Hoy fué un día agotador, seguí por el bosque un rastro extraño durante casi todo el día solo para llegar a una caravana mercantil siendo asaltada por demonios, después de salvar a los humanos el rastro me condujo hasta una hermosa chica elfa que fué secuestrada por estos hombres.
Cuando me percaté de la situación mi rabia se disparó al extremo, luego ví la condición de la chica elfa y ésta se encontraba en un estado deplorable.
Había heridas por todo su cuerpo, su hermosa piel pálida se encontraba muy maltratada, sus ojos azules cristalinos parecían sin vida cuando me miraron y se encontraba atada dentro de una jaula, ella no parecía tener más de 25 años, su altura era de aproximadamente 170 cm pero con su raza según Alice es imposible determinar su edad basándome en su aspecto físico.
Por eso no pude controlar mi enojo y terminé matando a todos los humanos restantes, realmente desprecio el acto de maltratar excesivamente a alguien que no puede defenderse sin tener una razón aparente fuera del puro placer.
De todos modos cuando hablé con ella después de eso parecía más animada e incluso me pidió que le dejara seguirme ya que su hogar fue destruido. Alice me dijo que era buena idea llevarle conmigo así que a pesar de mis dudas decidí aceptar.
Ya que la llevaría conmigo debía cuidar apropiadamente de ella y salí a buscar algo de ropa, una vez que la encontré se la llevé y la dejé a solas esperando a que se vistiera.
Actualmente me encuentro asando algo de la carne sobrante de mi bolsillo espacial usando un poco de la sal que encontré en las pertenencias de los comerciantes.
Mientras hacía eso, la cubierta del carro se abrió y la elfa Nephelia salió de él, su aspecto era mucho mejor ahora, su piel recuperó algo de su brillo y suavidad natural, mientras que sus ojos me miraban intensamente, sus largos cabellos blancos se mecían ligeramente con el viento al igual que su túnica la cual apenas podía cubrir su hermosa silueta, tengo una leve idea de lo que piensa por su expresión.
Tras salvar su vida y sacarla de un tormento como el que vivió es natural que desarrolle ciertos sentimientos románticos por mí, ella es muy hermosa, no me molestaría tomarla como mi pareja, Ruminas dijo que viviera más libremente esta vida después de todo.
- Acércate Nephy, vamos a comer algo antes de descansar -
Tras decirle eso, se acercó sonriendo a mí y se sentó a mi lado en el suelo, parece estar más relajada ahora y tras comer decidimos dormir para poder continuar el viaje mañana temprano, le conté mis planes para viajar a una capital humana e instalarme en ella.
Nephy me sugirió que nos volviéramos aventureros para subsistir, esa idea me parece bien pero ya arreglaremos esos detalles cuando lleguemos a la ciudad.
Cuando terminamos de comer es hora de dormir, ya que estamos en el borde del bosque los monstruos no deberían llegar aquí o eso dijo Alice así que le digo a Nephy que duerma mientras yo mantengo una parte de mi consciencia despierta y alerta de los alrededores.
Antes de dormir miro a Nephy quien descansa cerca y al activar [Ojos de la Diosa] sus estadísticas se revelan a mi.
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Nombre: Nephelia (Elfa)
Edad: 268 años humanos
Clase: Explorador, Mago
Atributos:
Físico: D (Temporalmente E)
Maná: A-
Consciencia: C+
Habilidades:
Constitución natural (A)
Magia elemental Intermedia (A)
Exploración (C)
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Por fin cerré los ojos para descansar hasta mañana.
Al día siguiente Nephy y yo nos despertamos temprano, con la salida del sol y nos pusimos en marcha hacia nuestro destino.
Gracias a las instrucciones de Alicia ya sabía por dónde ir así que no podíamos perdernos, en el camino aproveché para contarle a Nephy sobre como provenía de otro mundo, parece ser que no era un concepto raro aquí.
Ciertamente no era común pero tampoco insólito y ella fácilmente lo tomó como la verdad, gracias a ello pude hacerle libremente preguntas sobre la situación entre las razas y el mundo.
Según lo que ella me contó, este mundo fué creado por una diosa llamada Ruminas, está diosa creó a los elfos con un alto poder y destreza mágicas, a los demonios con físicos extremadamente poderosos, los enanos con prodigiosas capacidades artesanales y finalmente los humanos dotados de una gran adaptabilidad.
Originalmente las razas convivían en paz y armonía siguiendo la guía de la diosa pero con el pasar de las eras la diosa se distanció del mundo y la unidad entre razas se perdió, cada quien peleaba por territorio y recursos desatando un conflicto de proporciones titánicas.
Dicha guerra llevó a cada raza a desarrollar algún arma que desatar sobre sus enemigos, los demonios lograron desarrollar talentos innatos que podrían heredar a su descendencia creando las distintas variantes de demonios.
Los elfos crearon magias de destrucción masiva capaces de borrar ciudades del mapa y grabaron dicho conocimiento en antiguos monolitos encriptados de forma que solo su gente pudiera leerlos.
Los enanos desarrollaron armamento mecánico que compensara sus deficiencias mágicas heredando sus métodos de fabricación a sus hijos.
Finalmente los humanos desarrollaron artes marciales capaces de permitir que un soldado normal asestara golpes letales a individuos poderosos también naciendo los primeros héroes, seres humanos de poder casi abrumador.
La guerra fue tan brutal que el mundo fué dividido perdiendo una gran porción del territorio habitado y los remanentes de tales ataques destructivos acabaron creando a los monstruos.
Al ver la destrucción desatada las razas detuvieron su conflicto pero los monstruos engendrados por la sobre saturación del maná en ese entonces eran verdaderas bestias que barrieron con sus enemigos y pusieron al borde de la extinción a las otras razas.
Solo tras una gran guerra por la supervivencia es que lograron acabar con las grandes bestias pero a costa de los más poderosos individuos y conocimientos de cada raza, dejándolos en un estado muy debilitado y terminando los conflictos a gran escala hasta la época actual.
Una historia increíble que me hizo sentir un gran respeto por los antepasados de las 4 razas porque si mi gente sabía de algo, era luchar por la supervivencia contra razas extrañas.
Pero me seguía molestando la gran segregación entre razas cuyas raíces parecen ser extremadamente antiguas y muy arraigadas, intenté cuestionarle esto a Nephy pero ella me dijo que tal segregación era natural porque eran de especies distintas.
A lo que yo respondí con el concepto de raza que usaba mi gente y como desde mi perspectiva todos eran variantes de una única raza, ella no me respondió pero parecía estar pensando en algo muy seriamente.
El resto del viaje ese día fué algo más silencioso hasta la hora de dormir.