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Colmillos Rojos

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Synopsis
¿Qué se siente descubrir que tú amigo de la infancia es un vampiro? Ésto es lo que experimenta Naya una chica de preparatoria que descubre que Finn su mejor amigo es un vampiro, todo esto mientras tiene que lidiar con su primer amor y su adolescencia.
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Chapter 1 - Bienvenida otra vez

Existen los vampiros?

Le pregunté a mi madre con incredulidad.

-Si, cuando eras más pequeña había un rumor.

Le di una pequeña risa como respuesta. Era tan irreal. Me acababa de decir que tuviera cuidado con ellos en mi primer día en el pueblo.

-¿Me estás diciendo que crees en esos cuentos? -se lo decía en tono de burla-.

-No son cuentos .... ellos existen.

-Claro y tú esperas que yo crea en esas cosas que te dijo la abuela.

-Ya es de tu criterio si me quieres creer o no.

Me quedé mirándola,sin saber que decirle. ¿Enserio me había dicho que los vampiros existían?. Extrañamente algo en su mirada me hizo creerle.

-Bien mamá,voy a tener cuidado -murmuré para dar por terminado ese tema -.

-Prometeme que vas a tener cuidado.

-Está bien, prometo tener cuidado.

-Bien, ¿por qué no vas a saludar a los demás?.

-Mamá tiene más de siete años que no los veo .

-No era pregunta.

Frunció el ceño

Salí de la casa para evitar que mi madre se enojara mucho más de lo que ya estaba. Fuí a recorrer el pueblo a visitar viejos lugares. El jardín de niños al cual fuí, mi vieja primaria . Me detuve en una vieja cafetería, me había parecido ver una cara familiar.

-Bienvenida a "Rayo de luna" el mejor lugar de café en el mundo.

Dijo con cierta molestia la barista

-Veo que no me reconoces - murmuré -. Supongo que es por todo el tiempo que pasó.

-¿Disculpa quien eres?.

Max era una chica olvidadisa, pero bastante corpulenta ya que ella desde que yo recuerdo le encantaba hacer ejercicio.

-Ehhh soy naya, ya sabes chica bajita, lentes desde jardín de niños.

-¡¿Naya?!—perecia que su intención era dejarme sorda—.

-¿Conoces otra naya?.

-¡Amiga volviste!.

-Si, tuvimos que regresar porque transfirieron a mamá aquí.

-Ya casi cerramos la cafetería, dame unos minutos y platicamos.

Fuí a sentarme a una mesa que estaba al fondo de la cafetería mientras ella limpiaba todo,llegó un último cliente.

-Oye max, ¿todavía tienes servicio?

-¿Te parece que tenemos servicio? — ironizó—

-Si, me puedes hacer un capuchino —decia de manera burlona —

- .... bien, ahora te lo hago.

Mientras max le preparaba el cafe al chico yo saque mi libro, pero sin darme cuenta el chico se sento enfrente mio con una mirada coqueta. Igual que como lo hacia Finn mi pequeño amigo de la infancia.

-¿Disculpa te molesto?.

-Tranquilo, no me molesas.

-Aqui esta tu cafe, asi que ya te puedes ir.

-¿Me dejas quedarme?.

-¿Tienes ese ¨problemita¨Finn?.

-Ehhhh no .... ¿entonces si?

-No. 

-Perdon si los interrumpo pero ¿eres Finn Hansen ?

-Ah,es verdad, Finn ella es naya.

-OH POR DIOS.

Finn se habia sorprenido tanto que yo hubiera vuelto,que dejo enfriar su cafe.La conversacion con los chicos se extendio por un par de horas.

-Bueno, ¿entonces volviste a tu vieja casa?.

-Ehhh si, mamá conservó las escrituras de ese viejo lugar,se pondrá feliz de verlos debes en cuando por ahí.

-Bueno, vamos para allá.

Finn dijo con una enorme sonrisa dibujada en su cara, por otro lado max le dió un pequeño golpe en su brazo.

-Dejala tranquila, seguramente tienes muchas cosas que desempacar ¿verdad?.

-La verdad ya terminamos con la mudanza.

-Bueno entonces… —fue interrumpido por una llamada — .

-¿Quién es? -preguntaría Max-

-Meh, no sé preocupen es mi madre, si me disculpan tengo que responder — saldría apresurado de la cafetería —

-¿Vas a estudiar aquí?. —dijo max con ilusión —

-Todavía no lo tengo decidido, lo más probable es que sea así.

-—Volvería a entrar Finn a la cafetería —

-Chicas las tengo que dejar —Dijo con una cara de preocupación mientras veía a Max—

-¿Todo está bien?.

-Si, solamente Dorian está teniendo otro "episodio".

Noté que había echo mucho énfasis en esa palabra. Prefería no entrometerme mucho.

-¿Quieres que te acompañe?. —dijo max con la misma preocupación—

-No te preocupes puedo hacerlo yo solo. —Me miró con un poco de felicidad— Naya lamento dejarte así, espero verte en el instituto.

-Yo también espero verte.

Finn saldría apresurado de la cafetería lo único que se escuchó fue el sonido de su auto.Un viejo pero muy hermoso Toyota SUPRA del 95. Max y yo salimos del cafe y empezamos a caminar.

-Oye max.

-¿Sucedió algo?.

-¿Quien es Dorian?.-Dije con incredulidad, olvidando el tiempo que no estuve en el pueblo -

-Es verdad,Finn ya dejó de ser el menor ahora tiene dos hermanos menores de diez y quince años.

- ¿¡QUEEEEÉ!? -Grite tan fuerte que en algún punto max se tapó los oídos -

-Si,sus papás ya tienen cinco hijos, impresionantemente pueden con todos.

—Los papás de Finn, no recordaba mucho de ellos, pero si tuviera que describirlos sería con Homero y Morticia Addams.

-Wow ellos si que no perdieron el tiempo —Dije en tono de burla —

-See aunque viéndolo de un lado romántico es algo…¿tierno? —No pude descifrar la razón de su "ternura". De un momento a otro Finn apareció detrás de nosotros.

-Es muy perturbador que estén hablando de mi familia.

-¡¡¡AAAAAAAAHHHHH!!!.

-Uy perdón,¿no me escucharon?.

Max le daría un golpe en su estómago.

-¡Idiota! No nos vuelvas a asustar así.

-¡Auch!.

-¿Qué haces aquí Finn?. —pregunté sorprendida—

-Dorian se tranquilizó mucho más rápido de lo que pensé.

-¿Dorian?.

-Naya, ya sabes quién es Dorian. — Diría con una sonrisita en su rostro—

Los tres pasamos por todo el pueblo, Finn nos acompañó a Naya y a mí hasta nuestras casas. Al día siguiente mi madre se iría temprano de casa para arreglar cosas de su trabajo.

-Bueno estoy sola … otra vez —Al instante llamaron a la puerta —

-¿Quien es?. — Pregunté mientras me acercaba—

-Somos nosotros naya, Max y Finn ,traemos el desayuno.

—Abrí un poco la puerta — ¿Son pastelillos de mora?

-Si, por favor abre que me estoy muriendo de frío —Dijo Max mientras que Finn parecía pez en el agua —

-Buenos días, traje chocolate que envío mi mamá. —Dijo finn con una enorme sonrisa —

Les abrí la puerta y los tres nos sentamos en la sala.

-Finn ¿no tienes frío?

-Umm para mí está muy bien el clima, lo siento max. —Dijo con su sonrisa de siempre —

-Tú,Naya ,tienes frío ¿verdad?.

-Estamos a 5°, ¿Cómo es posible que no tengas frío Finn? —Dije cubriendo el cuerpo de max y el mío con una manta.

-No lo sé, posiblemente los chicos lindos no sufrimos por el frío —Dijo en tono burlón —.

-jaja —Max soltó una riza en forma de sarcasmo —.

Finn soltaría una pequeña carcajada en forma de nostalgia.

-¿Sucedió algo? — Dije con curiosidad —

-Nada, solo recordé cuando era la niños y veníamos para ver los Thundercats.

Pasamos toda la mañana recordando los días en los que éramos niños y pasábamos todo el día jugando.

-Ya es tarde, tengo que ir a recoger a Lian.

-¿Vas a regresar? — Pregunté con mucha tristeza —

-No lo sé … ¿Quieren ir conmigo? .

-Si. —Max y yo dijimos al unísono—

-Ehhh bueno.

Los chicos esperaron que me pusiera un abrigo para salir de casa, subimos al auto de Finn,Max decidió ir en el asiento trasero así que yo fuí en el delantero.

-Bueno, pónganse los cinturones.

-Finn, no. —Dijo Max con mucho miedo—

-Finn, si. —Dijo mientras pisaba el acelerador—

Lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos por el miedo a que fuéramos a atropellar algo o alguien, sin darme cuenta llegamos a un campo de tiro con arco.

-Oye Naya, llegamos. —Dijo con tranquilidad—

Abrí los ojos y vi a Max hecha bolita en la parte trasera.

- Conduces muy rápido.

- ¿Rápido? Manejan como idiota. —Dijo Max con cierta indignación—

-Heyyy —dijo indignado— bueno, pueden esperar aquí si quieren,voy por mi hermana.

-¿Vienes Max? —Le dije mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad—

-Si, necesito caminar.

Al bajar del auto pude ver que una chica de un metro sesenta, delgada y muy pálida de piel venía junto a Finn, sin duda alguna esa era la hermana de Finn. La chica se detendría un momento, me señaló y le dijo algo en su oido.

-No lian, ella no es.

-¿No soy quién? — Pregunté algo ofendida—

- Tranquila, me preguntó si tú eras…— fue interrumpido—

-Le pregunté a mi hermano si tú eras su novia. —la seriedad en su cara me hizo sentir algo incomoda. Al instante su cara cambio y sonrió al ver a Max— ¡ Maxiiii !— correría a abrazarla —

- Perdón por mi hermana, no le gusta mucho las personas nuevas.

-No te preocupes entiendo porqué le molesta la gente nueva.

-Bien ya nos podemos ir.

-Subimos al auto , Lian y Max fueron en los asientos traseros y yo fuí de copiloto.-

-¿Chicas tienen tiempo?.

- Uhm, algo.

-Si.

- ¿Quieren ir a mi casa?. —dijo emocionado—

-Yo tengo tiempo, hoy es mi día libre — dijo Max con alegría—

-Pues mamá posiblemente se quede en la oficina por su nuevo trabajo.

-Bien es un si para las dos, mamá se va a poner feliz que vayan otra vez.

Finn prendió su auto y volvió a conducir con menos velocidad que antes, su casa era el típico lugar para una película de terror, quedaba en el lado sur del pueblo, recuerdo ir a su casa y jugar en el bosque.

-¿Ehhh Lian verdad? —Dije esperando una respuesta que no obtuve —

- Lian. —Le llamaría viendo el retrovisor—

-Tiene sus audífonos. —dijo Max—

- Lo siento Naya, Lian no es mala niña, solamente que todavía no te conoce bien.

-No te preocupes Finn.

Pasaron unos minutos y pude ver la vieja reja que te daba acceso a la casa.

-Llegamos, vamos a saludar a mi madre. — Decía con su sonrisa de siempre —

-Uff tenía mucho que no venía aquí. —Dije con nostalgia—

-Vamos, hace frío aquí afuera. — Decía Max mientras se frotaba sus manos—

Pasamos a la casa de Finn y era igual a como la recordaba, nada había cambiado, desde su piano hasta ese cuadro que tanto me daba miedo estaban ahí.

-¿Hijo eres tú? — Reconocía esa voz tan tranquilizante, era la mamá de Finn, Carmilla Hansen.

-Si mamá, mira a quien traje. —Dijo con mucha alegría a si madre —

Sin darme cuenta Carmilla ya me estaría abrazando al igual que hizo con Max.

- Naya, que bueno que volviste, te extrañamos mucho. —dijo sollozando—

-Yo también la extrañé señora.

-No me digas señora, dime Carmilla.

-Bueno…Carmilla.

- Así está mejor.

- Max hija,me alegro que también vinieras, síganme las dos. — Decía mientras nos tiraba del brazo a las dos, Finn solamente iba detrás de nosotros muy relajado.—

-Por el momento solo somos Finn, Lian y yo en la casa, mi esposo fue por mis otros dos hijos al pueblo vecino.

-No te preocupes Carmilla. — Diría Max con tranquilidad—

-Pero bueno, Naya, cuéntame qué hiciste en todo este tiempo.

Empecé a contarle desde el primer día en el que nos fuimos del pueblo, el cómo era la ciudad y como está en la escuela, la charla se alargó durante unas horas.

-Naya, ¿Qué vas a estudiar? — Preguntó Carmilla con mucha intriga —

-Bueno todavía no tengo nada en mente, pero entomología es una opción.

- ¿Entomología? — Dirían Max y Finn al unísono—

-Es la rama de la biología que se encarga de estudiar insectos. —Dijo Lian con mucha seriedad —

-Ehhh si, básicamente es eso.

- Interesante, si necesitas ayuda para algo puedes contar con la familia.

La verdad mamá y papá siempre estaban trabajando y cuando papá murió mamá tomó todas las responsabilidades, incluso cuando era niña mi lugar seguro era con la familia de Finn.

-Uhmm, creo que en la escuela hay algo así. —Dijo Max intentando recordar —

- Mañana puedes preguntar, no pierdes nada.

-Hablando de mañana, ¿tienen algo planeado para Halloween? —Dijo Carmilla con mucha intriga —

-Pues Serena no dijo nada en la última junta, intentaré decirle.

-Es verdad, Naya, ¿tienes disfraz? — Preguntó Max con emoción —

-Ehhh no.

-Mañana saliendo de la escuela tenemos que ir por uno.

-C-claro. — Había olvidado que a Max le encantaba Halloween, el único día en el cuál te puedes disfrazar y nadie te juzga —

-Bueno chicos, vamos a cenar,mi esposo se va a quedar en el pueblo vecino a arreglar unos asuntos con mis hijos, Max , Naya si gustan se pueden quedar aquí y mañana irse a la escuela. —Dijo Carmilla —

-Por mi está bien. —Dijo Max —

-Mamá no está en casa, por mi tampoco hay problema.

-Bien, Finn, te vas a dormir en el cuarto de invitados y ellas en tu habitación.

-Pero.

-Ni peros ni peras.

-Bueno.

Ayudamos a Carmilla a poner la mesa, unos minutos después de cenar Finn nos llevó a buscar algo de ropa a nuestras casas, volveríamos a su casa para poder dormir.

-Oye Max.

-¿Qué sucede? Naya cara de banana.

-¿Crees que me vaya bien en mi primer día de escuela?.

-Si, hay muchas personas conocidas en la escuela, además, no vas a estar sola. Nos tienes a Finn y a mí.

Esas palabras me tranquilizaron pues tenía razón, Naya y yo nos dormimos enseguida. Decidí dejar de sobre pensar un poco y dormir, de todos modos, apenas iba a comenzar la historia.