Shin apenas podía creer lo que veía al verse en el espejo… Si bien antes no tenía un cuerpo que lo hacía parecer un débil, ya que era un promedio en lo físico, ahora… Tenía un cuerpo de infarto que atraería a cualquier mujer. Estaba muy marcado, el abdomen se echaba de ver, sus brazos tenían más masa muscular y se veía más fornido…
En opinión de Shin, sus músculos de ahora no son ni tan grandes ni tan pequeños, eran como un equilibrio perfecto que representaba agilidad, velocidad y fuerza en perfecta armonía… Además que notaba que se veía un poco más alto que antes, quizás unos 5 centímetros más que antes, apenas notable.
Su cabello incluso parecía más brillante, sus dientes seguían igual y cualquier indicio de acné se había esfumado de su piel, al igual que las marcas de heridas que se hizo de niño. Se tocó con sus manos todas las partes de su cabeza, notando incluso que el lunar en su cuello-trasero ya no estaba.
-¿C-Como es posible…?*Shin movería su mano por su abdomen para comprobar que esto era de verdad, y vaya que sí lo era*¿Cómo me volví tan…tan…? ¿Sexy…fornido?
En eso, al pelinegro le llegaría el recuerdo del accidente de ayer. Ese camión era de Akatsuki, y hay debieron de transportar muchos químicos y otras cosas. Tal vez…
-Ught. Sería exagerado creerme algo tan fantasioso…*Shin miraría de nuevo fijamente su cuerpo*. Si se trataba de algún suero que lleva las capacidades físicas de una persona al máximo conocido, no importa. Sería ridículo que ellos hayan logrado crear algo que pudiera darles a las personas capacidades físicas sobrehumanas, y en caso de ser así, posiblemente mi caso sea un prototipo que solo demuestra que eso si es posible y que aún deben mejorar, ya que incluso toda mi piel está limpia de cualquier imperfección que naturalmente tenia…*Dijo en sus pensamientos.
Al final, el joven decidió no darle tanta importancia al asunto. Eso sí, tendrá que ocultar su nuevo cuerpo por unos días para que a su familia no les pareciera extraño y no tuviera que revelar su infortunio en aquel accidente.
-Sniff sniff…*Shin se olería las axilas*. No apesto a nada, pero igual necesito bañarme…*Normalmente se ducha dos veces al día, en la mañana al levantarse y antes del anochecer.
El joven pelinegro se da la vuelta y toma una toalla, un bóxer y una franelilla. Mejor se ducha lo más rápido posible, porque tiene hambre…
Shin salió de su cuarto y cuando estaba por ingresar al baño frente a su habitación…
-¿Shin?*Este vería como Mana lo veía incrédula de que este despierto a esta hora. Además que ella aun vestía su ropa de dormir.
-Hey…*Saludo Shin tranquilamente*. Lamento si ayer los preocupe, solo me trasnoche, no volverá a pasar. Ah, y usare el baño primero, te gane…*Se burló un poco de haberse levantado antes, para después entrar al baño. Suerte que se tapó como pudo con la toalla y sus prendas.
Por su lado… Mana suspiro aliviada de ver que su hermano estaba bien. Ella y su madre se preocuparon cuando no fue a almorzar, y se alteraron tras ir a verlo y sentirlo algo caliente, aunque no de un modo en que pareciera que tuviera fiebre. Ya en la noche estaba fresco como nunca, pero igual ella y sus padres se preocuparon cuando Shin no despertó ni para cenar… Pero al final, lo atribuyeron a que se trasnocho la noche anterior.
-Oh bueno…*Mana se daría la vuelta*. Mejor pongo a calentar su comida de ayer, tal vez tenga mucha hambre.
Mientras, en el baño…
Shin estaría frente al espejo del lavamanos. Este agarraría su cepillo de dientes y la crema dental, pero cuando iba a proceder a cepillarse… termino tirando demasiada crema dental en el espejo tras apretar como siempre el envase de la crema.
Okey, eso sí fue raro… Tal vez si obtuvo la fuerza de un adulto bien entrenado y tiene que aprender a controlarla… Porque de ninguna manera se creerá eso de capacidades físicas sobrehumanas, eso es ficción.
Shin agarraría algo de la crema en el espejo con su cepillo, para después dejarlo a un lado en el lavado. Después agarraría papel de baño y limpiaría el espejo de aquella crema dental, para después tirar lo usado en la papelera del baño.
Con eso, Shin agarraría su cepillo y cuando iba a abrir una de las dos llaves del lavamanos, termino sacando la llave de su lugar, causando que empezara a salir agua de donde antes estuvo aquella llave… Shin intentaría salir del baño para llamar a su madre, pero termino sacando el picaporte de la puerta…
-¿Es en serio?*Shin no podía creer que esto esté pasando. Pero este recordaría algo y con sutileza lograría cerrar la tubería del lavado con la llave que tenía esta.
Vale, con el problema del agua resuelto, Shin miraría sus manos, con el picaporte en la derecha. Tal vez…
No… El joven negaría con la cabeza… No piensa creerse esa clase de tontería, esto no es ficción, es la realidad… Tal vez algunos objetos ya hayan llegado a su fecha de caducidad. Suena absurdo, pero así logra aferrarse a que no le estaba pasando nada fuera de lo normal.
En fin… El pelinegro como pudo lograría poner el picaporte de nuevo en su lugar, para después lograr abrir la puerta con más delicadeza en sus manos… Vale, deberá acostumbrarse a no usar más fuerza que antes hasta que domine su nueva condición.
Que suerte incluso de que hay dos baños en su casa, por lo que Mana debe de estar usando ese, y más suerte de que ambos tengan dos cepillos de dientes; uno en cada baño, en caso deban asearse con urgencia al mismo tiempo.
Pero en fin, ya arreglara la llave rota del lavado cuando regrese. Y si su madre se da cuenta, tal vez llame a alguien para arreglarla.
Ya sin más drama, Shin se desvestiría y entraría en la bañera con regadera…
Minutos después…
Shin saldría del baño con la franelilla y el bóxer puestos, y la toalla colgando de su hombro. Este entraría en su habitación y sacaría su uniforme, donde solo se pondría los pantalones, medias y zapatos… ya que tenía hambre y puede ponerse el resto al irse… Aun así, agradecía que el cambio en su cuerpo no hiciera que su ropa le quedara apretada.
Pero justo antes de que saliera de su habitación, Shin lograría escuchar varias cornetas y sonidos de coches afuera… Este se taparía los oídos por el ruido algo estresante, pero al mismo tiempo podía escuchar algunas voces de gente hablando y el canto de algunas aves…
-Oh por favor… Esto no puede estar pasando…*Shin aún se negaba a creer que esto sea lo que su lado infantil cree que es… ¡Esto es la realidad, no ficción!
Shin saldría de su habitación rumbo a la cocina con su bolso y su camisa y saco colgando en su hombro. Este los dejaría en el mueble, y… Olería lo que preparaba su madre con tal intensidad que… sabía qué hacía y lo que uso…
-Hmm… Arroz frito, frijoles, curry, salsa y…*Shin abriría los ojos casi en shock al ver que logro saber específicamente que cocinaba su madre y lo que uso con solo olerlo ¿¡Que le pasa a su sentido del olfato!? Mejor no le da importancia, ni muerto se creerá tal tontería.
Shin iría a la mesa del comedor, en donde había dos platos con una nota con su nombre… Su comida de ayer… Este se sentaría y empezaría a comer como si no hubiera un mañana, sentía como si fuera la primera vez que comía en mucho tiempo…
-Shin, dime ¿Estas bien?*Pregunto su madre, Maya, desde la cocina, haciendo la comida para el receso.
-Si madre, descuida. Lamento haberlos preocupado…*Shin se tragaría el arroz del tazón, sin olvidar masticar, para después proceder con el curry… Tenía tanta hambre que ya no comía en orden, ahora comía casi todo separado.
Maya casi no creía lo que veía ¿Qué le pasaba?
Mana llegaría al poco tiempo, ya con su uniforme puesto y sus cosas, tampoco creyendo la manera en que come su hermano… Madre e hija se mirarían y ambas entendieron que ninguna sabía que le pasaba, pero tal vez Shin si tenía mucha hambre por no haber almorzado ni cenado, teniendo que comer el doble en el desayuno.
-Ught…*Shin terminaría de comer y contendría como pudo un eructo*. Necesito más…*Sin importarle lo que digan ambas, se levantaría e iría al refrigerador, donde tras buscar, sacaría una cazuela*. Oooh. Albondigón…*Le quitaría la bolsa plástica que lo mantenía, para así empezar a comer. No le importaba que estuviera algo frió*. Oh mama ¿Nunca te he dicho lo delicioso que es tu albondigón? Ya que papa y Mana dicen que tu albondigón es horrible, incluso yo lo creía en su momento, pero solo porque lo hacías una vez a la semana, siendo casi repetitivo. Pero ahora es mejor que nada…*Este seguiría comiendo al lado del abierto refrigerador.
Maya pasaría a ver a su hija por lo que dijo su hijo. Mana alzaría las manos en rendición mientras internamente maldecía a su hermano por decir aquello…
-¿Por qué no me dijeron que no les gustaba mi albondigón? Me lo hubieran dicho hace 10 años ¿Cuántos albondigones les he preparado?*Internamente, a Maya le dolía que infravaloren algo que cocino con mucho amor. Ahora entiende porque siempre lo dejaban a medias y guardaban el resto en el refrigerador ¿Cómo no lo vio?
Mana bajaría la cabeza desanimada por haberle mentido a su madre, solo no quería herir sus sentimientos, ya que sabe que la cocina es su vida desde niña.
-Gum…*Shin terminaría de comerse todo el albondigón que había en el refrigerador*. Uuuuh. Qué bien, ya estoy satisfecho. Que mejor momento para haber ahorrado tanto, y ya hay más espacio de nuevo en el refrigerador…*Cerraría el refrigerador, para así salir de la cocina a la sala*. Aún estamos a tiempo, pero termina pronto nuestros bentos Hahaue.
Tras decir eso, iría de nuevo al baño, se cepillara de nuevo ya que aún tienen tiempo.
Maya y Mana seguían incrédulas por lo que paso, pero al final lo atribuyeron a que en serio tenía hambre… y aun con dudas, la mujer le sirvió su bento a su hijo.
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En el Instituto Shinkumi…
El par de hermanos Akumatsu habrían llegado a la institución. Caminarían por el campus hasta separarse como siempre…
Shin iría al edificio de la institución, y…
-¡Oi, Shin!*Albert, que estaba recargado en la pared, saludo a su amigo al verlo*. Llegaste más temprano de lo usual, aunque esta vez te gane.
-Ja. Disfrútalo mientras puedas…*Dijo Shin con una media sonrisa.
Ambos harían su saludo de amigos y procederían a dar una vuelta en los pasillos del edificio institutico…
-Por cierto ¿Qué te paso?*La pregunta de Albert lo confundió*. Ahora que te miro bien, te vez un poco más alto que antes y…*Albert le apretaría uno de sus brazos, sorprendiéndose*. Con más músculos.
-Jeje ¿Apenas te das cuenta?*Shin decidiría poner a prueba la excusa que preparo para estos casos*. Desde hace un tiempo he estado haciendo más ejercicio, pero lo oculto para no destacar. Ya que si bien no odio los deportes, no son lo mío, o más bien, mi pasión.
-Oh, entiendo…*Albert acepto sin problemas lo que dijo*. Aunque sería entretenido si humillaras a Lupus-sempai en su propio juego, para que vea que siempre habrá otros mejores que uno, pero que esos mejores no son presumidos egocéntricos.
-Wow, para tu tren viejo…*Shin sonreiría de medio lado*. Aun con el entrenamiento físico que he estado haciendo, no creo poder ganarle en una pelea o en el Fútbol, aunque podría darle un buen reto.
-Bueno, esa seria tu oportunidad de demostrar que eres más que un cerebrito y que el esfuerzo hace todo posible… Solo si quieres…*Dijo Albert.
-Lo tendré en cuenta…*Dijo Shin.
-¿Vamos al Cafetín por unas malteadas? Yo invito…*Propuso Albert.
-Por esta vez aceptare tu oferta…*Normalmente Shin a veces no sabía si aceptar o no cuando su amigo ofrecía ir a un lado o comprar algo y que él pagara, ya que no quiere parecer que se aprovecha de él, aunque Albert sabe que él nunca haría eso.
En fin… Ambos caminarían un rato y llegarían al Cafetín del instituto…
Ambos se formarían en la pequeña fila que había, y cuando llego su turno pidieron sus malteadas que estarían listas en un minuto.
En eso, Shin sentiría que le tocaron varias veces el hombro con un dedo, indicando que le llamaban la atención. Este se voltearía, y…
-¿Te importa? También queremos comprar…*Dijo una chica castaña de ojos verdes de manera engreída mirándolo con claro desprecio. Y a su lado estaba una rubia de ojos rojos.
-Oh vaya, pero si son Lissa-san y Aile-san ¿Cómo va su día?*Hablo Shin con claro sarcasmo y gracia.
-Hyuu ¿Ya viste Aile? Un nerd hablándonos ¿Y quién te crees con el derecho de llamarnos por nuestros nombres? ¿Acaso no conoces tu lugar Akumatsu?*Pregunto con claro disgusto la castaña, Lissa.
-Pues claro que lo conozco…*Shin sonreiría confiadamente*. Soy de 3ero B como ustedes y mi lugar es el cuarto de la fila del medio, al lado de mi amigo Albert, de la fila al lado izquierdo. Esos son nuestros lugares.
Lo dicho por el pelinegro causo que Albert se riera, al igual que varios de los que hacían fila mientras que Lissa gruñía por el hecho de que él la hizo quedar como tonta. Si había otra cosa que hacia popular a Shin a su manera, es su claro sarcasmo para callar a la gente y hasta a veces hacer que los de alrededor malpiensen lo que dijeron sus agresores… Esa es otra razón del porque el cuarteto de bullyings lo odiaban y trataban de hacerle la vida imposible… Aunque…
-Ufufufu…*Aile incluso se reiría un poco tapándose la boca.
-¡Aile!*La recrimino Lissa por reírse.
-P-Perdón… pero admito que si tuvo gracia…*Dijo Aile intentando parar de reír.
-Ggrrr…*Lissa gruñiría enojada por esta humillación, y antes de que pudiera decir algo más…
-Listo, vámonos Shin…*Albert tendría las malteadas de ambos y le daría la suya a su amigo*. Mejor muévanse ustedes dos chicas, no hagan esperar al resto. Las clases comenzaran pronto.
Dicho eso, el par de amigos se irían triunfantes, con algunos de los otros alumnos alzándoles el pulgar en reconocimiento por haber dejado a Lissa con la palabra en la boca… Mientras que la castaña solo estaba cada vez más molesta por todo esto. Ese miserable, ya vera…
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Ya en la hora del receso…
Shin y Albert estarían terminando de comer tras incluso haber hablado de cosas triviales, hasta que…
-¿Hmmm?
Ambos verían como muchos estudiantes se estaban agrupando en un mismo lugar y parecían estar animando algo… Ambos se mirarían fijamente, para después guardar sus cosas y dirigirse a ver qué pasaba, aunque ya se daban una idea de que pasaba…
Al llegar, lograrían abrirse paso entre varios estudiantes con algunas quejas, hasta que verían algo que solo los hizo suspirar y negar con la cabeza por lo ridículo de esto… Eugene, el mejor deportista del instituto, cargando de cabeza a un chico menor de unos 15 años que lucía como todo un nerd mientras embarraba su rostro en un plato con comida en una de las mesas de afuera.
Ambos amigos incluso notarían como personas como Mana, Jean, Akemi, Kira, Stacy y Sasha también estaban en el lugar, pero se veían en total desacuerdo con lo que pasaba. De seguro trataron de detener a Eugene y no pudieron, hicieran lo que hicieran.
Eugene notaria al par de amigos, y…
-Oye Akumatsu, vamos. Toma una foto de esto…
-Que foto ni que mierda. Bájalo de una buena vez, Lupy-chan…*Dijo Shin seriamente cruzándose de brazos.
Aquello que dijo causo que todos guardaran silencio y que algunos dijeran ''Uuuuuuuuh'' al unísono. Ya que todos sabían que ese es el apodo de broma que Shin le decía a Eugene cada vez que iba a detenerlo de bullear a otros.
Eugene soltaría al nerd y caminaría lentamente hacia el pelinegro…
-Vaya Akumatsu, sí que tienes agallas para seguir diciéndome así a pesar de lo que te pasara…*Hablaría de manera engreída*. Incluso me entere de lo mal paradas que dejaste a mi novia y a Lissa.
-La verdad me importa una mierda. En serio, a veces siento que yo soy la niñera de ustedes ¿Tengo que enseñarles los modales que sus papis no?*Muchos se reirían ante lo dicho por Shin, a pesar de saber lo que le deparaba. Mientras que Eugene y sus amigos se molestaron en serio por la burla, aunque Aile no tanto.
-Tú te lo buscaste…*Eugene caminaría rápido hacia él, listo para darle un fuerte golpe en la cara.
Pero por alguna razón… Shin vería todo en cámara lenta, y cuando vio el puño de Eugene bien cerca, lo esquivo… y a la vista de todos, Shin lo esquivo como si nada, asombrando a algunos por su rápido movimiento, apenas lo vieron moverse.
Eugene volvería a lanzar varios golpes de manera sincronizada, demostrando que sabía cómo lanzarlos. Pero todos sus golpes serian esquivados como si nada por Shin, quien veía todo en cámara lenta… Cosa que lo ponía cada vez más intrigado, no le importaba esquivar los golpes, pero se preguntaba cómo podía predecirlos como si nada.
-Kira, haz algo…*Dijo Jean con nervios a su amigo de la infancia.
En eso, Jun iba a taclear a Shin por detrás. Albert quiso evitarlo, pero fue tarde… pero en lugar de recibir el golpe por atrás, Shin daría un salto con voltereta hacia atrás a una altura admirable y cayendo en la típica pose de Superhéroe.
-Wow…*Incluso Shin estaba sorprendido por lo que hizo. Simplemente escucho unos pasos atrás suyo al igual que un aroma conocido, y simplemente reacciono. Y por un momento sintió una vibración en su cabeza, fue tan leve y por un segundo que no está seguro si de verdad la sintió.
-Es todo tuyo…*Dijo Jun, siendo empujado por su amigo por meterse.
Eugene volvería a intentar golpear a Shin, pero no podía, este último lo esquivaba sin esfuerzo alguno. Así que ya cansado de lo mismo…
-Muy bien…*Shin bloquearía y desviaría un par de golpe de su bullying, para después agarrarlo fuertemente de la muñeca derecha*. Ya basta con esta mierda…
Decidiendo probar lo que su lado infantil le decía, Shin le daría un golpe con su palma abierta a Eugene en el pecho, haciéndolo salir disparado fuertemente y que cayera a los pies de una chica con lentes que por el susto dejaría caer su comida, en la cara de Eugene, quien trataba de recuperarse de la desorientación.
Todos los alumnos se quedaron impactados por como todo esto paso, donde algunos pasaron a ver al pelinegro con miedo y otros con admiración.
-Oye Akumatsu, estas demente…*Dijo JUn un poco asustado, pero sin hacerlo notar.
-Onii-sama…*Dijo Mana en voz baja, aun no pudiendo creer lo que vio.
-Viejo, eso fue asombroso ¿Dónde aprendiste eso?*Pregunto Albert fascinado.
Pero Shin no le respondería. Este se quedaría viendo a Eugene y lo que le hizo, y… Por primera vez, el temor recorrió su cuerpo mientras se miraba sus manos ¿Por qué siente que de haber decidido darle un golpe con su puño, hubiera dejado mal herido a Eugene? Es más, detuvo a Eugene de la muñeca sin que este pudiera liberarse sin importar que hiciera.
La presión y el horror serian demasiado que, al final, Shin saldría corriendo del lugar, pero entonces…
-¡Quieto ahí!*Souna y Suka se le pondrían enfrente, queriendo evitar que huya.
Pero Shin por inercia terminaría dando un salto tan alto que logro pasar a las dos miembros del Consejo Estudiantil para el asombro de estas y el resto…
Con eso, Shin seguiría corriendo hasta que iría a la salida del campus a la calle, la cual paso con un salto y se iría corriendo por la calle.
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En las calles, ya a varias manzanas del instituto Shinkumi…
Tras correr tanto, Shin se metería en un callejón mientras trataba de poner sus pensamientos en orden… Pero otra cosa que notaria, es que…
-¿C-Corrí decenas de kilómetros…y no estoy cansado ni sudado?*Shin se tocaría la cara, viendo que en efecto, no sudaba ni nada por haber corrido, hasta las piernas las sentía normales*. Oh por favor no…
Shin empezaría a negar con la cabeza mientras se la sujetaba y se recostaba de espalda en la pared cercana. Esto no podía estar pasando, debe ser un sueño… Debe serlo… estas cosas no pasan en la vida real… E incluso si fuera así ¿Por qué a él?
Sin embargo, su lado optimista le seguía diciendo que crea que esto es de verdad. Por lo que…
-Ju…*Shin suspiraría, recordaría lo que hizo en la escuela, y… Tras asegurarse de que no había nadie cerca, flexionaría un poco las piernas, y… Saltaría.
Shin se empezó a elevar varios metros en el aire. Este no podía creerlo, y… Al ver la cima del edificio enfrente suyo, se agarraría del borde con sus manos y terminaría de subir gracias a la gran fuerza y resistencia en sus brazos…
Shin no creería lo que hizo, y… Miraría por donde subió…
-Este edificio tiene 10 pisos… ¿¡Y subí 40 metros de un salto!?*El joven respiraría un poco agitado por todo esto, y…
Este vería un tubo de hierro en un costado de donde estaba. Por lo que tras recordar lo que paso en la mañana en su baño, Shin iría al tubo de hierro, lo sujetaría con una mano y después lo apretaría con esta… El resultado, el tubo de hierro termino estrujado como si hubiera sido una lata o cartón.
Shin se sorprendió ante eso, y… haría más fuerza, sacando al tubo de su lugar… Después lo agarraría con sus dos manos y lo seguiría estrujando, enrollándolo como un pañuelo que después se rompió en dos…
-Vale… vale…*Shin dejaría caer el objeto estrujado y se sobaría la sien*. Ju. Por ahora asumiré que esto es de verdad hasta ver si mañana sigo igual.
Tras decir eso, otra idea vendría a la mente de Shin, por lo que sin más, este empezaría a correr por aquel tejado, y al llegar a la orilla saltaría una gran altura hacia el otro edificio…
-Jejeje. Creo que puedo disfrutar un poco de esto.
Dicho eso, el pelinegro seguiría saltando de edificio en edificio, asegurándose de que nadie lo viera, mientras se dirigía a un lugar donde podría probar aún más sus habilidades sin que nadie lo note.
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Tras un buen rato…
Shin habría llegado a una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad. Descubrió este lugar hace unos años y también porque oyó del mismo, además que no es el único lugar abandonado de la ciudad.
-Muy bien…*Shin entraría a la fábrica abandonada y vería de todo por doquier.
Motores oxidados, muchas cadenas enganchadas al techo y motos y autos deshechos, al igual que algunos camiones deshechos.
-Okey, empezare por…*Shin ubicaría un coche casi entero e iría hacia este. Se pondría atrás del mismo y con ambas manos lograría alzarlo sin esforzarse.
Sorprendido, lo sostendría con una mano y apenas se esforzaba… Después alzaría aún más el coche desde la parte trasera, para después tratar de acomodarse y así… Lograría alzar el coche entero sobre sí mismo con sus brazos en alto, sin parecer temblar por cansancio… Cosa que lo hizo quedarse en shock…
-E-Esto pesa 2 toneladas… pero para mí es como alzar una caja vacía…*Decidiendo arriesgarse un poco, Shin bajaría una mano y aun así seguiría sosteniendo el coche sobre sí mismo con la mano izquierda*. Incluso con una mano…
Shin en verdad pensaba que si esto era un sueño, vaya que era muy bueno…
En fin… Este bajaría el coche y sonreiría entre emocionado y nervioso. Una parte de su mente en verdad desea que esto sea un sueño y la otra no… ¡Vaya mezcla de emociones que nunca ha sentido en su vida!
Tras eso, Shin vería el resto de la fábrica y decidiría hacer unas cuantas maniobras… Después este subiría por unos postes alineados bien altos y haría algunas muestras de equilibrio, tanto parados en los tubos y colgando, para después balancearse estupendamente por el lugar con las cadenas que colgaban del techo.
Shin aterrizaría épicamente en una zona alta mientras estaba emocionado por la adrenalina de todo esto ¡Hizo cosas que solo harían los que saben parkour, aunque tal vez él fue más atrevido y más lejos que cualquiera!
-¡Wuuuuuuuuuuuuuh!*Su grito de emoción haría eco por todo el lugar. En caso de que sea un sueño, lo disfrutara hasta lo último.
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Tras varias horas, se verían indicios del atardecer en el cielo…
Shin habría decidido regresar a su casa tras haberse pasado el resto de la mañana y la tarde entrenando sus habilidades en aquella fabrica para saber sus límites y que así estas no estropeen su vida cotidiana.
Por primera vez en su vida, Shin hizo ejercicio como nunca antes en la clase de Educación Física… Hizo 100 flexiones... 100 abdominales… 100 sentadillas… 100 planchas… Incluso logro hacer 100 flexiones con el coche anterior sobre su espalda y sin que se caiga, e hizo lo mismo con sus piernas…
Shin incluso habría hecho como si levantara pesas con los camiones grandes, y después apilo otro encima del que levantaba… y así sucesivamente hasta poder levantar 5 camiones apilados uno sobre otro… ¡Y apenas cansarse! ¡Lo que cargo fueron 25 toneladas!
El solo ver todo lo que podía levantar con cosas apiladas en buen equilibrio lo asombro y asusto al mismo tiempo, ya que eso significaba que hasta podría romper paredes de un golpe… y así fue cuando probo a golpear un muro ¡Lo atravesó y su mano ni se puso entumecida!
Después hizo pruebas con su súper salto, donde tras varios cálculos, llego a la conclusión de que podía llegar a 100 metros de altura tras flexionar bien las piernas al saltar… Además que no podía saltar a esa altura corriendo, ya que, al parecer, estrictamente debe quedarse quieto en un lugar para flexionar bien y saltar 100 metros… Tal vez con más entrenamiento en las piernas esto mejore…
También probó la dureza de su cabeza. Sonara a locura, pero sentía que todo valía… y hasta un cabezazo suyo rompía la pared y apenas sentía una desorientación que solo duraba un segundo.
Después puso a prueba sus sentidos mejorados. Podía ver a varios kilómetros de distancia como un águila, al igual que escuchar claramente lo que dicen otros desde lejos, podía incluso oler lo que quisiera a varios kilómetros de distancia si se concentraba muy bien y hasta identificarlo.
Nada mal para el primer día con estas habilidades, donde su parte renuente seguía pensando que esto era un sueño y que no haría daño disfrutarlo.
En fin… Shin saltaría de edificio en edificio camino a su casa, ya que se le paso la hora y acababa de revisar un montón de llamadas perdidas en su celular de su familia, su amigo y Sheng… Sabe que no se salvara del regaño que recibirá al llegar, pero igual puede afrontarlo.
En eso, oiría el sonido característico de sirenas de Policía… Shin se detendría en un edificio y vería por el borde como una patrulla policial perseguía un coche conducido por unos hombres con máscaras negras que llevaban pistolas y bolsas con, tal vez, dinero o joyas que robaron de algún lado… Algo que ahora es normal en Tokyo…
-Hmmm ¿Debería…?*A Shin lo tentaba la idea de probar sus habilidades con este caso, pero…*. Nah. Si esto es un sueño, supongo que esta es otra forma de disfrutarlo. Además, siempre quise darles lo que se merecen a esa clase de imbéciles.
Con todo decidido, Shin en estos momentos agradecía estar llevando consigo su suéter con capucha, la cual se puso y se ajustó, seguido de un cubre-bocas que llevaba solo para ocasiones en que había exceso de humo y cosas similares, ya que Japón es conocido por ser uno de los países que más depende de la energía nuclear de las plantas nucleares, por lo que a veces el aire no estaba fresco.
Ya con su disfraz improvisado puesto, Shin saltaría hacia la carretera y aterrizaría como un superhéroe, para asombro de los civiles que lo vieron y de los coches que pasaban que lo rodearon mientras hacían sornas sus cornetas…
-¡Oye, sal del camino!
Sin importarles lo que digan, Shin empezaría a correr a gran velocidad por la carretera, para el asombro de muchos, ya que podía correr a la misma velocidad que los vehículos en movimiento, incluso los conductores se sorprendieron al verse rebasados por el joven enmascarado.
Shin lograría alcanzar a la patrulla policial y tras ponerse a un costado de estos, ellos lo notaron y él los saludo con la mano. Para después incrementar su velocidad hacia el vehículo criminal, donde daría un salto al estar lo suficientemente cerca, cayendo en el techo del mismo…
-¿¡Pero que mierda…!?*Dijo uno de los criminales dentro del vehículo.
Rápidamente, Shin se impulsaría hasta el frente del vehículo, quedando sobre el capo y a la vista de los 4 criminales que lo veían desde el parabrisas, no creyendo lo que veían.
-¡Aquí termina su viaje amigos!*Alzando su puño, Shin golpearía y atravesaría el capo del vehículo, para después arrancar de adentro lo primero que agarro; una pieza del motor. Después agarro los lados del agujero que hizo en el capo y arrancaría al mismo del vehículo, para después arrancar algunas piezas del motor.
Con eso, el vehículo se iría deteniendo poco a poco… Shin sonreiría ante eso, para después dar un gran salto con voltereta hacia atrás y caer de pie en la carretera. Después, al ver que el vehículo se acercaba a él, alzo su pie derecho despreocupadamente en el ángulo correcto.
Con eso, el vehículo terminaría chocando con el pie de Shin, dañándose e inclinándose hacia el frente como si hubiera chocado contra una pared o un poste… Aquello dejo impresionados y shockeados a los civiles de alrededores. Algunos grabaron lo ocurrido y otros se pellizcaron la mejilla para saber si no alucinaban.
-Jeje ¿Qué les pareció eso bros?*Pregunto Shin burlón y cruzado de brazos.
-¡Miserable!*Los cuatro criminales saldrían del vehículo con sus armas en mano*¡Pagaras por eso!
¡Bang!*Uno de los sujetos disparo.
Shin, gracias a su visión mejorada, vería como lentamente, pero igual algo rápida, se acercaba la bala a su persona… Por lo que probando suerte, rápidamente alzo el brazo izquierdo en defensa en el ángulo correcto…
La bala le impactaría en el antebrazo, solamente rasgando la tela de su suéter. Si bien Shin sintió la bala golpear su piel, lo sintió como si le hubieran tirado una piedrita que si sintió.
-¿P-Pero que…?*Los cuatro criminales no podían creer que él haya hecho eso.
-Creo que ahora es mi turno...
Tras decir eso, Shin se movería a gran velocidad y daría unos golpes y patadas con acrobacia incluida a los criminales, desarmándolos de sus pistolas. Para después golpear a uno de ellos con la suficiente fuerza en el abdomen, haciéndolo caer y retorcerse en el suelo… A otro le haría un barrido con las piernas, haciéndolo caer al suelo, para después darle una patada en la cara… a otro lo terminaría golpeando con sus palmas abiertas en los laterales de su cabeza con tal fuerza que hizo que este se tapara los oídos por el dolor, para después darle una patada en el abdomen que lo hizo caer al suelo…
-¡M-Maldito…!*El último de ellos intentaría darle con un cuchillo…
Pero Shin esquivaría sus tajos sin problemas, para después agarrarlo de la muñeca donde tenía aquel cuchillo…
-Tú te lo buscaste…*Shin haría fuerza y sin piedad le terminaría dislocando la muñeca al imbécil, que soltaría el cuchillo por el dolor.
-¡Aaaaaaaahhh…!*El hombre se agarraría con dolor su muñeca dislocada.
-¿Sabes?*Ahora si disfrutando esto, Shin agarraría al sujeto de nuevo de su muñeca rota*. Hay 27 huesos en la mano humana ¿No lo sabias? Déjame demostrártelo… Estas son las falanges… Los metacarpos… yyyyy… el meñique que se fue al mercado…*Le dijo rompiéndole cada uno de esos huesos de la mano.
-¡AAAAAAAAAAAAaaaaaaaahhhhh!*El hombre gritaría tan fuerte que mucha gente lo oiría y muchos veían tan horrible escena de tortura*¿Q-Q…Quien…demonios…eres…?
-¿Yo?*Shin sonreiría de un modo aterrador*. Soy solo alguien que está harto de la corrupción y las injusticias del mundo. Pero en fin…
Decidiendo ya no más dialogar, Shin alzaría su puño y golpearía fuertemente al sujeto en la cara, partiéndole la nariz y que le salga sangre. Después le daría varios golpes más hasta que este cayó al suelo, para después pisarle fuertemente su brazo izquierdo, fracturándoselo sin piedad, haciendo que apenas el sujeto pueda gritar y recuperara la consciencia.
Después, Shin se voltearía a ver a los otros tres criminales que parecieron recuperarse de lo anterior. Estos ahora lo veían con miedo, cosa que lo hizo sonreír de la satisfacción bajo el cubre-bocas…
-Ooooh, voy a disfrutar esto.
Dicho eso, Shin a gran velocidad golpearía a los tres sujetos con la suficiente fuerza en sus caras que los hizo caer casi inconscientes al suelo… Para así empezar a romperles las muñecas, brazos y piernas… Poco le importaba sus gritos de dolor y sus suplicas de que pararan, esto era un sueño según su parte renuente a creer que esto es la realidad, por lo que no tiene reparos en hacerlos sufrir y rogar…
Todo eso mientras mucha gente miraba horrorizada tal tortura, algunos hasta lo grababan…
Ya cuando termino la tortura, Shin vería a sus víctimas retorciéndose en el suelo estando semi-inconscientes y con sangre saliendo de sus caras… Aún están vivos, ya que podía escuchar incluso el latido de sus corazones gracias a su audición mejorada… Como en 4 meses estarán bien…
-¡Quieto!
A esa voz, el pelinegro vería como la patrulla policial de antes estaba en el lugar y dos policías le apuntaban con sus armas.
-¡Manos arriba, de rodillas en el suelo y manos sobre la cabeza! ¡Ahora!*Exigió uno de los oficiales con autoridad y superioridad.
Shin alzo una ceja irritado ante ello. Por alguna razón presentía que ese Policía era un corrupto, lo sentía por su aroma y por algo más que no puede explicar. Mientras que la mujer policial a su lado no parecía emanar la misma sensación de corrupción que su compañero. Muy bien…
-¡Ustedes se lo buscaron!*Exclamo Shin.
A gran velocidad, el joven iría contra los Policías, estos le dispararían, pero Shin esquivaría las balas con gracia y sin esfuerzo. Ya al estar al frente de estos, agarraría a ambos con fuerza desde el cuello, haciendo que ambos forcejearan y que les faltara el aire.
Shin usaría la fuerza indicada en su mano izquierda y apretaría donde debía, logrando hacer que la mujer quedara inconsciente por falta de aire, para después dejarla a un lado.
-Y ahora…*Shin miraría fijamente al que presentía que es un Policía corrupto*. Vas a sufrir por vender la seguridad de la ciudadanía por dinero…*Shin tiraría al sujeto al suelo, para después…*¿¡Te crees con el derecho de incumplir tu deber!?*Le pisaría con fuerza y sin piedad el brazo derecho.
-¡Aaaaaaaaahhhh…!*El Policía gritaría del dolor por la fractura.
-¡Me dan asco imbéciles como tú que solo hacen esto por dinero y no porque de verdad quieran ayudar a la gente!*Shin lo volvería a pisar con fuerza, esta vez en la rodilla derecha.
Pero el grito del hombre seria callado por un golpe en su cara de parte de Shin, quien empezaría a golpearlo sin piedad en la cara hasta desfigurársela, seguido de fracturarle el otro brazo y la otra pierna.
Mientras que los espectadores vieron con horror como dejo a aquel Policía, y algunos alcanzaron a escuchar lo que dijo ¿Ese hombre era un Policía corrupto? De ser así ¿Cómo lo sabe este individuo desconocido?
Shin vería su trabajo hecho, y cuando iba a retirarse dándose la vuelta…
-T-Tu… maldito…*La mujer Policía habría recuperado la consciencia, se intentaría levantar, pero…
-Tsk…*Shin chasquearía la lengua al ver que defendía a ese infeliz*¡Quédate en tu lugar!*Este le daría una fuerte patada en su abdomen que le quitaría a ella el aire por un momento y que se retuerza en el suelo.
Con todo hecho, Shin flexionaría las piernas y daría un gran salto hacia uno de los edificios cercanos, ante la incrédula mirada de muchos, para después irse saltando de edificio en edificio hasta su casa, incluso perdiéndose en las sombras para que no lo vieran.
Lo que él no sabía, es lo que sus acciones habrían causado…
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Un rato después, eran las 6:00 Pm…
Shin habría llegado a su casa, claro que en el camino se aseguró de limpiarse y no dejar ningún indicio de que estuvo metido en una pelea donde hizo sangrar a alguien; esto lo hizo más por su lado mental que creía que esto era real.
Shin sacaría sus llaves y abriría la puerta de su casa para entrar, donde tras cerrar la puerta…
-¿Se puede saber dónde estuviste y porque llegas a estas horas?*El joven vería que su padre estaba en casa. El patriarca de la familia era sin duda una versión adulta de él, solo que con el cabello castaño y ojos negros, además que llevaba lentes negros. Este estaba cruzado de brazos y con una cara seria.
-Ahm… yo…*Shin intentaría saber que decir, pero no podía.
-Me llamaron del colegio y dijeron que te peleaste con ese chico llamado Eugene, hasta Mana me lo confirmo cuando le pregunte…*Le dijo su madre.
-Vale, vale. Gomen…*Shin decidiría cortar la charla admitiendo la culpa y ya teniendo una excusa preparada que evitara que tenga que hablar de sus ''poderes'', esto por su lado que creía que esto era real*. Es solo que sentí que podía hacer algo. Que conste que ni siquiera lo golpee, solo lo empuje ¿O acaso nos van a demandar solo por un empujón y por ayudar a un necesitado?
-Por suerte ese no va a ser el caso…*Mana tomaría la palabra*. Tuvimos suerte de que Mizou-sempai y Kazeshi-sempai abogaran por ti y especificaron justo lo que dijiste y lo que Lupus-sempai hizo. Incluso revelaron muchas cosas que hizo Lupus-sempai antes para que este y su familia no se les ocurriera demandar, y Lupus-sempai fue suspendido por una semana.
-Ju. Es un alivio…*Shin suspiro contento, pero…
-No del todo…*Su padre, Long, seguía serio*. A tu habitación jovencito, hay que hablar.
Shin suspiro ante ello, ya se imaginaba que se venía. Las charlas padre e hijo… Él solo asintió y fue a su habitación.
-¡Ah! ¡Te traje tu bolso, lo olvidaste en el instituto, y lo deje en tu habitación!*Le aviso Mana.
Shin alzo el pulgar en agradecimiento, para así entrar a su habitación.
Long suspiraría y tras mirar por un momento a su esposa e hija, iría a la habitación de su hijo. Al entrar vería que Shin ya se había quitado el suéter, el saco, la camisa y zapatos, quedando solo en franelilla y pantalones con medias, sentado en su cama.
Long se sentaría al lado de su primogénito, y…
-¿Por qué lo hiciste, Shin?*Pregunto su padre.
-Solo… vi sus golpes venir hacia mí y… sentí que podía esquivarlos y lo hice… y cuando sentí que podía contraatacar, solo… Reaccione… al menos tuve la cabeza lo suficientemente fría y solo lo empuje…*Dijo Shin.
-Mana dice que sabes parkour por el gran salto que hiciste cuando te trataron de dar por atrás y cuando escapaste de esas chicas del Consejo Estudiantil…*El hombre vería la cara complicada de su hijo*¿Qué has estado haciendo, Shin?
-Okey, seré sincero…*Aunque dijo eso, Shin iba a mentir*. Se hacer todo lo que hice desde hace un tiempo, pero lo mantuve oculto porque no quería llamar la atención. Pensé que si demostraba mi superioridad, le bajaría el ego a Eugene.
-Vale, supongamos que si se merecía ser humillado y lo que le paso después por lo que ha hecho… pero el simple hecho de poder derrotarlo sin esforzarte, no te da el derecho de decidir si sufre o no… Nadie decide quien sufre o quien vive y quien muere ¿Entiendes?*Le dijo su padre.
-Sí, lo sé…*Shin suspiraría*. Por eso me salí, aunque sé que estuvo mal. Estuve el resto del día reflexionando y eso. Pero igual a veces no puedo evitar pensar que todo va de mal en peor.
-Incluso si es así, no hay que darle la razón al mal de la vida…*Long acariciaría la cabeza de su hijo*. Recuerda Shin, nuestra familia no huye de los problemas, los afronta. La vida podrá ser dura y cruel, a veces hasta injusta, pero no hay que dejar que esta nos ponga de rodillas. El mundo jamás se va a adaptar a nosotros, tenemos que ser nosotros los que nos adaptemos… Los que hacen cosas incorrectas creyendo que hacen un bien con eso, son solo personas que se han rendido con el mundo y han dejado que este los ponga de rodillas… Shin, no dejes jamás que el mundo te ponga de rodillas ¿Vale?
-Está bien…*Shin sonreiría un poco y abrazaría a su padre*. Eres el mejor papa que un hijo podría tener o pedir.
-Gracias por el cumplido, campeón…*Long le correspondería al abrazo, para después levantarse para irse*. Solo prométeme que usaras tus habilidades para defenderte en caso pase algo en la calle y que en la institución serás más cooperativo.
-Lo prometo…*Dijo Shin.
Long asentiría satisfecho, para así salir de la habitación de su hijo cerrando la puerta.
Shin suspiraría tras ello y decidiría no darle importancia. Total, tal vez mañana ya despierte de este ''sueño''.
Con eso, el joven se cambiaría a su ropa para estar en la casa y para dormir, para después recostarse en su cama y revisar las noticias en su celular, donde vería la noticia del disturbio que detuvo/causo… Las imágenes de su persona estaban borrosas y las que eran claras no podían identificarlo gracias a su disfraz improvisado.
Nah, no importa. Para mañana no habrá nada de esto, porque esto es un sueño, según su parte renuente.
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Al día siguiente…
En la sala del departamento de los Akumatsu, los dos padres y la hija veían intrigados las noticias de lo que paso anoche… Mana en parte agradecía que hoy la hora de entrada sea a las 9.
-[Como se puede ver en estas imágenes, un individuo ''enmascarado'' detuvo un coche con cuatro criminales, a los cuales les termino fracturando los huesos sin piedad en sus brazos y piernas]*Una de los más reconocidos reporteros del mejor noticiero de Tokyo narraba lo ocurrido*[Incluso este individuo ataco a uno de los Policías que llegaron a controlar la situación y lo dejo en un estado grave de al borde de la muerte. Y estas son las respuestas de los testigos que vieron todo…]
-[Estaba conduciendo tranquilamente hacia mi casa cuando aquellos criminales y Policías pasaron de largo… pero después vi a ese sujeto corriendo en la carretera a la par de mi vehículo y hasta me rebaso sin esfuerzo, al igual que a otros delante de mi]*Dijo un hombre al micrófono.
-[Vi como ese sujeto se puso al frente del coche criminal y el cómo lo detuvo solo con su pie que choco con el parachoques]*Una mujer también hablo de lo que vio.
-[Ese sujeto no parecía humano… ya que bloqueo una bala de esos maleantes con su antebrazo sin parecer que lo hirieron… Incluso esquivo las balas de los Policías mientras se les acercaba]*Dijo una chica de preparatoria.
En eso, Shin llegaría a la sala con su uniforme ya puesto, y… Miraría las noticias con intriga y algo de horror al ver que…
-[Yo juro haber escuchado claramente que ese individuo dijo que aquel Policía era un corrupto como decían los rumores de estos. No lo sé… por un lado lo creo y por otro lo dudo por como lo dejo]*Dijo un joven universitario.
-[Yo creo que es como un Súperhumano por todo lo que demostró ¡Incluso salto decenas de metros hacia uno de los edificios cercanos! ¡Esas cosas no las podría hacer ni el mejor artista marcial del mundo, aunque él no tenía pinta de ser uno!]*Dijo algo entusiasta una chica de lentes que parecía una otaku y nerd*[¿¡Sera un superhéroe!? ¿¡Un vigilante!? ¿¡El primer Súperhumano creado por la Ciencia o por algo fuera de este mundo!?]
-[Yo digo que es alguien que se le escapó al Gobierno del Área 51 o un experimento exitoso de estos. Quizás hasta de Akatsuki]*Dijo un hombre de unos cuarentaitantos.
-[Debido a que esta noticia de lo ocurrido es viral, solo queda hacernos una pregunta ¿Los Sobrehumanos ahora son una realidad y ya no una ficción? Y si es así ¿Qué podemos esperar de estos? ¿Serán un beneficio o una amenaza todavía peor a nuestra frágil situación? Decídanlo ustedes ciudadanos]
Tras que la reportera terminara de decir aquello, las noticias cambiarían.
-¡Que locura! ¡Nunca pensé que algo así ocurriría!*Mana estaba exaltada por todo lo visto.
-No saquemos conclusiones apresuradas, también está la posibilidad de que esto sea una farsa…*Dijo Long con autoridad.
-¡Oh vamos! ¿¡Cómo se podría editar o sobreactuar algo como eso!? ¡Eso fue en vivo!*Exclamo Mana señalando lo obvio.
-Lo digo más porque tal vez haya usado armamento militar secreto que permite esas capacidades. Si eso fuera fuerza y resistencia natural alteradas por un suero o droga, eso ya sería dado a conocer al público…*Dijo Long con lógica.
-Tiene un poco de sentido…*Maya le daría la razón a su marido*. Además ¿Un vigilante? Creo que ese tipo solo tuvo suerte de que solo hubo dos Policías y solo quería llamar la atención. Porque dudo en serio que pueda durar mucho haciendo vigilantismo si un escuadrón logra interceptarlo con una buena estrategia. Además que por lo que hizo, se nota que no tiene moralidad, es solo un loco que se cree con el derecho de decidir quien sufre y quién no.
-Eso mismo…*Asintió Long en acuerdo*. Si vuelve a salir, creo que solo será cuestión de tiempo para que lo atrapen.
-Oh, Onii-sama…*Mana vería que su hermano estaba en el lugar*¿Ya viste la noticia?
-Ahm… Sí…*Asintió Shin algo complicado*. De hecho, la vi anoche en mi celular cuando revisaba unas cosas.
-Ya bueno…*El padre Akumatsu daría una palmada fuerte con sus manos*. Mejor vayan de una vez al instituto, que hoy entren más tarde no significa que pueden retrasarse.
-Hai…*Afirmo Mana algo fastidiada recogiendo sus cosas para irse.
Mientras que Shin seguía congelado viendo la Tv y luego sus manos con una expresión algo horrorizada, y más tras recordar lo que hizo…
-¿Shin?
-Ah…*El joven reaccionaria ante el llamado de su madre*. Y-Ya voy...
Shin tomaría sus cosas y se iría con su hermana…
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Instituto Shinkumi…
Ambos hermanos habrían llegado a su colegio y después cada quien se iría por su lado, aunque Mana vería algo preocupada a su hermano, ya que este parecía muy pensativo y algo sombrío en el camino ¿Acaso lo de ayer le afecto en algo? Pues espera que no.
Por su lado, Shin caminaría sin mirar a donde iba, total, se sabía los caminos del lugar de memoria que no necesitaba ver. Y de todas formas, sus sentidos mejorados lo ayudaban a evitar chocar con cualquiera… y al mismo tiempo podía escuchar a muchos hablar de esa noticia sobre él, su otro yo…
-¿Ya vieron? Ese sujeto salto como 50 metros de altura y corrió 65 kilómetros por hora con solo sus piernas en plena calle…*Dijo un estudiante.
-Lo sé, y también salto mientras corría, logrando ponerse arriba de ese coche…*Dijo otro.
-Yo digo que es un loco, ya que dejo al borde de la muerte a un Policía. Si bien creo en eso de los Policías corruptos ¿Dónde están las pruebas contra aquel oficial?*Cuestiono una chica.
Shin suspiro frustrado por todo esto, no pudiendo creer que esto en verdad sea real. Si bien no negara que esos sujetos se merecían lo que les hizo, en verdad prefería que todo eso se quedara como un sueño, ya que sabe que la ley nunca permitirá la tortura o ejecución de un criminal, incluso si este mato a un niño.
Podrá sonar injusto, pero así son las cosas, ya que nadie tiene derecho a decidir quien vive y quien muere, ni siquiera las autoridades. Aunque si bien hay ejecuciones, estas son privadas y solo se aplican a los dementes mentales del Instituto Psiquiátrico Hellscrouft, en donde están los criminales de la calaña más baja y horrenda, unos enfermos mentales que nunca se han arrepentido de sus actos y hasta han matado y violado niños varias veces, entre otras cosas turbias.
Shin seguiría en sus pensamientos, hasta que…
-¡Amigo!*A esa voz, vería que era Albert que se le acercaba y este le dio un abrazo fraternal*. Es bueno ver que estas bien, me preocupe un poco cuando saliste corriendo de esa manera.
-Y-Yo… Perdón… pero quería reflexionar sobre lo que hice…*Dijo Shin aparentando normalidad.
-Está bien, lo entiendo. Igual no saliste mal parado, al menos por una semana no tendremos que tolerar a Lupus-sempai. E igual estaba preparado para usar mis influencias en caso lograran demandarte…*Dijo Albert.
-No tenías por qué molestarte…*Dijo Shin con una media sonrisa.
-Somos amigos, los mejores, casi como hermanos, obvio estaremos ahí para el otro. Y así será aunque no me lo pidas…*Dijo Albert sonriendo.
-Ju. Está bien…*Dijo Shin con un suspiro.
Tras eso, el par de amigos empezaría a caminar y charlar un rato hasta que comenzaran las clases.
-Por cierto Shin ¿Dónde aprendiste eso?*Pregunto Albert.
-Lo aprendí por mi cuenta, sabes que tengo un don para adaptarme a cualquier situación. Fue difícil al principio, pero pude dominar el parkour con solo ver vídeos de otros haciéndolo, al igual que aprender lo suficiente de defensa personal y mi arduo ejercicio en secreto… Esto lo hice para defenderme en caso de algún asalto en la calle algún día, y lo mantuve oculto porque, como te dije, no quiero destacar y que me anden pidiendo unirme al equipo, prefiero leer y mezclar químicos…*Dijo Shin.
-Oh, entiendo…*Albert pondría una mano en su hombro en entendimiento*. Aunque deberías enseñarme en cuanto a ejercicio, ya que siento que aprendería más de ti que del Sensei.
-Ya veremos un día de estos…*Dijo Shin encogiéndose de hombros.
Aunque internamente, quería decirle a su amigo sobre su condición actual, pero… ¿Cómo decirle que cambiaste radicalmente de la noche a la mañana, y todo por un accidente radioactivo sacado de la pura ficción? Es más, incluso si se lo muestra ¿Cuál sería su reacción? ¿Le temerá, y más por lo que les hizo ayer a esos hombres? Maldición, si ni siquiera se lo ha dicho a su hermana ¿Cómo puede pensar en decírselo a su único amigo?
-Por cierto ¿Viste la noticia del incidente de ayer en la noche?*Él asintió ante lo dicho por Albert*. Pues es mi opinión, el tipo está loco y parece estar abusando de ese don. Y pensar que podría ser esa misma persona.
-¿D-De que hablas…?*Pregunto Shin algo nervioso.
-Oh, lo que pasa es que hace un par de días ocurrió un accidente con un camión de la empresa de mi padre que transportaba varios químicos y muestras de ADN de animales…*Shin se sorprendería ante lo dicho por Albert*. Al principio temíamos que la radioactividad causara una enfermedad grave a los que estaban cerca, pero al parecer solo le afecto a ese desconocido que obtuvo capacidades sobrehumanas. Yo lo llamo, un milagro de la ciencia que cayó en las manos equivocadas… pero, hey, esto ahora demuestra que un Súperhumano ya no será más Ciencia-Ficción y pronto podrían haber más ¿Te imaginas a 100 soldados del ejército con esas mismas capacidades? Akatsuki ganaría una fortuna y mejoraríamos el sistema de protección… Si es que no nos matamos entre nosotros en el proceso, como le dije a mi padre, ya que no confió mucho en los del Gobierno y el Ejercito.
-Oh. E-Entiendo…*Shin se pondría pensativo tras lo escuchado. Maldición, demasiadas cosas en un día y parece que solo van a aumentar.
Pero algo que si había decidido, es que no iba a mostrarles su don a nadie. No quiere que lo vean diferente por lo que hizo, aun sabiendo que él no pidió esto, pero que si se aprovechó de eso.
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Más tarde…
Las clases habrían culminado y el par de hermanos Akumatsu habrían ido y llegado a su casa. Pero al poco tiempo, después de cambiarse…
-Saldré un rato…*Shin estaba en la puerta de su casa, vistiendo una camiseta roja, una chaqueta negra con capucha encima, pantalones y zapatos negros*. Tal vez después vaya con Albert, así que volveré como a las 6 Pm.
-E-Esta…*Maya vería como su hijo saldría por la puerta*. Bien.
Madre e hija se verían fijamente y concordarían en que no sabían que le pasaba a Shin. Tal vez en verdad aun deba reflexionar sobre el problema de ayer con Eugene.
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Shin estaría caminando por las calles muy pensativo con sus manos en los bolsillos de su chaqueta…
Ahora era un Sobrehumano en el sentido físico de la palabra y con sentidos más agudos. Algo que siempre pensó que solo se quedaría en la ficción y en los Mangas… Sabe que los científicos siempre han matado por una oportunidad como esta, de que algún día la ficción se haga real en algunas cosas, pero siempre creyó que eso solo seria para el Siglo 22 o 23, y no en el Siglo 21 no estando ni a la mitad de dicho siglo.
Shin suspiro ante la complicación de todo esto mientras se sobaba la sien. En eso, vería algo en un callejón, por lo que entraría a este y vería en la pared un cartel de luchas clandestinas por dinero. Y sabia bajo su conocimiento que eso era un negocio de mala muerte, pero…
¿Quién le diría que no a eso, y más con las capacidades que se tiene? Además, sabe que no pude depender siempre del dinero del trabajo de su padre y ha tenido nula suerte para encontrar un trabajo en algún local o panadería, además que necesitara para algún día pagar su Universidad en caso le bajen el sueldo a su padre por la situación actual de la ciudad… Por lo que esto es lo que le queda, y sabe que lo tiene ganado. Sin mencionar que también servirá para ver qué tan capaz es contra un luchador profesional, además que no hay restricción de edad, y de todas formas tiene 16, ya es hasta normal ver a delincuentes de esa edad por ahí.
En fin… Shin vería la dirección donde se organizaba el evento e iría para allá, recuerda muy bien ese lugar, ya que pasó por ahí varias veces antes.
Tras media hora y de haber tomado un tren y caminado un buen rato, ya que no quería usar sus poderes y que lo llegaran a ver…
Shin llegaría al lugar de la dirección. Entraría al callejón lleno de grafitis y un sujeto lo dejo pasar por 1.000 Yenes, de seguro eso es parte de las apuestas que se harán.
Adentro del precinto, la gente gritaba y golpeaba el suelo y los bancos con violencia. El lugar estaba lleno de traficantes, prestamistas, alcohólicos, delincuentes de poca monta, drogadictos y adictos al juego, básicamente muchos de la mala paria de Tokyo estaban aquí.
Shin empezó a suponer que este lugar era cubierto por un buen número de Policías corruptos, ya que veía a cuatro haciendo guardia en los puntos cardinales del lugar. Sabe que esta clase de lugares son ilegales, no porque las peleas por dinero lo sean, sino porque los legales tienen muchas condiciones como contratos, dar tu información personal, luchar en Tv en vivo y ser limpio en todo momento, y la paga al luchador aficionado no pasa de 50.000 Yenes…
Mientras que en esta clase de lugares ilegales, la paga es más grande y no es necesario nada de lo anteriormente establecido, sumado a que es privado y solo se pueden ver las peleas en vivo, sin mencionar que aquí los luchadores son más violentos y casi no hay reglas, por lo que si un aficionado sufre una fractura, el lugar no se hace responsable. Además que aquí fuman y esas cosas.
Muchos dirían que los Mafiosos y corruptos hacen las cosas un poco más fáciles con las cosas ilegales que hacen, y más porque lograron comprar a las autoridades, ya que ellos son la representación de que el trabajo justo de la sociedad a veces es injusto y que no lo vale, pero la realidad es que por más fáciles que hagan las cosas, esta clase de lugares y negocios ilegales daña a la gente de muchas maneras, tanto física y mentalmente, al igual que a la economía.
Shin no duda que si esto sigue así, Tokyo será una anarquía completa, pero en fin… Este miraría al cuadrilátero, donde un hombre grande de dos metros peleaba contra otro hombre que casi le llegaba en tamaño… Y el Campeón del lugar vencería a su oponente en unos segundos.
-¡Recuerden amigos que pueden pelear aquí mismo contra el gran Ogre!*Hablo el presentador con un micrófono vistiendo un traje de brillos plateados, luego de mencionar al obvio ganador*¡Hombres y mujeres, Ogre no discrimina! ¡Por más de 3 minutos en el ring, se llevan 300.000 Yenes! ¡Y la cantidad se multiplica por cada round! ¡Tres rounds son un 1.000.000 de Yenes!
A Shin se le iluminaron los ojos ante lo escuchado. Con eso tendrá para mucho tiempo y hasta podría ayudar a Meriel con su situación.
-Decidido, le entro…*Shin buscaría por el lugar hasta que encontraría el lugar de inscripciones y se pondría frente a la mujer obesa en su escritorio*. Quiero participar contra Ogre.
-Eso es muy extraño de tu parte chico…*Le dijo burlona la mujer morena frunciendo el ceño mientras pensaba en que rayos hacia un niño en un lugar como este*¡Siguiente!
-No crea que me iré tan fácilmente…*Shin se pondría serio*. Tengo 18 años, y de todas formas aquí no tienen restricción de edad y soy el mejor atleta de mi Academia.
-Hmmm…*La mujer lo observaría bien, para después suspirar*. No culpes al lugar si te lastimas niño…
-Vale ¿Y el dinero es en efectivo?*Pregunto Shin algo dudoso.
-Sí…*Afirmo la mujer algo fastidiada.
-Bien…*Shin firmaría bajo el nombre de ''Black Demon''. Esto por los Animes de Demonios que han demostrado ser más buenos que los propios humanos y ángeles. Y viendo que había otros combates previos con sus horas pactadas, pacto el suyo a las 6 Pm.
La mujer rió al ver su nombre en el papel. Ese mocoso no tiene pinta de demonio, pero allá él…
-Toma…*Ella le daría un broche con el logotipo del lugar*. Esto te sirve como identificación. Muéstraselo al guardia que cuida la entrada al lugar y este te dejara entrar sin cobrarte al ver que eres un luchador. Solo aplica contigo y no con invitados.
-Gracias…*Shin tomaría el broche y lo guardaría en su bolsillo*. Y de todas formas, no necesito que alguien conocido venga a verme. Vivo solo a fin de cuentas.
-Lo que digas…*La mujer le haría un gesto de que se vaya de una vez.
Dicho eso, Shin saldría del lugar y regresaría a las calles, necesita mínimo una máscara para cumplir la regla de disfraz obligatorio. Y tiene solo cuatro horas o su pelea será anulada y deberá volver otro día.
Pero lo que aún no sabía, es que pronto ocurriría algo que marcaría un antes y un después en su vida… ¿Vale la pena tener fe?