Chereads / Voluntad De La Oscuridad / Chapter 51 - Oportunidad de relajarse

Chapter 51 - Oportunidad de relajarse

"¿Algo dentro de la ciudad?"

Silvana asintió.

"No sé qué esconden Milena y Yuergh, nunca me ha interesado. Sin embargo tiene demasiado secretos y no son las personas más abiertas y comunicativas que conozco"

Shin se quedó pensando en lo que se suponía que había dentro de la ciudad pero no tuvo ni idea de que podía ser tan importante para que los buscadores de cadenas vinieran a buscarlo.

"Pero no debería ser difícil detenerlos, ¿No?"

Shin era consciente de la fuerza de Silvana, y si la pelirroja era tan poderosa entonces los demás también deberían ser fuertes.

Silvana apoyo su mandíbula sobre el hombro de Shin y suspiro.

"Si, no niego que nosotros cinco somos poderosos. Milena, Tiana, ese anciano…y sobre todo Yuergh son fuertes, pero eso no es suficiente. Ya lo veras cuando comience el viraje y te darás cuenta de porque algunos estamos tan tensos"

Shin asintió con la cabeza y noto como Silvana volvía a poner una mirada coqueta en su rostro.

"¿Por qué yo?" pregunto Shin volviendo al tema principal.

Silvana acerco su boca al oído de Shin y susurro.

"Porque eres el mejor aquí"

Por algún motivo Shin no se sintió bien por esas palabras, era como si fuera la única opción.

"¿Qué hay de los hombres fuera de la ciudad, incluso de Yuergh?"

Silvana puso una mirada de molestia y comenzó a quejarse.

"No me hables de esos desperdicios que parecen muertos en vida y ni hablar de Yuergh, no soporto estar cerca de el por más de 10 minutos sin comenzar a sentirme ansiosa…déjame darte un consejo, no te enemistes con ese hombres si valoras tu vida"

Al parecer Shin no era el único que sentía algo de Yuergh, incluso Silvana que era mucho más fuerte que él tenía precaución con Yuergh.

"Aun así…"

Shin iba a intentar negarse de nuevo pero Silvana volvió a interrumpirlo.

"¡Joder!, actúas como un maldito virgen. Una mujer hermosa se te insinúa y lo único que hacer es correr"

Shin no supo que responder por lo que se quedó en silencio.

"¿Acaso eres virgen?"

Shin tampoco respondió, nunca tuvo la oportunidad cuando estaba en el laboratorio antes de llegar a Grigarm y una vez comenzó a vivir su vida en Grigarm no tuvo mucho tiempo para enfocarse en disfrutar de su vida, no cuando una maldición amenazaba con quitarle la vida.

Silvana volvió a sonreír y apretó más su cuerpo con el de Shin.

"No te preocupes, no muerdo"

Diciendo eso, Silvana se movió hacia el frente de Shin y se sentó sobre sus piernas quedando frente a frente separando sus caras por pocos centímetros.

"Tú no tienes que hacer nada, solo quédate quieto y disfruta"

Silvana acerco su rostro al de Shin y coloco sus labios sobre los de Shin.

Después de unos segundos ambos se separaron y Silvana se lamio los labios con una mirada lujuriosa en el rostro.

Acto seguido empujo el pecho de Shin tirándolo sobre la cama y se quedó sentada sobre su regazo mirándolo desde arriba.

Shin miro a la mujer y no pudo evitar suspirar, al final fue vencido…pero a lo mejor no era tan malo relajarse por lo menos por una noche en este lugar olvidado por los dioses.

***

Shin abrió los ojos y miro al techo por unos segundos antes de levantarse y sentarse al borde de la cama.

Shin se levantó desnudo de la cama y recogió sus pantalones antes de colocárselos y mirar a la mujer que dormía tranquilamente sobre la cama.

Shin suspiro y salió de la habitación no sin antes tomar su espada que estaba apoyada sobre el escritorio.

Silvana abrió los ojos tan pronto Shin se había volteado y lo miro mientras salía de la habitación.

"Je, quien lo diría"

Silvana estiro los brazos y se quedó acostada un rato más mirando al techo con una sonrisa complaciente en su rostro.

Unos minutos después, Shin llego hasta la entrada del castillo y se encontró a Leon quien acaba de llegar y estaba yendo a realizar su respectivo trabajo.

Leon lo vio y se acercó.

"¿Descansaste bien?"

Shin sonrió con sarcasmo para sí mismo y asintió levemente.

"Un poco"

"¿Vas a entrenar?" pregunto Leon al ver que Shin cargaba su espada con él.

"Si" Shin asintió al recordar lo que le había dicho Silvana por la noche. Si los buscadores de cadenas realmente atacarían en cuanto el viraje comenzara entonces Shin quería estar preparado para enfrentarse a ellos.

"Bien, yo iré a preparar las cosas"

Shin miro a Leon con algo de confusión.

Normalmente el trabajo de Leon era hacer de guardia y ayudar a Milena, era un tipo de secretario para la mujer.

"¿Preparar las cosas?"

Leon asintió.

"Si, hay algunas cosas que toca preparar para el viraje"

"Ya veo"

Shin no sabía a qué cosas se referiría Leon pero no iba a detener al hombre por lo que decidió preguntarle a Milena por la noche cuando fuera a estudiar.

Despidiéndose de Leon, Shin camino por la ciudad hasta salir al bosque y llegar al mismo claro donde siempre entrenaba.

Shin se sentó con las piernas cruzadas y dejo la espada a su lado sobre el suelo.

Luego tomo un gran suspiro y cerró los ojos para concentrarse en meditar. Era la misma rutina que Shin hacia todos los días para entrenar su energía de alma.

Concentrándose primero en su pecho, Shin noto una energía cálida que se movía erráticamente dentro de el sin ningún destino en general. La energía solo flotaba dentro de Shin descontroladamente.

Pero eso era lo normal, la energía de alma no se generaba en ningún lugar del cuerpo en especial, la energía del alma estaba presente en todo su cuerpo a la vez. Sin embargo era más fácil identificarla y manipularla en ciertos lugares como era su pecho.

Las partes del cuerpo más difícil para manipular la energía del alma eran sus extremidades por algún motivo, por lo que crear el campo que había usado para bloquear las flechas de Silvana era algo mucho más complicado de lo normal ya que implicaba manipular su energía por fuera de su cuerpo expulsándolo mediante sus extremidades.

Shin se detuvo unos momentos para sentir la energía moviéndose en su cuerpo y comenzó a tratar de controlarla.

La energía del alma en su pecho comenzó a ralentizarse y se comenzó a mover más controladamente como si fuera una bestia salvaje ahora domada.

El entrenamiento que le había sugerido Silvana era aprender a controlar su energía hasta que esta estuviera calmada dentro de su cuerpo y que comenzara a moverla por todo su cuerpo.

Shin lograba hacerlo hasta cierto punto pero después de un tiempo la energía comenzaba a ser más difícil de manipular y volvería a descontrolarse.

Era como un caudal de agua, era fácil manipular una cantidad pequeña de agua pero si esta cantidad aumentaba entonces se desbordaría.

Shin tenía que hacer que toda la energía en su cuerpo se moviera al tiempo ya que acumularla en un lugar solo lograría que el proceso se estropeará y tuviera que comenzar a controlar desde cero.

Shin hizo que su energía del alma recorría todo su cuerpo uniformemente pero después de unos minutos comenzó a perder el control y su energía se descontrolo enviando punzadas de dolor a todo su cuerpo obligándolo a detenerse.

"Ugh, …mi limite son 5 minutos"

Shin se recostó sobre el suelo y levanto su mano, mando energía de alma hasta su mano y vio como esta se iluminaba de una aura morada.

Esto era lo que había hecho cuando estaba golpeando las palmas de Silvana repetidamente. Shin envió energía de alma a sus puños fortaleciéndolos y golpeando hasta cansarse o hasta perder el control y repitiendo el proceso.

Shin sabía que el proceso era repetitivo y extenuante, pero aun así se sentía frustrado cuando perdía el control y tenía que comenzar desde cero.

Solo llevaba un par de meses así y no entendía como era posible que personas lograran hacer lo mismo pero por años.

Se suponía que controlar por completo la energía del alma tomaría para una persona normal alrededor de 50 años, y Shin no estaba dispuesto a pasar esa cantidad de tiempo entrenando lo mismo todos los días.

Primero lo lograba o se volvió loco en el intento.

"Ahhh" Shin suspiro y se volvió a sentar.

"Vamos una vez más"

Shin volvió a cerrar los ojos y comenzó a meditar una vez más.

Así pasaron dos meses más y Shin seguía sentado en el claro entrenando su energía del alma.

Sin embargo un temblor hizo que su concentración se rompiera enviando una oleado de dolor a su cuerpo.

"¡Ugh, odio esto!"

Cuando paso el dolor Shin miro al cielo y noto como el escudo casi invisible comenzaba a quebrarse.

"Supongo que es la hora"

Shin tomo su espada y se puso de pie.

"El viraje está comenzando"