajo, ya en su habitación pensaba en Amalia no tenía forma de comunicarse con ella en su casa no había línea telefónica ni mucho menos un celular para explicarle el motivo de su viaje. Mientras Amalia había pasado el día haciendo sus deberes, sin poder salir sin saber de Camilo, la anoche anterior no pudo conciliar muy bien el sueño, a su mente y a su cuerpo venían nuevamente los recuerdos de esa tarde de pasión que había tenido por primera ves con Camilo.