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Chapter 2 - un lugar en el camino capitulo I

UN Lugar En El Camino
Autor Sergio Álvarez Carrillo

Era un día de tantos de verano. Los montes de esta región así como los cerros que bordeavan está ciudad, se habían vestido un verde encantador. Las tormentas de los últimos días, habían sido más que abundantes, y se notaba por todos los lados. En la periferia de la ciudad se notaba en las grandes parcelas llenas de lo que seria una excelente cosecha.

Para aquellos días mi novia yo , iniciamos un viaje a un lugar llamado San Fernando, en el cua se llevaría acabo una fiesta a la cual fuimos invitados por la tía de mi novia.

Para llegar asta San Fernando tendríamos que viajar tres horas por carretera y una hora y media por terracería, pues no había forma de llegar más que está.

Rumbo aquel lugar, las pequeñas granjas o ranchos agrícolas, se veía lo mismo abundante cosecha, las espigas en los maizales eran como una corona sobre el rey de la abundancia que se vestía de un verde vivo, un verde lleno de esperanza.

El camino de pavimento había terminado.

un letrero viejo anunciaba con una flecha hacia la derecha. La carretera continuaba derecho pero era tiempo de abandonarla. Pues dicho anuncio o letrero decía San Fernando 45km , Corralillos 43km.

Nos adentramos en aquella polvorienta terracería , Martha reía viendo la gran estela de polvo que dejábamos al paso del vehículo. El día había estaba soleado, pero para estás horas el sol estaba ya llegando a su último alumbramiento para esta parte de el planeta y eso hacia que la estela de polvo que habíamos levantado minutos a tras hacia que esté lugar se viera más obscuro que minutos atrás.

Treinta minutos después de haber entrado a este camino polvoriento , un cúmulo de nubes muy negras se estaba formando frente a nosotros.

Dies minutos después aquéllas nubes estaban desatando todo su poder sabré nosotros, una tormenta como pocas , no nos dejaba ver más de dos o tres metros delante de nosotros.

Hubo unos instantes que mejor nos parábamos. lo único bueno que en la última estación de gasolina llene el tanque de el coche y eso me permitiría no apagarlo en aquella descomunal tormenta. Una pequeña lomita, nos permitió estacionarnos, pues frente a nosotros, pasaba una corriente bastante agresiva, no conocíamos el terreno y no sabíamos que tan profundo estaba.

la lluvia había disminuido pero aquel mega caudal no paraba, era como si en alguna parte una presa de esas que ahí en los montes se hubiera desbordado, y no era descabellado pensar esto ya que la lluvia, que había caído no era para menos, tuve que apagar el auto para ahorrar combustible.

Minutos después la corriente bajo , y solo una ligera brisa caía sobre aquella región. Encendí el auto y proseguimos la marcha, a pocos minutos aquella polvorienta terracería, que en estos momentos estaba anegada llegaba a su fin, pero otra brecha cruzaba de este a oeste... No había ni un pequeño letrero que nos indicará para dónde seguir.

Martha había visitado a su tía muncho tiempo atrás cuando aún era muy joven y no recordaba para que lado seguir, así que optamos por seguir a la derecha .

El camino que habíamos tomado era fangoso y cada ves más estrecha y eso era preocupante, pero en eso Martha exclamó.

- ¡Mira Daniel! ! Ahí se ve una luz!

Era verdad unos cien metros más y llegamos a dónde se veía la luz. Era un pequeño restaurante en medio de la nada, pero al parecer estaba en servicio, detuve la marcha de el vehículo frente aquella finca y dije.

- será mejor preguntar aquí que tan lejos está San Fernando... Y tal ves tengan algo caliente.

Ella asistió con la cabeza y bajamos del carro.

Cuando entramos aquel lugar, solo una mujer joven estaba detrás de una pequeña barra, sonrió y dijo.

- ¡Buenas noches! Bienvenidos.

- buenas noches contestamos a la par.

Caminamos hacia la pequeña barra, y dije .

- disculpe que tan lejos está San Fernando.

- creo que se equivocaron de camino contesto. - si dan vuelta por está brecha en una hora estarán ahí... Pero como está la carretera quizás tarden el doble.

- gracias - conteste y dije tiene algo caliente para este frío.

- solo café y chocolate. - yo quiero una taza de chocolate - dijo Martha.

- ami me sirve una de café.

Nos dijo que nos centramos en cualquier lugar, nos sentamos frente aún gran cristal desde donde podíamos mirar el auto.

Cuando terminamos nuestras bebidas, la lluvia había cesado por completo.. las nubes comenzaba a dispersarse, esto lo digo porque una luna llena comenzaba a sobresalir entre las nubes.

- quieren más cafe dijo la camarera.

- no gracias - dije

- ami si me sirve más chocolate - dijo Martha

La camarera sirvió y dejo un plato con galletas y dijo.

- cortesía de la casa .

Dimos gracias.

Unos minutos más tarde las nubes se habían disipado casi por completo la luna alumbraba allá afuera , me levanté para sacar la billetera, pero en ese momento paso algo que a Martha y a mi nos heló la sangre.

- !Ayuda!

Un grito aya afuera, perturbados miramos a dónde la camarera.

Ella estaba muy seria y apesadumbrada y su color de piel había cambiado, por decir así se le fue el color, pero solo pude decir.

- ¡ Que fue eso -

Ella muy seria solo dijo.

- no lo escuchen.

- ¿Quién es? ¿Que hace alguien a estas horas de la noche ? - dijo Martha mirando el reloj que estaba en la pared, en el cual las manecillas marcaban las 12:50 minutos.

- aquí estamos seguros -dijo la camarera le temen a la luz.

- ¿Quién es ? - ahora dije yo.

- son demonios, fantasma - dijo

y en eso otra ves un grito como de mil demonios, se dejó escuchar.

-Estamos aquí, ustedes apaguen la luz y largense.

La camarera ahora lloraba, y dijo.

- no los escuchen.

Por un momento nadie dijimos nada. Pero me preguntaba , ¿porque demonios?, ¿porque querían que ?apagaramos la luz. Aquí había un misterio que por más que le daba vueltas a mi cabeza no sabía que estaba pasando. Martha se abrazaba a mi brazo . Y al igual que yo tenía un signo de interrogación en sus ojos.

- Ey ustedes, largense de aquí - se volvió a escuchar una voz , pero ahora era de mujer.

Nos acercamos a la barra y con todo el miedo y valor pregunté otra ves .

-¿ que está pasando? ¿Porque no nos dices que pasa?

Levanto su rostro y dijo está

-bien siganme.

Entramos a un cuarto que estaba detrás de la barra, la puerta estaba abierta , entro ella y nosotros tras ella, y señaló hacia una pequeña mesita. En está solo estaba una urna de cenizas de muerto. El escalofrío nos recorrió de pies a cabeza al ver qué esa urna tenía una foto ya algo maltratada pero era la camarera.

-¡Esto es una broma verdad! .

Dije con un susurro, Pero ella ya no estaba en aquel pequeño cuarto.

La pequeña caja de cenizas mortuoria , tenía un nombre y fecha de fallecimiento. Bertha, decía que se llamaba Bertha, y que tenía cinco años de muerta.

Regresamos a el restaurante, no había nadie, sin saber que hacer nos quedamos parados en medio de aquel local.

Por el ventanal afuera vimos una persona parada mirando fijamente hacia adentro, efectivamente tenía manos y pies y un cuerpo de humano pero no la cabeza... La cabeza era una cabeza de un pájaro gigante como de cuervo.

-¡Ustedes los de ahí adentro !... ¡Es hora de que se vallan, los muertos son de los muertos, pero el alma de esa mujer nos pertenece.

Aquel pájaro hombre, se diola vuelta y se perdió en las sombras de unos mezquites Que estaban frente de aquel lugar, y en eso.

- tengo un año... un año que a sido interminable... Yo no mori por esta región yo mori lejos de aquí, pero... Un día alguien trajo mi urna y así nomás, un día con bastante sol, me vi a las afueras de este lugar, Cuando se hizo de noche me refugie aquí ... Me sorprendió al ver mi urna, en este lugar... Y desde entonces ellos quieren que valla con ellos.

- ¿Quienes son? ¿ Los conoces?.

- no, no los conozco... Solo se que son obscuros le temen a la luz... Pero quieren que valla con ellos... Que solo falto yo para completar un rito.

Era de verdad de no creer, lo que nos decía aquella mujer. Suspire para mis adentros y pregunté.

- según esa urna te llamas Bertha... Y si vivieras tuvieras treinta y ocho años. ¿Cómo entonces preparaste café y chocolate?...se supone que los fantasmas solo son eso.

- no se cómo explicarlo ...he aprendido a tocar las cosas...incluso hacer las cosas que hacia cuando tenía un cuerpo...Muchas veces e querido probar estás bebidas que disfrutaba hace años , pero todo cae al suelo... Y en la mañana cuando vienen los que trabajan en este lugar, miran los líquidos tirados, y no se cansan de decir esto está embrujado.

- ¡Puedes hacerlo , frente a nosotros. Dije

-si , si, claro creo creo que es razonable... Tienes todo el derecho al desengaño.

Bertha tomo entre sus manos una tasa, la lleno de café, lo tomo todo de un trago, y como si fuese truco de mago, el líquido se derramó por todo el piso. Al ver esto, mi novia y yo nos quedamos algo más que asombrados y dije.

-si esos, que están afuera son tan malos ... Porque no huyes durante el día.

- lo he intentado muchas veces sin éxito...pero cuando creo estar lo bastante lejos, mis cenizas como si fueran imanes me atraen hacia ellas... Quisiera tomar mi cenizas e irme lo más lejos de aquí... Pero mi urna no la puedo tocar.

- ¿ Porque te buscan a ti? ¿Que tienes de especial? - soy virgen... jamás hubo un hombre en mi.

- ¡ Pero! No eres la primera mujer que muere siendo virgen... ¡Porqué tu!.

- mi padre era brujo...se dedicó hacer trabajos obscuros, asía todo tipo de hechicera... Su poder era muy fuerte... Pero para conseguirlo me mantuvo a mí en total castidad, para que cuando yo muriera me desposara con un demonio y de esa forma hacer más fuerte su maldad.

- ¡ NO LA ESCUCHEN! -

Se escuchó otra ves alguien afuera

- ella es de mi amo, entiendan largense de aquí y no vuelvan nuca... Tu maldito muchacho toma a tu maldita mujer y largense.

Aquel engendro se notaba muy molesto.

Se sentía un miedo en el aire. Bertha nos miraba con ojos de súplica, Martha llevo sus manos a su cuello y se quitó una de las dos cadenas que colgaban en su pecho, una era la de la imagen de una virgen y otra un crucifijo, y fue está la que se quitó, y dijo mirando a la mujer fantasma.

- crees poder ponerte esto en el cuello sin que se te caiga.

- estos años e podido hacer tantas cosas que se supone que un muerto ...o fantasma no debería de hacer.

Martha extendió la mano , y ella también trato de ponerla pero parecía que no se quedaría en su sitio. Bertha se puso como en concentración y aquella medalla se quedaba en su cuello y cuando esto pasó , allá a fuera los demonios se enfurecieron gritando blasfemias. Otros aullaban cómo lobos hambrientos y un número más pequeño lanzaba fuertes graznido de cuervos.

Luego de unos minutos, se produjo un silenció, pero...ese silencio olía a angustia.

El reloj marcaba ya las tres de la madrugada, yo rompí el silencio, me levanté de la silla y dije.

- ¿Cuánto tiempo? Tardará está angustia.

Bertha inmóvil en medio de aquel lugar dijo.

- solo treinta y tres minutos mas.

- estás segura - dijo Martha -

si... ¡Pero hoy tengo muncho miedo!

- ¡ Hija!- dijo alguien afuera- hija ya no ay tiempo... Tienes que salir y enfrentar tu destino... El amo te está esperando para desposarte.

-¡No! ¡ No saldré! Yo no quiero ese destino... Quiero descansar en paz.

Por la ventana se veía el hombre con cabeza de cuervo, y mientras hablaba, decenas de sombras negras con ojos rojos se acercaban a el.

Las sombras se acercaban poco a poco. Me aproxime a la puerta y eche el cerrojo, aunque lo más seguro es que no sirviera de nada, pues tengo entendido que los fantasmas atraviesan paredes.

Las sombras se acercaron junto a las paredes y como con cadenas, comenzaron a golpear la pared. Y en eso una voz, cómo de mil truenos dijo.

- ya no podemos esperar, tengo que sacarla de ahí.

-¡Las cenizas ! Dijo Bertha - esa parte está obscura si se apoderan de mis cenizas estaré perdida.

Corrí hacia el cuarto donde estaba la pequeña urna , la levanté y trate de salir lo más rápido posible. La urna pesaba como si fuera un saco de cemento , por un momento, pensé que las iba a tirar. cuando la luz comenzó a iluminar la pequeña caja vi como unas manos negras se desprendían de ella, y entonces la caja no pesaba más de cinco kilogramos.

Bertha lloraba , al escuchar y sentir todo lo que estaba pasando a nuestro alrededor.

La pequeña fonda, parecía que sería derivada de un momento a otro. Si aquellos espectros lograrán derivar este lugar.

bastarían fracciones de segundo para que la suerte de está alma en pena, fuera la más miserable que una alma merece.

El reloj de la pared parecía que se hubiese detenido pues, los últimos minutos nos parecieron horas.

- hey tu , el que está con mi hija... Tuma a tu mujer y largense... Largense , dejen lo de la noche para la noche.

Bertha, para estos momentos estaba, llorando pero de sus ojos no salía una sola lágrima. Su piel estaba tan blanca... Que ...se confundía con la pared. El crucifijo, parecía que había sido tragado por su cuerpo. Para este momento solo faltaban tres minutos, tres minutos para que los demonios dejarán de atormentarnos. Martha tomo la medalla de el crucifijo de el suelo . Porque parecía que los de allá afuera estaban debilitado la fortaleza de está pobre alma. Luego que lo recojo se puso junto a ella. Dando gritos .

- ¡Bertha! ¡Bertha! No te rindas . Piensa en el cielo.

- ¡Cállate maldita perra! Gritaron de fuera.

Era el último minuto, y era desesperante ver cómo la casa estaba a punto de caer ante la arremetida de los obscuros. Las lámparas comenzaron a parpadear. parecía que en el último segundo Bertha sería atrapada por esta bola de demonios. Una pequeña lámpara callo al suelo , y las otras se resistían a apagarse, vi una mano que estaba a puto de agarrar a Bertha y de repente,un desgarrador grito de cuervos, lobos, y demonios

¡Nooooooo!

Todo dejo de moverse, las luces dejaron de parpadear, y allá a fuera se veían figuras negras, que se desvanecian, cómo borradas por el viento.

Las tres de la mañana con treinta y cuatro minutos marcaba el reloj. Bertha estaba tendida enel suelo y Martha de rodillas muy cerca de ella. Todo parecía haber terminado ya... Lo que no sabíamos, es que pasaría con el alma de Bertha, su silueta estaba tendida en el suelo, pero poco a poco se iba desvaneciendo, y así fue asta no quedar nada más que el suelo donde estuvo tirada.

Un pesar nos invadía, pues no sabíamos si esos engendros habían logrado su cometido, Martha y yo nos miramos con el mismo pesar, de no saber que paso, nos veíamos como si acabaramos de despertar de una horrible pesadilla.

Esperamos que aclarara un poco para salir de ahí, pues temiamos que esos demonios estuvieran asechando fuera.

Solo la urna con las cenizas era la prueba más contundente de que todo fue real.

- ¡ Porque no se toman un café antes de marchar!

Martha y yo volteamos violentamente a dónde la voz. Y ahí tras la barra estaba Bertha.

- ¡Bertha! - Dijo Martha - estás bien

- si gracias a ustedes, ahora creo que por un buen tiempo no volverán.

- ¿Que harás?- pregunté.

- ¿Esperar...? Que - que la luz de allá arriba venga por mi.

Me levanté de la silla, Martha imitó mi acto y dije.

- creo que nos llevaremos tus cenizas.

- ¿Que harás con ellas?- pregunto.

- en San Fernando, debe de haber donde depositar tus restos ... Y tal vez esto te permita llegar al cielo... O lo que sea donde van las personas buenas.

- gracias...y ojalá donde valla pueda encontrar la paz... Pues la verdad ya estoy cansada.

- vien nos vamos - dije.

- fue un placer conocerte dijo Martha.

Salimos de aquel lugar, y en una pequeña loma, estaba una pequeña iglesia y un fraile, barría el frente de ese lugar, llegamos y detuve el auto.el fraile dejo de barrer y nos miro sonriente, y dijo.

- buenos días hijos ... bienvenidos.

- buenos días padre .

interrumpió y dijo.

- soy fraile... De la orden de San Francisco... En qué puedo servirles.

Martha descendió del vehículo con la urna en ambas manos.. el fraile nos miro con cierto pesar. El se llamaba Vicente, hacia dijo el.

Le comenzamos a platicar sin omitir detalle, todo lo que habíamos vivido en aquel. Lugar de el camino, el estaba sorprendido y no daba crédito a todo lo que le contábamos, El nos dijo que tenía una o dos gavetas para este tipo de urna. Nos invitó que pasáramos a el altar, tomo agua bendita y esparció un poco sabré la pequeña caja y el pequeño orificio donde colocaría los restos de aquella pobre mujer.

Ahí estuvimos con el escuchando y acompañando el rito de una decente funeral. Eran tan emotivas las palabras de aquel fraile que a Martha y a mi se nos llenaron los ojos de agua , ella estuvo a punto de soltar el llanto.

Nos recargamos, en la parte posterior del auto, la tomé porla cintura, veíamos el lugar de dónde habíamos venido, y dirigimos nuestras miradas en dirección opuesta y a lo lejos se miraba la torre de una iglesia y una que otra casa y Martha dijo.

-ahi es San Fernando.

- pues no sé hable más vamos.

Echamos una mirada a la capilla, una mujer que ya conocíamos, caminaba lentamente hacia nosotros. Su rostro emanaba una felicidad pura, limpia, cuando estuvo junto a nosotros dijo.

-gracias, por traerme aquí... Creo que estaré bien...lo siento en todo mi ser.

- adiós amiga - dijo Martha - te puedo decir amiga verdad.

Soltó una carcajada y dijo claro que sí... Nunca tuve una.

voltio hacia mi y dijo

- espero y pronto te unas a esta amiga... Me hubiera gustado conocerlos... Cuando estaba viva...pero es bueno saber que , en este mundo tengo dos grandes amigos.

- creo que ya se cómo se llamará mi primer hija.

Los tres reímos y dije.

- creo que es tiempo de decir adiós... Pero si alguna ves, pudieras andar por este mundo no olvides, que eres parte de nosotros.

- y no les temen a los fantasmas.

Reímos y dije

- después de todo esto ya nada nos sorprende.

Otra vez reímos, en ese momento el sol de las dies de la mañana pareció brillas al triple y Bertha dijo.

- creo que es hora.

- andá ve dijo Martha.

Levanto la vista hacia el cielo, nos sonrió y se fue desvaneciendo poco a poco, el fraile salió de la capilla y dijo.

- ¿Que paso? Me pareció que el sol alumbró de más.

Pasaron los años, Martha y yo nos casamos, tuvimos un hijo barón que hoy tiene 4 años, y mañana bautizaremos a Bertha, nuestra segunda cría, en días pasados platicando de todo lo que pasó, en aquel lugar del camino, Martha aseguraba que en el parto de nuestra niña. Bertha estaba acariciando su frente. En este parto se puso algo mal , y por lo cuál le tuvieron que hacer cesaría.

yo mismo en varias ocasiones e tenido la sensación...oh el presentimiento de que está junto a mi. Tenemos un angel guardián.... Y no cualquier angel, y estoy seguro que nuestro ángel llamado Bertha, estará con nosotros hasta el final de nuestras vidas.
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UN LUGAR EN El CAMINO
parte l l
autor
Sergio Álvarez Carrillo

Después de más de diez años, de aquella historia,. Una historia que cambio por siempre y para siempre nuestras vidas y nuestro sentidos.
Para muchas personas hablar de cosas y casos, paranormales es perturbador. Y tal vez lo sea solo que después de todo lo que Martha y yo vivimos en aquel lugar del caminó, ya vemos lo anormal de manera más normal.

El recuerdo de aquel lugar de el camino, nunca se nos a borrado de la mente, y Muchas veces he pensado que las sombra, que en estos días eran persistentes, creí que era nuestro ángel guardián.

Una noche... Al quedarme dormido, me vi sentado en aquel restaurante, vi que Bertha pasó frente a mi por fuera del ventanal, me miro movió los labios y solo pude entender una par de, palabras. - acercarlos a la luz.

En el desayuno , le conté a Martha, lo del sueño.
Me dijo que ella también a tenido. muchos sueños en aquel lugar, pero que tenía sus dudas de que fuera el mismo restaurante...¿ porqué ? Tenía cosas muy diferentes y sobretodo, en sus sueños no había la polvorienta calle.

La vida siguió normal por algunos días, pues todo lo que aprendimos en aquel lugar del camion,fue como el entrenamiento para lo que estaba, por vení.

Nuestros hijos, también entendían o tenían el mismo don que nosotros ya que también a ellos, tenían el sentido, de la percepción por así decirlo.

Un día salimos de campo, a un pequeño valle cerca de Guadalajara, que es la ciudad donde vivimos, una explanada verde protegida por grandes cerros y en medio de esto un pequeño arrollo, que tenía la gran ventaja que sus aguas eran termales.
Eramos 40 personas, en total 14 familias todas amigas, todo estaba listo para que fuera una gran aventura familiar... Y todos estábamos dispuestos a poner lo mejor de si para que hacía fuera.

El día estaba muy soleado, y cada familia se coordinaba para el levantamiento de sus casas de campaña, mientras los más pequeños, sin perder tiempo, comenzaron a chapotear a las orillas de este arrollo, unos decían que el agua estaba, muy caliente y otros que estaba en su punto.

Después, todos los barones nos adentramos un poco en el bosque para buscar ramas secas para nuestra fogata.
Una sombra paso junto a mi en medio de todos, solo yo la pude ver,. La sombra se detuvo metros adelante, después paso que como un rayo subió a la sima de aquel cerró.

Regresamos, encendimos la fogata, todas las mujeres cabeza de familia se pusieron a preparar todo para la comida de ese día.
Cuando el sol estuvo a punto de caer, todos contra todos jugábamos una cáscara de fútbol, solo uno que otro seguían en el agua.

Cuando el sol dejo de alumbrar nos Reunimos al rededor de la fogata, unos quemando malvaviscos, otros tomando café y otro grupo tomando unos tragos de tequila. La obscuridad de está negra noche, fue iluminada por la luna que comenzaba a asomarse por la cima de los cerros que nos rodeaban.

Sucedió que después de que todos estábamos dormidos , un rumor de muchedumbre llegó asta nosotros, se escuchaban risas, gritos y lamentos. Abrí los ojos, Martha estaba ya despierta y dijo.

- ¿Que crees, que sea?
- no lo sé

Algo brillante, se paró en ese momento frente a nuestra tienda. Abri poco a poco, valla sorpresa nuestro ángel guardián estaba justo enfrente de nosotros, con la mirada nos dijo que nos levantamos , lo hicimos.

- es necesario que me acompañen - dijo

- ¡A dónde! Conteste

- quiero que vean algo -

Comenzó a caminar y nosotros tras ella, nos detuvimos en una ladera de un camino poco visible y dijo.

- quiero que vean un desfile de almas pérdidas. Yo ya no puedo hacer nada por ellas pero tal ves ustedes puedan...aunque la obscuridad sabe que ustedes dos están aquí... Después de lo que hicieron ustedes con migo ellos les tienen miedo.


- !miren! - dijo Bertha y señalo a un punto del bosque.

Fueron apareciendo de aquella parte cientos de hombres y mujeres, muchos llevaban antorchas y otros llevaban cadenas que arrastraban desde el cuello hasta el suelo , y eso no era todo ya que llevaban los ojos tapados y las manos amarradas a las rodillas.
Trás de todos estos, un par de hombres, llevaban una mujer arrastrando , llevabas unas cadenas atada a sus manos y el otro extremo era sujetado por los dos que jalaban.

Cuánto pasaron junto a nosotros, vi el sufrimiento de los encadenados, estaba pasmado de asombró, pero sin duda la mayor sorpresa fue cuando al final de aquel desfile , caminaba alguien que ya conocíamos. El hombre con cabeza de cuervo. Cuando paso junto a donde estábamos protegidos por las sombras para no ser descubiertos. Detuvo su marcha mirando a todos lados, por unos segundos se quedó mirando hacia donde estábamos y lanzo un grito o graznido de enfado, y prosiguió su camino.

El hombre con cara de cuervo, ya sabíamos que era el padre de Bertha, nuestro ángel guardián, según las creencias mexicanas estos seres, son naguales, que por las noches se transforman en el día son normales pero en la noche son mitad humano y mitad pájaro.

Seguimos aquella posición a distancia y pregunté a Bertha, que a dónde los llevaban.
Nos dijo que eran personas atrapadas por los obscuros, por su tipo de vida les han echo creer que merecen este castigo, solo los sueltan para algún trabajo de hechicería.
Luego dijo que eran, personas de todos los tiempos, que habían muerto de diferentes maneras pero todos violentas, pero que todos tenían, esperanza de ser salvados ya que fueron guerreros, que lucharon por causas nobles.

Llegaron a el otro extremo de este camino angosto.
El camino terminaba y en el final de el mismo asi como aparecieron en el otro extremo de la misma manera se desvanecieron.

- Bertha - pregunte - tu padre vive verdad.

- si - contestó - desgraciadamente si...tengan mucho cuidado con el... Es muy malo, tal ves, sabe que viven en esta región y tratara de quitarlos de el medio.

- ¿ Pero ...porque? - preguntó Martha.

- su amo ... Lo a condenado a guiar estos, grupos de almas... Pero eso no es el castigo el castigo es no dormir ni de día ni de noche...y si logra apaderarce de ustedes entonces le quitará el castigo... Y recuerden que tienen una hija y para colmo se llama igual que yo.
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capitulo I I I


Tres días después, de haber visto y platicado con Bertha en el bosque de la primavera.

Martha y yo, nos preguntábamos, porque Bertha seguía en nuestro plano, ya que estábamos seguros que, el día que el sol alumbró de más en aquel lugar de el camino se fue.

En eso estábamos cuando.

- recuerdo que dijeron, que si algún día anduviera por aquí los visitará.

Volteamos y Bertha estaba sentada en un banco de madera.junto a la ventana que da al jardín.

- hola -dije

- hola- contesto y prosiguió- se que se preguntan que estoy haciendo aquí.

-si. Dijo Martha -fallamos en algo, no pudiste entrar a la luz o que pasó.

- si entre a la luz, solo que así como ustedes me ayudaron sin medir consecuencias, hoy e sido elegida para ayudarlos a ustedes.

-¡ ayudarnos!.... Pero... De que e o que.
- de mi padre, cómo les dije en el bosque, si el consigue apoderarse de ustedes y destruirlos, entonces terminará su castigo...solo imagínense la cantidad de días sin dormir ni de día ni de noche.
El está cansado, y los a buscado y los encontró el día que entraron al bosque.
-¡Pero dijiste! , !que nos tenían miedo!
- y es verdad, pero es la única forma de que le levanten el castigo.
Una angustia, entro en todo mi ser, Marta también se veía igual que yo.
En eso entraron nuestros hijos.
El barón de 8 años y Bertha de 4 anos.
- papá ¿que pasa? Dijo Danielito, luego miro a Bertha y dijo.-¿eres un ángel?.
- no... No lo soy aún ...pero pronto lo seré.
-niños vamos dejen que papá y mamá platiquemos con la tía Bertha.

- si papa...nos vemos tía.
- son encantadores los dos - dijo Bertha.
Nuestra plática , se prolongó por más de dos horas, ella nos explicaba, que la obscuridad nos teme pero a pesar de eso su padre hará todo para apoderarse de nosotros.

Bertha  dijo que deberíamos de regresar a aquel lugar de el camino, que era la única forma de deshacernos de el.

- pero sabes lo que nos estás pidiendo. -dijo Marta.
- si lo sé - . Se que es difícil pensar en regresar aque lugar.
- tu has estado alla-. pregunté.
- no... Pero se, qué pudieron entrar, y hoy hacen sus sacrilegios ahí.
- !pero!... entonces como podremos entrar.dije.
- de día, a los niños los dejaran dormidos en la capilla ahí yo los cuidare.
- tu no irás con nosotros.- dije
- si ...pero solo asta la capilla ... Bueno me tengo que ir tengo otras encomiendas que hacer.
- está bien - dijimos- y se esfumó.

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Capitulo I V

Esa noche Marta y yo nos pusimos a leer todo lo relacionado con nahuales.
Estos seres son tan antiguos como la historia misma de este continente ya que se habla de estos seres en códices tanto Azteca, maya y en otras culturas prehispánicas.
Y todo lo relacionado con estos seres mitológicos, en esta ocasión para nosotros era real.
Lo que nos tenía con pendiente y olvidamos preguntar, el porque nos dijo, que para el colmo se llama igual que ella.

Tres días más tarde antes de acostarnos, Bertha se apareció y dijo.
- preparen todo...saldrán mañana por la mañana.
Me acerque a ella y pregunté.
-¿porque? el otro día dijiste que pa colmo nuestra hija se llamaba igual que tu.
- tuve miedo, que quisiera adueñarse de la niña.
- y lo puede hacer - pregunto Marta.
- por el momento no...la niña tiene una alma limpia y es imposible para mi padre acercarse a ella.
- está bien - dije- mañana saldremos.. aunque no tenemos ni idea de cómo enfrentar a tu padre... ¡Y a todo esto!.¿ Cómo se llama tu papá?.
- Domingo... Se llama Domingo flores.
- pues vien don Domingo. Mañana nos veremos- dije.
Bertha se fue, y dijo que nos encontraríamos en la capilla donde quedaron sus cenizas.
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Capitulo V

El sol comenzaba a alumbrar cuando ya estábamos en carretera, y me preguntaba porqué estábamos haciendo esto.
porque nos estábamos enfrentando a algo tan malo, se supone que si uno salva a un alma de su holocausto, el alma se va al cielo, y uno sigue con su vida normal.
Llegamos a la desviación y un letrero más moderno y mejor pintado decía San Fernando 45km Corralillos 43km. Y no solo el letrero era nuevo la carretera polvorienta no existía más ya que fue sustituida por una carretera pavimentada de dos carriles.
Y más adelante la brecha hacia el restaurante aún existía, el pavimento solo segia a san Fernando.

Cuando llegamos a la capilla Bertha ya nos estaba esperando.
Entramos, pregunté por el monje que habitaba aquí. Bertha dijo que estaría unos días ausente.

Marta, preparo una cama para que los niños durmieran.
El sol tardaría, dos horas en ocultarse y era momento de enfrentar nuestro destinó.

En el vehículo llevamos, agua bendita sirios bengalas,sal y otras cosas que tal vez nos fueran hacer utiles. 
Cuando llegamos a el restaurante. A simple vista se veía que tenía algún tiempo en abandonó.

Según lo que leímos en tantos libros, antes de venir aquí tendríamos que rodear la construcción con un borde de sal.
Antes de que el sol estuviera casi oculto ya estábamos rodeados por un anillo de sal.

Las diez de la noche marcaba el reloj de pulso... Marta acariciaba su cuello, dónde colgaba aquel crucifijo que una vez pusiera en el cuello de Bertha.

Solo nos alumbrabamos con un sirio, era rodeado por un aro de sal y un bombillo para que no se apagará.

En silencio escuchábamos el aullar de coyotes, y el canto de uno que otro Grilló.

No puedo decir que no tuviésemos miedo, pues en realidad si teníamos, pero por alguna causa razón o no se que, alguien nos puso en este lugar del camino.

Cuando pusimos el aro de sal afuera de la construcción, solo dejamos sin sal la entrada, esto para no levantar sospechas. preparamos una trampilla para que cuando estuviese don Domingo dentro de la misma, tirar un cordón desde nuestro escondite.

Al igual que un listón al rededor de el interior para que se prendieran los sirios previa mente bañados por agua bendita, no sabíamos si esto funcionaría pero, teníamos nula experencia en enfrentarnos a demonios.
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Capitulo VI

El reloj marcaba las doce de la media noche.
Una muchedumbre se acercaba lentamente, se escuchaban gritos, llanto y blasfemia.
La puerta se abrió y entraron los encadenados que vimos allá en el bosque, seguidos de obscuros que los azotaban, después la mujer que era arrastrada y por último don Domingo el cara de cuervo.

Jale, poco a poco el cordón y el círculo de sal se cerró.
Don Domingo lanzó un graznido y dijo.
- tengan muncho cuidado, alguien más está aquí, nos han encerrado.
Y creo saber quiénes son.

Con esto no contamos. Ni por un instante me supuse que el se diera cuenta de lo que estábamos haciendo.
Y por supuesto que por un instante sentí que estábamos perdidos.

En ese momento, solo dios nos podría dictar lo que segia.

Para ganar tiempo, prendí las mechas para que prendieran lo cirios. Nosotros estábamos detrás de lo que fuera la barra también rodeados por un círculo de sal y agua.
En lo que fue la barra posado sobre está, pusimos una cruz, active el botón y la pequeña lámpara de baterías, iluminó el crucifijo.

- ¿que quieren de nosotros?- dijo el nahual - ya me quitaron a Bertha y por culpa de ustedes estoy viviendo un día que comenzó asé diez años, desde ese día no se lo que es dormir, ustedes son los culpables que ni si quiera pueda morir... Es un tormento grande e inmenso que ya no puedo más, más sin embargo nada puedo hacer... Lo único que liberaría de este martirio es el sacrificio de ustedes... jajajaja jajajaja jajajaja, pero la suerte hoy me a sonreído ustedes están aquí.jajajaja.

- Domingo...el problema es fácil de arreglar... Libera esas almas y regresa a dios.
- porque me dices por mi nombre.
- Bertha regreso- dije
- eso no es posible... Nadie regresa de los muertos. Están mintiendo.
- hace días... usted nos vio en el bosque, lo estábamos esperando... Aunque siendo sinceros, no sabíamos que era usted.
- cómo es que ustedes supieron que pasaría por ahí.
- un ángel llamado Bertha, nos llevo asta ese lugar.
- mi hija... Es un ángel, jajajajajaja.
- de que se ríe - dijo Martha
- de los embustes que están diciendo.
- no son embustes, ella nos trajo aquí.
- dónde está ella ahora.
- en cualquier parte.
Los que castigaban a los encadenados, ya no lo hacían, estaban tumbados en el piso con la cabeza volteada al lado contrario al crucifijo. Los que eran asustados tenian una cara de asombro y alivio y la mujer que era arrastrada, estaba de rodillas mirando la cruz.

Don Domingo, miro asustado el escenario que tenía delante de él.
La mujer termino de orar y dijo.
- es cierto lo que dicen ustedes. Mi hija es un ángel.
Aquella revelación, fue como un dinamitazo.

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Capitulo VII

Nunca imaginé, que aquella mujer fuera la madre de Bertha, Marta y yo estábamos atónito ante aquella revelación.
- usted es la madre de Bertha - pregunto Marta.
- si - dijo y comenzó a llorar, y entre sollozos dijo. -solo estuvo con migo asta los tres años, y un mal día este hombre malo la separó de mi lado y nunca me dejó verla.
No se ni cómo era, este engendro un día dijo que Bertha se había quitado la vida...y si así fue, vien por ella.
- usted sabía lo que su esposo quería hacer con ella.- dije
-Este engendro no es mi esposo, abuso de mi y cuando pari a mi niña me mantuvo cautiva... Y el día de hoy me a sacado del encierro solo pora hacer una de sus porquerías con migo.

Marta se quitó, la cadena con el crucifijo,lo baño de agua bendita y lo lanzó a dónde la mujer y dijo.
- póngase lo en el cuello.
La mujer lo tomo y se lo abrochó.
Sucedió que uno de los encadenados, dijo.
- ayúdenos ya estamos cansados.
- no se como- dije -pero lo intentaremos.

Con la poca sal que nos quedaba hicimos un círculo lo suficiente grande, dónde cupiera.
Pusimos un cirio y una vengala en el centro y les dijimos que pasarán, dentro.

Cuando estuvieron todos dentro el que hablo antes dijo.

- y ahora que asemos.
- el cirio está encendido- dije- de un momento a otro  la bengala encenderá que dará tanta luz, y lo demás depende de ustedes.

El hombre con cabeza de cuervo comenzó a maldecir, pero tal pareciera que cada que cada blasfemia que lanzaba lo debilitaba, y callo de rodillas.
En eso la bengala encendido y produjo tal alumbramiento que  convirtió en día aquel lugar.

Cuando su resplandor se apagó, ninguno de los encadenados estaba ahí.

Mientras en el suelo arrodillado se encontraba don Domingo, ahora era una persona normal sin la cabeza de pájaro.

Miro a la mujer, que era la mamá de Bertha y dijo.

- quítate eso del cuello.
- no lo are- contesto
La mujer como pudo se puso en pie y camino hacia nosotros.
El nahual trato de impedirlo y como serpiente se arrastró así ella y la alcanzó a tomar del pie salí detrás de detrás de la barra, tome el crucifijo y dije.
-sueltala.
Mientras Marta comenzó a arrojar agua bendita sobre aquel engendro, al sentir las gotas en su cuerpo se retorcía cómo fiera herida.
Y así estuvo y como si fuese truco de mago lo cabeza por momentos era de humano y después de pájaro, dejo de moverse cuando el reloj marcaba los tres treinta y tres.

Los obscuros como chimpancés. Saltaban de un lado a otro, uno de ellos, tiro un cirio que callo junto a un pila de basura y aquello comenzó a encender.
Tomamos a Quella mujer y salimos lo más rápido posible.
Cuando estuvimos fuera aque lugar era ya una sola flama, se escuchaban gritos y maldiciones.. esto fue asta que la casa callo consumida por las llamas.

Los primeros rayos de el sol, alumbraban la pequeña iglesia , cuando llegamos. Bertha sonrió y dijo.
- por fin todo termino.
- eso párese... Cómo están los niños.- dije.
La mujer se sorprendió y dijo con quién Abla dijo.
- con su hija. Contesto Marta.
Bertha no se sorprendió, pues tal pareciera que ya la conocía.

Invitamos aquella mujer a pasar al recinto y mostramos la gaveta donde están las cenizas de Bertha.

Bertha se compadeció al ver llorar así madre frente aque lugar..

- si al menos pudiera ver una fotografía de mi hija.
Bertha dijo a Marta que le dijera que volteara y así lo hizo.
La mujer se quedó, inmóvil y sorprendida al mirar a Bertha y dijo.
-Heres mi hija
- si soy yo.
La madre lloraba de alegría y exclamó.
- mi niña ... Que hermosa eres..quiero darte un abrazo.
- algún día lo aras... Pero hoy no será...solo recuerda que el cielo si existe es verdadero.

Bertha nos miro y dijo.
- ya es hora, debo partir, ya no ahí nada que temer, cuando vallan al cielo allá los espero.
- claro que sí amiga- dijo Marta - y por tu madre no te preocupes ella vendrá con nosotros.

Bertha solo sonrió y como aquella vez el sol alumbró demás y se fue desvaneciendo.

Fin

      Una historia escrita
               por
     Sergio Álvarez Carrillo

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