Nunca me quede a dormir con nadie, luego de hacerlo siempre me baño (si puedo) y luego simplemente me voy, no necesito nada mas que tener sexo de ellos y luego irme, asi funciona siempre y ellos lo sabian, por eso siempre volvia a retomarlo con la mayoria, ellos tambien necesitaba liberarse de tanta presión y eso estaba bien, era ayuda mutua.
Salgo del apartamento de Danilo luego de bañarme y cubrirlo con una manta mientras duerme como un bebé, no pude quedar borracha luego de beber y lo estoy necesitando, así que cuando estoy cerca de mi casa, entro a una licorería que abrieron recientemente y me encuentro con los ojos color miel, me mira un buen rato hasta que su celular suena.
Bufo mientras me acerco a la nevera y tomo una botella de tequila, espero que sea efectiva así que me acerco a la caja a pagar por mi compra, aun bajo la mirada profunda del chico de ojos miel, unos ojos en los que podría perderme si me quedo mirándolos por mucho tiempo. Pongo la botella sobre la vitrina y él la mira por unos momentos antes de volver a mirarme la cara.
— ¿Noche ruda?— pregunta el chico de ojos miel y yo solo suspiro, mi corazón nuevamente se ha acelerado.
— Noche difícil— respondo yo, y él sonríe.
Tiene un solo hoyuelo, en su mejilla derecha y con esa simple acción, mi corazón late como si estuviera corriendo, late demasiado rápido. Él me dice el precio de la botella y yo saco el dinero de mi billetera.
— ¿Puedes abrirla por mi?— le pido luego de recibir el cambio y él la tomó en sus manos, rozando sus fríos dedos largos con mi mano y haciendo que el toque me pique en la piel.
— Tienes rimel regado— me dice él mientras me entrega la botella destapada, cuando voy a pasar mis dedos por debajo de mis ojos, él toma mi mano y la baja— Solo lo esparcirás más— me regaña y yo lo miro con la boca abierta ¿Qué?
Saca de su bolsillo un pañuelo de tela y lo moja con una botella de agua que tiene a su lado, estiro mi mano para recibir el pañuelo y limpiarme, pero el solo enreda sus dedos en mi muñeca y me empuja más cerca, haciendo que mi abdomen se aplaste contra la vitrina. Suelta mi mano para tomar mi mentón y empieza a limpiar debajo de mi ojos con suavidad pero firme, su aliento suave se esparce por mi rostro y me quedo mirando sus ojos todo el tiempo, perdida en el color y en qué huele muy bien, demasiado bien. Su toque me provoca mariposas en el estómago mientras aferró la botella de tequila a pecho y aguanto un poco la respiración, estando tan cerca de él, noto que sus pecas están más escondidas de lo que pienso y además, su toque es cómodo, pero siento como si una ola de calor me atravesara las piernas.
Y me suelta, su toque se aparta de mi rostro y siento como si hiciera más frío de lo usual, él sonríe nuevamente y yo solo carraspeo.
— No tengo propina que dar— le digo y su sonrisa se ensancha— Pero gracias por tu amabilidad.
— No soy amable— me corrige él y yo lo miro por unos minutos— No con todas las personas.
— Buenas noches— le digo mientras me apresuro a salir del lugar.
Fue un interesante toque, para ser alguien que no me conoce, estuvo demasiado cerca.
Camino con rapidez hasta que llego a mi casa, cuando entro me quito la sudada ropa, quedándome solo en ropa interior y me tiró al sofá a beber, la casa se siente tan sola y ella se acaba de ir.
Nunca me ha gustado mucho estar sola, la idea me empezó a horrorizar luego de ver como mi padre me miraba cuando mamá no estaba cerca, con deseo y lujuria que un padre no debería sentir por su propia creación, así que no me quedaba en la casa cuando estábamos los dos solos, nunca llegó a mucho pero es uno de los motivos por lo que lo detesto.
***
Me despierto en el sofa con un insoportable dolor de cabeza, además de que mi estómago arde por no haber comido nada en las últimas doce horas y solo beber este licor picoso, me pongo en pie con dificultad y me dirijo a la cocina para tomar agua, estoy deshidratada y siento un incómodo ardor en mi entrepierna.
Me voy a bañar inmediatamente y luego de tomar mi sanadora ducha preparo un caldo de pollo para la resaca, siento que todo me da vueltas y mi estómago tiene acidez, mientras me maquillo un poco, que en realidad es aplicar corrector para cubrir la ojeras, rimel y delineador, así que lo hago con rapidez y veo televisión mientras el caldo está listo.
Nunca fui mala para vivir sola, mi mam'a siempre insistio en enseñarme lo básico, como lavar ropa, hacer aseo y cocinar, además de una clase de como ahorrar dinero (que si aplico aunque ella me mantenga) así que nunca fui mala, pero no quiero hacerlo, nunca me gusto la soledad y mi mamá lo sabe, aun asi ella se fue y creo entender el porqué, es simple entender que su vida cambió totalmente luego de lo que paso conmigo. Ella simplemente se alejo de todo, se divorcio de mi padre y se tuvo que hacer cargo de mi, no la vi quejarse nunca pero sabía que no era fácil, así que no puedo culparla por esto, por otro lado puedo tomarlo como que voy a tomar fondo, y después de eso se que no caeré más bajo de lo que he caído.
Camino por todo el apartamento en ropa interior luego de comer, intentando llenar el lugar de un poco de ruido porque no hay nada peor como el silencio, no me gusta el silencio pero tampoco me gusta hacer ruido.
El silencio más cómodo que he tenido hasta ahora fue con un desconocido que me limpio el rimel regado en la cara y que me hace sentir un montón de cosas con su sola mirada, no es la mejor situación para mi, me estoy aferrando a la sensación que él me hace tener cuando se qque se ha vuelto difícil de conseguir, siempre obtengo todo lo que tengo hasta cansarme, tuve a Danilo y ya estoy cansada pero él se ve tan reluciente, tengo ganas de tenerlo porque me genera las cosas que hace mucho no puedo sentir pero no quiero aferrarme, tengo que ignorar esto.
Corro a mi habitación y me pongo unos pantalones anchos de tela que cubren mi ombligo y una sencilla blusa que me llega a mitad de abdomen, dejando ver una franja pequeña de la piel pálida en mi abdomen, acomodo mi lacio cabello qué corte hace un tiempo y salgo de la casa, voy a encontrarme con Camilo, un chico de otra universidad que conocí en un bar y del que me hice amiga.
***
— ¿Una visita tuya?— se burla él cuando estoy frente a su casa, él es tan carismático que voy a morir del aburrimiento.
— Estoy sola y hay mucho silencio— me quejo tirandome en su sofá, él se pone a mi lado y empieza a buscar una canción nueva en el YouTube de su televisor
— Olvido que te aburre el silencio— se burla él y pone una canción de Chase Atlantic.
— Conocí a un tipo— le cuento y él me mira en mal plan, pensando que ya me lo tire— Me hace sentir cosas.
— Eso no es casi imposible— se mofa el bastardo y yo le doy un puñetazo— ¿ Y qué con eso?
— Es un desconocido— le cuento y él se ríe— Se que suena a historia de una adolescente.
— Quizá solo sea atracción física— intenta explicar él y yo siento lo mismo, pero es una atracción demasiado grande y pesada, me abruma de sensaciones— Tiratelo y se te pasa, eso siempre ocurre.
— Debe ser eso— razono y Camilo me rasca la cabeza como si fuera su perrito, una forma de cariño peculiar— ¿Y tú qué?
— Sigo haciendo lo que quiero— responde con aburrimiento— Ya no encuentro un buen hombre en la cama.
— ¿Y el chico que te gusta?— le pregunta y el bufa.
— Hetero—
— Uy— solo puedo decir y yo también empiezo a rascar su cabeza en consuelo— Feo caso