Han pasado unas semanas, claramente mi vida sigue igual, sigo con un amor no correspondido, el cual dudo que en esta vida se cumpla, sin embargo, solo me queda soñar con él cada noche y cada vez que me masturbo. Nada especial realmente.
- Creo que ahora solo te quedas pensando en la nada. Estas quedándote loco, ¿Necesitas una novia para esa soledad tuya? -pregunta mi despistado amigo.
- Simplemente pienso cosas, ¿ahora está prohibido pensar? Que estúpido.
- No, pero estas muy cortante. ¿Qué diablos te sucede?
- Nada especial, de hecho, todo esta normal Will.
- Siento que estas pasando por algún tipo de fase sombría, ¿es eso?
- Nada de eso, bueno… tal vez sí es así.
Sí, todo está bien, simplemente no puedo dejar de amarlo, bueno, eso no es novedad, pero siento que últimamente ese sentimiento me está superando. La razón, la verdad no sé cuál es.
No es importante, simplemente debo dejar de pensar en eso.
Mientras camino por el mismo recorrido para llegar a mi primera clase puedo ver el mismo panorama de todos los días de lunes a viernes, el mismo callejón oscuro, la misma parada de autobús súper hermosa (como si fuese para escuela privada), la entrada a mi universidad y mi facultad. Después de unos minutos del mismo camino Will y yo nos separamos, cada uno se va a su clase.
Me siento en mi banco de siempre y cambio de salón cada que cambia la clase, platico con Ley sobre su situación y según lo que me cuenta ahora todo está bien. Creo que fue la mejor decisión que pudo haber tomado, pero no me concierne verter mi opinión al respecto, menos en un tema tan sensible como ese.
Cada una de mis clases pasa como si de una película se tratase, como si viera dicha película en tercera persona, pero al mismo tiempo fuera el protagonista. La verdad no quiero ser yo, mi vida es deprimente.
Salgo de las infinitas clases que al fin terminan, sin embargo, hoy no espero a Will, él tiene cosas que hacer hoy, por lo tanto, me iré solo a casa. Ese hijo de perra me avisó por Whatsapp a última hora.
De repente, me detengo al llegar a la parada de autobuses porque se me ocurre una idea. Bien, sé que quiero y necesito, sé cómo lograrlo, sé cómo calmar este caliente amor que llevo por dentro, sí, lo haré y nadie podrá detenerme. Estoy decidido.
- No pasa nada. -Digo para mí mismo intentando calmar los nervios que surgen de repente al pensar en lo que haré.
Esta vez no me dirijo al callejón para tomar el autobús que va a casa, en su caso tomo el que va al centro de mi ciudad. Mientras veo los edificios lujosos en donde seguramente se encuentran muchas personas con traje y que reciben salarios enormes el autobús avanza lentamente. Cuando por fin llego a mi parada, bajo del carro grande.
- Supongo que sí lo haré, debo estar loco. -hablo por lo bajo como si me regañase a mí mismo.
Camino algunas calles, cruzo unos semáforos y algunas súper tiendas con ropa súper cara que solo podré comprar hasta que me consiga un gran trabajo. Sin embargo, por más deslumbrante que sea esta ropa, en realidad es lo que menos me importa en este instante. Sigo caminando y llego a un callejón (cabe destacar que, aunque es un callejón, este es sumamente lujoso también). A la vuelta de este veo el establecimiento que buscaba, y frente a mí en letras grandes e iluminadas con luces led de color rojo que incitan a lo sensual, se puede leer la palabra SEXSHOP.
- Que deslumbrante y gran publicidad. -murmuro intentando calmar mi corazón que no deja de palpitar rápidamente.
Abro la puerta corrediza de vidrio templado borroso, con solo ese acto puedo notar todos los productos en existencia dentro del lugar. Muchos penes de plástico, consoladores tanto para hombre como para mujer, bolas chinas, etc.
- ¿Cómo es que tengo el valor de venir aquí?
Después de observar por unos minutos recuerdo el objetivo de mi visita, pues, aunque no lo parezca, ya había pensado sobre esto desde hace tiempo, solo que nunca había tenido el valor de hacer nada. Ahora nada me detendrá, dejar mi penumbra de lado es mi trabajo y sí de esta manera lo conseguiré, entonces que así sea.
** ¡Si, porque yo quiero un pene de plástico, uno que mida 17,5 cm**
FLASHBACK DE HACE MESES
- Will, oye, ¿Cuánto te mide el magnífico monstruo que te cargas entre las piernas?
- ¿Para qué diablos quieres saber eso?
- Bueno, a mí me mide 17 cm ¿Por qué no puedo saber eso de ti?
- Ash, que molesto eres, bueno, da igual, me mide 17.5 cm
- La tienes muy grande, que envidia, seguro haz hecho gemir a muchas mujeres con esa gran anaconda.
- Ja, ja, ja. Solo es medio centímetro de diferencia ¿qué de magnifico tiene?, ¡ah!, ¿acaso quieres comprobar mis grandiosos 17.5 cm?
- Diablos no, que asco. Guarda tu cosa para todas las chicas con las que te acuestas.
- ¡Entonces para que preguntas!
- Ja, ja, ja.
FIN DEL FLASHBACK
Se que fue un poco bajo de mi parte aprovechar mi amistad con él y preguntarle el tamaño de su pene. No obstante, nadie puede negar que fue un gran movimiento y sobre todo que lo conseguí con mucha facilidad.
- Disculpe, ¿vende consoladores realistas de 17,5 cm? -pregunto estúpidamente, como si no vendieran eso aquí.
- Claro joven, tenemos aún más grandes, de distintas texturas también, distintos colores e inclusive tenemos de formas para fetiches específicos, los precios van desde 25 dólares.
La señora se levanta de su asiento y me muestra los consoladores que tiene en su tienda, puedo ver todas las formas, colores, tamaños y diámetros que honestamente, sabía que existían, pero jamás creí llegaría a ver. Es impresionante, pero quiero el normal, el que según el cuestionario que le hice a Will, se parecería al de él.
- Bueno, quiero este. -digo tomando el de 15 cm y de color rosa.
- Si, ese vale 35 dólares.
- Okay, me llevo este. Gracias, sin factura.
Mientras me da mi cambio termino de observar el resto de la tienda, de verdad tiene de todo.
- Tome joven, disfrútelo. -dice la señora al despedirse, honestamente me muero de la vergüenza.
- Gracias…
Con mi bolsa negra en mano, que contiene lo menos imaginado, tomo el autobús que se dirige hacia casa. En el camino de regreso mi mente es un embrollo de pensamientos que van desde ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Y ¿Por qué?
Para dejar de pensar en cosas innecesarias me coloco los audífonos y me relajo, de cualquier manera ya lo compré, no hay vuelta atrás.
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POV: William.
Supongo que esta misera vida llena de tareas y conseguir un trabajo no es suficiente. Actualmente me encuentro en la situación más horrorosa de mi existencia (a parte de lo ya mencionado), un maldito club de basquetbol que me reclutó a último minuto para jugar con ellos en un torneo en el que, sí ganan, les darán una buena suma de dinero. La verdad es que el dinero es lo que menos necesito. No es egocentrismo, es honestidad, pero por no saber decir "no" termine en esta situación.
- Qué horror, ¡no quiero estar aquí con todos ustedes! - Digo en tono alto y frustrado.
- Will, cariño, ya sé que no quieres esto, pero prometiste ayudarnos, es tu culpa por prometernos algo así.
- Si, lo sé, no te preocupes, no me iré sin haberlos ayudado. Solo necesitaba quejarme.
En la cancha de la facultad de artes, sobre el piso de cemento pintado de forma sofisticada con líneas rojas me encuentro botando el balón de un lado a otro incesantemente. Sin embargo, aunque me encuentre frustrado por realizar una actividad que no quiero ni me beneficia, en realidad agradezco este tiempo lejos de Andrea.
Últimamente tengo un pensamiento rondando por mi mente, Andrea cada vez está más raro, puedo notarlo en su forma de dirigirse hacia mí, su tono cansado, frustrado y casi como si me odiara. Tal vez son conclusiones sin fundamento, sin embargo, algo está pasando, y sea lo que sea no quiero saber de qué se trata. Estoy tan cansado de esa actitud suya que simplemente ya no quiero que me importe y este torneo es la excusa perfecta para alejarme de él. Me molesta que me trate de esta manera, no lo soporto.
- ¡OYE! Tierra llamado a William, ¿podrías practicar correctamente en vez de botar el balón sin parar? Pasa la maldita pelota, ¡IDIOTA!
- Claro. -Contesto sin ganas
Y así pasan 3 horas de practica de baloncesto, las piernas me duelen, los dedos de los pies me duelen, me duelen los hombros y los brazos, estoy muy cansado. Lamentablemente no puedo dejar de practicar con esta bola de inútiles. Bueno, no son inútiles, de hecho, juegan casi como expertos y todos son altos como la mierda.
- Chicos, ha sido suficiente por hoy, gracias por venir. Recuerden que esto lo hacemos por la gran suma de dinero que nos darán si ganamos. – Dice el capitán del equipo.
- Capitán, lo odio con todo mi corazón.
- Gracias por tus hermosas palabras Will, también te odio, espero que te quedes pelón en un futuro cercano. – Dice burlándose mientras se da la vuelta para recoger sus cosas.
Todos los miembros del equipo se ven exhaustos, sudados, con las piernas temblorosas y algunos incluso a punto de desmayarse por falta de glucosa. Yo no estoy nada mejor comparado con ellos, sin embargo, no puedo darme el lujo de sentir cansancio, pues justo en 1 hora tengo un pendiente sumamente importante.
- Supongo que no hay escapatoria.
La verdad no me esperaba esto, mi familia siempre ha sido tranquila y amorosa, algo que para la generación de mis padres es raro. Además, somos de clase media alta por lo que gracias a eso siempre pude comprarme cosas, pero sin llegar a derrochar el dinero. Somos realmente estables, pero no perfectos. Sin embargo, he notado en estos últimos días que se siente cierta tensión en mi familia y ahora mis padres dicen con que quieren tener una plática muy seria conmigo. Siendo honesto, odio la incertidumbre.
Camino hacia la lujosa parada del bus, después de esperar algunos minutos llega mi transporte y me voy. Mientras transcurre el tiempo veo por fuera de la ventana y pienso que esta tranquilidad me hacía falta. No tener la sensación de ansiedad debido a Andrea es verdaderamente relajante. Aunque, aún asi, lo extraño.
Llego a mi parada, bajo del bus, camino y entro a casa, dentro veo a mis padres sentados en la mesa, están sentados uno al lado del otro y por lógica yo debo sentarme frente a ellos, como si de algún juicio se tratase. De repente, siento que tanta seriedad no indica nada bueno, presiento que esto va a ser grande.
- Bueno, he llegado, ¿a que se debe tanta seriedad? Hasta parece que alguien murió. – Digo mientras tomo una silla para sentarme frente a ellos.
- Hijo, yo se que esto va a ser complicado de explicar, pero bueno, jamás creímos que estaríamos involucrados en este tipo de problemas después de tantos años. Como tu padre lamento mucho involucrarte en esto. - Dice mi padre con un tono de voz y semblante que me preocupan cada vez más y más.
- Esta bien, entiendo, pero ni siquiera se que esta pasando. No comprendo nada.
- Hijo, tu padre es el cuarto hijo de la familia Reynolds, pero no me refiero a una familia cualquiera, me refiero al conglomerado RYSking, tu abuelo es el dueño y presidente de la compañía. Sin embargo, hace una semana nos llamó mencionando un problema. – Dice mi madre con un tono de voz que hace notar su molestia ante todo esto y su clara hostilidad ante este supuesto abuelo mío.
- Tengo 3 hermanos mayores, 2 hombres y 1 mujer, todos muy talentosos y versados en cada cuestión específica que la compañía requiere. Pero, no por ser excelentes en ello son buenas personas. Ellos siempre me odiaron, y no lo digo como si solo me trataran mal o intentando hacerme la víctima, sino que, hubo varios intentos de asesinato por parte de ellos hacía mí.
- O sea, mi abuelo es dueño de RYSkings, y ¿ahora quiere tu ayuda para que le arregles uno de sus problemitas? Vaya, no sé cómo tomar nada de lo que están diciendo. Suponiendo que sea verdad. Además, ya tiene 3 hijos talentosos, ¿para qué diablos llama? - Digo con algo de molestia en mi voz y claramente sorprendido por la historia que aun parece ajena a mí de alguna manera.
- Eso no es todo, ojalá fuera así de sencillo. Además, hijo, somos tus padres, no ganamos nada con mentirte. Deja que tu padre continué contándote todo.
- Como dije, tus tíos siempre me odiaron, esto porque yo nací mucho después que ellos.
En aquel tiempo, antes de que yo naciera la compañía se la iban a dividir en 3 y cada uno manejaría su parte. Como son tan buenos en su trabajo, incluso ahora no dudo de ello, pero una vez que yo nací, eso terminó, pues tu abuelo decidió que ahora se dividiría en 4 partes. Los años pasaron hijo, y mientras mas crecía mas podía ver que en cualquier momento mis hermanos me matarían. Una vez casi lo logran. De hecho, la cicatriz que tengo en la espalda y las piernas es por eso. Además de que… tengo un solo testículo. La historia completa sobre eso será para otro día.
- ¿Qué? ¿Todas esas citas al urólogo por chequeos a temprana edad eran por eso? Intentaron matarte, ¡¿Porqué diablos el anciano quiere nuestra ayuda?! ¡Que se vaya a la mierda! – Grito alteradamente pues yo no sabía nada de esto y gente que no conozco quiere algo de mi familia.
- Hijo, se que esto es muy complicado, pero ¿sabes? ¿Qué te parece si mañana te contamos el resto? Ve a descansar, se nota que ha sido un día largo para ti. Ahorita te prepararé algo de cenar.
- Gracias, aunque esto me deja muy ansioso. -Respondo honestamente
- Bueno, realmente no es nada más complicado de la situación que ya existe. Así que dudo que te sorprenda el resto.
Mi madre no dice más, da por terminada la conversación debido a que es mucho por procesar. Ella sabe que es necesario tomarlo con calma.
- Estaré en mi cuarto descansando. -Digo levantándome y acomodando la silla en su lugar.
- Bajas a cenar.
- Si
Camino hacia las escaleras en forma de caracol que van a dar a mi cuarto. Siempre me han parecido aquello que le da vida a la casa. Subo por ellas y llego a mi cuarto. Abro la puerta de madera rojiza con trazos en ella que nunca he entendido y entro.
Mi cuarto no tiene nada en especial, pero es elegante, una cama matrimonial, un escritorio de vidrio, un ventanal y colores neutros. En el techo una luz blanca y baño individual.
Suspiro cansado del día y me acuesto a dormir después de tomar un baño y cambiarme. Mañana será otro día.