La vida no siempre es color de rosa, y en algunos casos nos toca padecer vicisitudes desde a muy temprana edad, a pesar de que como niños deberíamos ser protegidos, amados y resguardados de todo el mal existente en el mundo, por situaciones ajenas a nuestra propia voluntad terminamos envueltos a fin de cuentas en cosas de adultos que en realidad no nos competen y en eso el joven Richmond es el mejor ejemplo de tan fatídica situación.
La familia Richmond es una de las más conocidas en toda la zona de Orlando estos son dueños de una gran parte de la ciudad sin mencionar que son una de las más adineradas de toda la zona, poseen en la palma de su mano cuanto pudieras llegar a desear; autos lujosos, compañías, academias, bares, restaurantes, hoteles etc., todo absolutamente todo a su entera disposición, sin contar claro esta cada uno de los caprichos que desean, pero, para conseguir tales logros se es necesario el hacer a un lado una parte importante de su día a día como lo es la familia.
La vida para ellos es sumamente movida y ajetreada lo que mantiene a los señores Darren y Sabana muy lejos del seno del hogar provocando así que su hijo creciera sin las figuras paternales a pesar de compartir un mismo techo.
De tal relación nació Alexander Richmond quien es hijo único de tal pareja y quien fue condenado a padecer la soledad, el rechazo y el desprecio desde muy niño y aún peor término recibiéndolo incluso de sus propios progenitores, a pesar de estar rodeado del mayor sueño del hombre pues la riqueza supone la mayor cura ante los males, aquel niño creció siendo sumamente infeliz pues el amor de nuestros seres queridos es imposible de remplazar.
La vida tan caótica y desechada lo llevo a crecer lleno de rabia, y desconociendo por completo lo que la palabra amor y familia realmente significan, aún más puesto que ignora por completo su verdadero valor.
La crueldad y el resentimiento sentimientos que han nacido en el producto de esto han moldeado en su persona un temperamento sumamente inestable lo que lo hace ser sumamente explosivo en algunas ocasiones.
Así aquel pequeño creció hasta convertirse en adulto y siguiendo los pasos de sus padres el hijo prodigo se convirtió en un as de los negocios; con apenas treinta años Alexander ya se había convertido en el CEO de Magnament Richmond un afamado bufete de abogados y uno de los mayores accionistas del Grupo Argoni una compañía completamente dedicada a la creación de tecnología para el hogar, empresas quienes se encuentran localizados en pleno centro de la ciudad de Orlando.
De adulto se convirtió en un hombre cruel que le importa poco por no decir nada los sentimientos de los demás, aún más si del sexo femenino se trataba por lo que para él las mujeres han llegado incluso a significar simples objetos de placer.
Así fue que el destino ni corto ni perezoso tomo un punto de vista diferente queriendo luchar en contra de aquel con respecto a la actitud que tal caballero portaba así que sin su consentimiento lo hará enfrentarse con aquella parte de si la cual duerme hambrienta de amor y miedo.