Nick se sentía tan frustrado debido al comtinuo rechazo de Sara y su increíble mutismo. Cada vez que le preguntaba qué le ocurría, ella respondía lo mismo de siempre. No pasa nada.
Aquello empezaba a cansar al rubio a más no poder, ya que era evidente que le sucedía algo muy malo. No soportaba más aquel mutismo de quien tanto amaba, y una tarde se dejó llevar por los impulsos lastimando a Sara.
Ambos estaban en la habitación del rubio, quien besaba a Sara con intensa pasión mientras acariciaba su delicioso cuerpo.
Pero Sara rechazaba aquella muestra de afecto al punto de desesperar a Nick, quien dolido en extremo se apartó de su lado diciéndole:
- Si no puedo besarte ni abrazarte Sara no entiendo para qué sigues viviendo aquí. Deberías irte entonces.
Ante esas palabras la aludida empalideció y empezó a temblar. Regresaría a la agencia quienes la torturarían despedazando su alma más de lo que ya estaba.
-P-Pero ¿por qué? ¿Q-Qué hice yo? - dijo desesperada del terror Sara.
- No cumplir con tu obligación Sara - contestó con dureza Nick.
- N-No....por favor....solo dame otra oportunidad...por dios....
- No lo sé Sara - diciendo aquello el rubio se retiró dejando a la joven descorazonada.
Sara corrió detrás intentando convencerlo de que se esmeraría en complacerlo, pero el criado espía de la agencia, la sujetó de ambos brazos y tras estamparla contra la pared con dureza le espetó:
- Maldita infelíz, estás denigrando a la agencia.
- Sueltame - dijo Sara haciendo una mueca de dolor.
- Llamaré a la agencia y les informaré al respecto.
- No por dios, no....no
- ¡Cállate maldita infeliz! - el criado le dió un fuerte golpe en la mejilla y luego la arrojó al suelo con furia.
Sara lloraba en silencio sintiéndose enloquecer.
- Solo tienes una oportunidad más ¿entiendes? - la joven asintió con la cabeza - Una sola oportunidad, si tu dueño vuelve a sentirse decepcionado te llevaré de regreso.
- Dejenme en paz, los Archer me compraron legalmente.
- No lo haremos hasta estar cien por ciento seguros de que cumples con los principios de la agencia. Callada, obediente y leal.
Sara cerró con fuerza los ojos sintiéndose atada a ellos. Odiaba ser una chica en verdad. El criado se escondió al sentir los pasos de uno de los dueños de la mansión. Era Nick que al llegar vio a Sara en el suelo llorando, y se alteró.
-¡Sara! ¡¿Qué sucedió Sara?!
Pero la muchacha no le respondió, limitándose a secarse las lágrimas. El rubio se acuclilló frente suyo y fue cuando le vio la mejilla roja.
- ¿Sara? ¿Qué ocurre? Dimelo.
Ella lo miraba con intensa desesperación, en verdad quería contarle todo. Necesitaba de su ayuda con desesperación. Pero Sara miró por encima del hombro del rubio, comprobando que el espía de la agencia estaba allí espectante y supo que tenía que seguir callando.
- Me...me caí Nick, cuando te fuiste quise seguirte y...me caí.
-¿Te caíste? ¿Es en serio?
- S-Si
La decepción se hizo presente en el rubio, ya que creía que Sara jamás confiaría en su persona por tal razón se seguía negando a decirle la verdad.
- Bien, si es así como lo prefieres - Nick se incorporó - No me dejas más opción Sara.
-¡No por dios! - Sara quedó arrodillada frente del rubio acariciandole su miembro.
Nick no entendía a Sara, se negaba a dejar que la abrace y la bese pero estaba dispuesta a hacerle el sexo oral allí mismo fuera de la habitación. Lloraba intensamente, sintiéndose desfallecer y cada vez que quería ayudarla, colocaba un muro entre ellos.
- Sara....levantate
- No
- Hazlo Sara
- Por favor Nick.
El rubio la obligó a colocarse de pie, logrando que la pelinegra tiemble como una hoja. El terror que veía en su rostro descolocaba al rubio.
- ¿Por qué tienes tanto miedo? Jamás te dañaría Sara.
La muchacha apretó la mano del rubio mirándolo suplicante.
- Ojalá confiaras en mi Sara.
- Dame otra oportunidad entonces.
-Sabes que jamás te dejaría ir, ven conmigo Sara.
Se la llevó a su habitación y cerró con llave la puerta. Allí dentro Sara ocultó sus sentimientos y se dispuso a ser la chica perfecta que la agencia anhelaba que sea. Sabía que Nick jamás la ayudaría.