Un joven de aspecto simple caminaba tranquilamente hacia su casa después de un largo día de clases, el nombre de este joven era Simon Stuart sus padres eran provenientes de Francia pero debido a algunas situaciones se tuvieron que mudar a Estados Unidos e iniciar una nueva vida.
El nació un poco después de que sus padres se mudarán por lo que nunca conoció Francia algo de lo que se arrepintió pues le hubiera gustado conocer su tierra de orígen, tenía planeado hacer una visita luego de terminar la universidad.
Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que cuando cruzaba la calle un camión venía a toda velocidad y no parecía tener intención de detenerse, las personas de los alrededores comenzaron a gritarle que se quitará del camino pero cuando reaccionó ya era demasiado tarde lo último qué vio fue una luz justo a su lado antes de sentir como todo su cuerpo era aplastado y como las sirenas de una ambulancia se escuchaban cada vez más cerca pero ya nada de eso le importaba pues su último pensamiento estuvo dirigido a sus padres."L-lo si-en-to m-mu-cho..." Con esas últimas palabras Simon Stuart se despedía de este mundo.
Simon despertó repentinamente en un lugar oscuro sin ningúna luz dónde quiera que mirase lo único que se podía ver era oscuridad y solo eso, al principio pensó que estaba soñando peor luego comenzó a darse cuenta de que no era un sueño los recuerdos de haber sido atropellado por un camión, sentir como cada hueso de su cuerpo se rompía se sentía demasiado real para ser solo un sueño pero extrañamente no entró en pánico ate las situación tan extraño en la que estaba o más bien no era que no quisiera sino que no podía algo en el lo hacía incapaz de sentir miedo, ahora mismo el único sentimiento que poseía era la soledad que transmitía este oscuro lugar.
"¿Esto es a lo que llaman el Limbo... O será el infierno?" Lanzó la pregunta a nadie en particular pues sabía bien que era el único en este lugar. Los segundos se convirtieron en horas, las horas se convirtieron en meses y los mese se convirtieron en milenios.
Simon no podía decir cuanto tiempo había estado en éste lugar pero si sabía que era mucho... Mucho tiempo, hacia ya algún tiempo que sus recuerdos se habían comenzado a desvanecer, era un milagro que aún recordara su nombre y algunas cosas más.
Mientras vagaba sin rumbo por el vacío no se percató de que una figura misteriosa lo había estado observando durante todo el tiempo. "Pobre alma... Debe de haber sufrido mucho en éste lugar... Tal vez debería compensarlo" la figura tenía algo de razón en lo que decía pues cada segundo que Simon paso aquí fue una tortura inimaginable para cualquier entidad, sentir como todos tus recuerdos se borran uno a uno, como olvidas a las personas que una vez lo fueron todo para ti, pasar la agonía de estar sólo durante quién sabe cuándo tiempo es algo que rompería a cualquiera pero Simon tenía un alma resistente más de lo normal.
Simon ya había perdido casi totalmente la esperanza de salir de éste lugar, nunca fue una persona de fe sin embargo había rezado cada día desde que llegó aquí para que si algún dios lo escuchara el estaría dispuesto a ahacer cualquier cosa por ponerle fin a esta agonía, a medida que el tiempo fue pasando nunca dejó de rezar pero sus esperanzas se hiban haciendo cada ves más pequeño.
Lo que nunca espero fue que sus plegarias fueran escuchadas, sin previo aviso una luz dorada ardiente que iluminó todo apareció ante él, quedó un poco embobado ante la presencia de la entidad, cuándo la luz se hizo más tenue finalmente se reveló era un ser con forma humanoide pero su cuerpo parecía estar totalmente de luz.
"Querido hijo... Me disculpo por todo lo que has pasado en este horrible lugar." Por todo el vacío resonó una extraña voz, parecía que hablaban miles de hombres y mujeres al mismo tiempo, peor resultó extrañamente tranquizadora a pesar de su extrañeza.
Simon con un poco de duda y nerviosismo decidió dirigirse a la entidad frente a él "¿Q-que e-eres?."
"Tengo muchos nombres pequeño.. pero supongo que el más conocido para ti es Dios..." Ante tales palabras Simon se quedó de piedra durante un buen rato, muchos pensamientos corrían por su mente ¿Sus plegarias funcionaron?, ¿Que hacía Dios aquí?, ¿Por que no había venido antes?, Todas estas preguntas saltaban como un alivion en su cabeza "Para poder contestar a todas tus preguntas primero debes calmarte un poco" sus palabras parecieron funcionar pues Simon su calmó un poco y decidió hacer las preguntas que tenía en mente de una en una.
"¿Primero, puedes decirme dónde estamos?
"Esto es el Limbo o para ser más exactos una dimensión donde las almas son enviadas al morir para ser purificadas y luego enviadas nuevamente a la rueda de la reencarnación."
"Es decir que... Estaré aquí hasta que todo lo relacionado con mi vida se haya borrado y pueda volver a reencarnar." Está revelación asustaba un poco a Simon pues se sentía renuente a abandonar los pocos recuerdos que le quedaban de su anterior vida.
"En una situación normal tu alma ya habría sido limpiada pero tú eres un caso especial bastante raro... El Limbo funciona de tal forma que borra el contenido de las almas sin causar ningún daño a está peor en ocasiones hay algunas que son demasiado resistentes y el Limbo decide borrarlas con el paso del tiempo en la mayoría de ocasiones esas almas permanecen aquí durante eones hasta que no soportan más y se quiebran convirtiéndose en Aberraciónes del Vacío y las que no quedan marcadas con cicatrices hasta el momento en que desaparecen..." Haciendo una breve pausa para ver la reacción del humano ante el pido ver cómo se agitaba pensando en el horrible destino que le aguardaba si hubiera estado un poco más aquí. "Pero tranquilo en tu caso no ocurrirá nada de eso, el echo de que estuvieras aquí es en parte mi responsabilidad pues ese accidente nunca debió ocurrir fue producido por un momento de descontrol de las leyes del mundo que causaron muchas víctimasz pero la única alma que no fue purificada fue la tuya así que como disculpa e planeado otra cosa para ti..." Llegando hasta aquí Dios hizo silencio durante un rato permitiendo que Simon procesara toda la información que le proporciono de golpe.
"Entonces... dime... ¿De qué trata tu propuesta?" Sinceramente Simon tenía algo de miedo pues como no tenerlo se encontraba hablan con el jodido Dios y se enteró de que pudo haberse convertido en una Aberración del Vacío lo que quiera que sea eso sonaba horrible.
"Planeo enviarte a otro mundo... Inicialmente pensé en reencarnarte en tu propio mundo pero eso traería grandes distorsiónes en las leyes del destino de todo el multiverso así que decidí que la opción más factible era enviarte a otro mundo diferente" por enésima vez en unos minutos Simon se quedó totalmente mudo ante las palabras del Dios, ser enviado a otro mundo era sin duda alguna el sueño de todo Otaku.
"¿Cómo sería este nuevo mundo?" Aunque la idea de un mundo totalmente nuevo asustaba un poco era ciertamente intrigante descubrir cosas nuevas.
"Si te contara como es arruinaría la sorpresa, ¿entonces dime estás de acuerdo con eso?"
"Si, estoy de acuerdo". Simon no lo pensó mucho había pasado tanto tiempo en este lugar que había olvidado gran parte de su vida anterior por lo que no es como si estuviera muy apegado a algo.
"Bien... Entonces te enviaré de inmediato"
Justo cuando pensó en preguntar nuevamente sobre el mundo al que sería enviado sintió como su conciencia se apagaba lentamente hasta quedar inconsciente. Dios miró fijamente el lugar dónde antes estaba el humano. "Espero que te valla bien, hijo mío"
En medio de una cordillera al este del continente un joven se encontraba recostado a un árbol, repentinamente abrió sus ojos mostrando unos intensos orbes azules que combinan con su cabello totalmente dorado, el chico miró confundido a su alrededor hasta que la lucidez regresó a él y pareció darse cuenta de su situacion.
Se levantó y comenzó a examinar los alrededores con gran interés quería ver si encontraba algo diferente a su mundo natal, pero lo único raro que encontró fue un cofre simple en medio de un claro, el chico fue hacía el y notó una carta en la parte superior del cofre.
Tomó la carta y leyó el nombre del destinatario y como supuso parecía estar destinada a él.
Simon
Espero que esté regalo que te dejé te sea de ayuda, además te daré una pequeña introducción del nuevo mundo, actualmente debes de haber caído en algún lugar del continente de Asteras uno de los varios que hay en el mundo, este está habitado por varias razas además de los humanos y el mayor peligro al que te enfrentas al menos por ahora es a los demonios errantes que están esparcidos por todo el continente en cuánto a lo demás tendrás que descubrirlo tú.
Dios
Psdt: Buena suerte niño.
Cuando Simon terminó de leer la carta está ardió en un fuego blanco hasta que no quedó ningún rastro. A pesar de descubrir la existencia de nuevas razas no se sintió tan sorprendido pues de cierta forma ya había imaginado este escenario, dejando a un lado sus pensamientos abrió el cofre que Dios le había dejado.
En su interior había un manual de la Tierra, una espada de acero similar a las espadas bastardas utilizadas durante la Edad Media metida en una funda de cuero marrón, además también había un arco largo y un carcaj que contenía 30 flechas por último había un conjunto de ropa simple de seda reforzada blanca.
Cuando vio la ropa se percató de que estaba desnudo cuándo apareció aquí así que la tomó rápidamente y se vistió no quería que alguien lo viera y pensaran que era un nudista o algo por el estilo, sería bastante vergonzoso.
Ya equipado Simon decidió que daría algunas vueltas por la cordillera tratando de encontrar alguna señal de civilización, durante unos minutos todo lo que sus ojos alcanzaban a ver era un mar de árboles infinito hasta eur llegaron a un claro en la ladera de una de las montañas dónde vió lo que parecían ruinas de una construcción.
A medida que se acercaba podía sentir voces provenientes del interior y a pesar de sus esfuerzos Simon no pudo comprender en que idioma estaban hablando asi que decidió acercarse un poco más para ver qué hacían las personas de dento. Cuando los tuvo en su campo de visión lo que encontró no fue algo que esperara pues lo que el pensó que eran dos personas hablando eran en realidad dos pequeños duendes verdes balbuceando algo incomprensible.
"Éstos deben ser los famosos Goblins... Son tan feos como se ven en la película" Simon comentó con un poco de dsagrado por las horribles criaturas. "Por su comportamiento deben estar protegiendo algo mh... Deberia echar un vistazo rápido"
Dando un rodeo por la parte de atrás de la estructura que analizadola bien era muy similar a los monasterios que poblaban Inglaterra eso lo hizo preguntarse si este era una iglesia del Dios que lo reencarno aquí y mas importante porque estaba abandonado.
Tardó solo unos minutos en rodear todo el monasterio y descubrir dos Goblins más que estaban ocultos en la entrada. "Bien son cuatro, dos en la entrada y dos más en el interior, no debería ser tan difícil" pensando en como debería eliminarlos decidió que lo mejor sería hacerlo de forma silenciosa ya que a pesar de que en el pasado había tomado clases de esgrima y tenía un nivel bastante decente no era lo mismo un combate amistoso que un combate a muerte con criaturas desconocidas.
Simon intento acercarse lo más posible a los dos de la entrada desde un ángulo que permitiera un buen tiro, se posición detrás de un árbol a unos 10 metros de los Goblins. Tomó el arco con una mano y con la otra tomó una flecha del carcaj colocándola contra la cuerda la tenso suavemente y tomando una respiración profunda... Soltó la flecha que salió disparada a gran velocidad hacia el Goblin de la derecha e impacto directamente en su cabeza y antes de que el otro puediera avisar del ataque Simon cargó otra flecha que penetró limpiamente el corazón del Goblin restante.
Asegurándose de que ambos estuvieran muertos Simon guardó el arco y desenvainó su espada, planeaba eliminar a los dos restantes en combate cercano, quería probar que tan bien se desempeñaba como una espada en mano.
Con pasos constantes se acercó a la entrada de la inglesia que estaba cerrada aunque mirando bien la puerta parecía que el mínimo movimiento podría derribarla.
En el interior los dos Goblins estaban teniendo una conversación inentendible pero por sus gestos podrían estar discutiendo sobre algo justo cuando estaban casi al borde de luchar entre ellos la puerta fue derribada levantando una espesa nube de polvo que cuando se aclaró reveló la imágen de Simon hay parado de forma imponete con su espada en mano listo para luchar.
Uno de los Goblins que fue el primero en recomponerse se abalanzó rápidamente sobre Simon tratando de cortarlo con su espada oxidada, Simon esquiva dando un paso hacía el lado dejando que el Goblin siga de largo y tropiece sin darle tiempo de contraatacar el otro Goblin también salto a la refriega y lanzó un ataque desde atrás que Simon bloqueo con su espada para luego hacer retroceder al Goblin de una patada y con un movimiento rápido cortar por la mitad al otro que venía desde un lado.
El Goblin restante miraba con odio a Simon con unos ojos tan rojos que la sangre comenzó a salir de ellos y sin poder controlarse se lanzó con locura hacia el con una fuerza que no debería de tener en ese pequeño cuerpo, Simon trató de bloquearlo pero debido a la fuerza detrás de cada golpe se vio obligado a retroceder golpe a golpe hasta estar acorralado contra la pared, sintiendo el peligro inminente se agachó por reflejo esquivando un corte del Goblin su debido a la fuerza que puso en ese golpe la espada quedó incrustada en la pared, cosa que Simon aprovechó para atravesar su corazón de una estocada el pequeño duende sin poder defenderse solo vio como la espada lo atravesaba hasta que perdió la consciencia y cayó al suelo inerte.
Simon agotado cayó de espalda al sueldo jadeando "¡¿Quién demonios le puso el modo infierno a ésto?!, Se supone que los Goblins son los enemigos más fáciles en cualquier RPG"
Simon sentía que sí volvía a confundir esto con un juego moriría siempre debe recordar que esta es su nueva vida... Su nueva realidad.
"Debería registrar este lugar tal vez haya algo útil" se dijo así mismo mientras se ponía de pie e inspeccionaba cuidadosamente cada rincón.
Está iglesia tenía un diseño que recordaba bastante a las que había en su mundo era una habitación amplía con dos filas de asientos a los lados de un estrecho caminó cubierto por una alfombra roja y al extremo de este un altar y justo detrás en la pared una figura de un crucifijo solo que en lugar de la cruz habitual está era un una espada en forma de cruz santa de color blanca con algunos patrones dorados que parecían palabras en algún idioma de este mundo pero debido al deterioro de la iglesia las inscripciones eran casi imposible de distinguir.
Otra cosa a destacar era la puerta que estaba justo detrás del altar, con cautela Simon la empujó lentamente listo para desenfundar su espada en cualquier momento, finalmente la cautela fue en vano pues del otro lado solo había una pequeña biblioteca.
Todos los libros estaban esparcidos por el suelo y algunos estantes habían sido derribados "Parece que alguien estaba desesperado por encontrar algo..." Supuso Simon ante la escena que tenía delante, la mayoría de libros eran imposibles de leer para el ya que no conocía el idioma o simplemente estaban tan deteriorados que las palabras eran imposibles de distinguir.
A la izquierda de la biblioteca había un pasillo que daba a una pequeña habitación con una cama una pequeña mesita y un armario bastante sencillo "Está debe ser la habitación del sacerdote... ¿Me pregunto que le habrá pasado?" Absorto en sus propios pensamientos no se percató de que se estaba haciendo de noche.
"Oh... ¿Ya está callendo la noche?... Mh, pasaré la noche aquí y mañana veré qué hago." Simon dejó el arco y las flechas en la pequeña mesita y la espada apoyada en la pared justo a su lado, los eventos del día lo habían dejado un poco perturbado y no estaba dispuesto a alejarse de su espada.
Finalmente se quitó la camisa que llevaba y se recostó en la cama, no paso mucho hasta que se quedara totalmente dormido.